Lección 237 y Texto UCDM
LECCIÓN 237
Ahora quiero
ser tal como Dios me creó.
1. Hoy aceptaré la verdad acerca
de mí mismo. 2Me alzaré glorioso, y dejaré que la luz que mora en
mí irradie sobre el mundo durante todo el día. 3Le traigo al mundo
las buenas nuevas de la salvación que oigo cuando Dios mi Padre me habla. 4Y contemplo el mundo que Cristo
quiere que yo vea, consciente de que pone fin al amargo sueño de la muerte;
consciente de que es la llamada que mi Padre me hace.
2. Cristo se convierte hoy en mis
ojos, y en los oídos que escuchan hoy la
Voz que habla por Dios. 2Padre, vengo
a Ti a través de Aquel que es Tu Hijo, así como mi verdadero Ser. 3Amén.
Texto
VI.
El reconocimiento del espíritu
1. O bien ves la carne o bien
reconoces el espíritu. 2En esto no hay términos medios. 3Si
uno de ellos es real, el otro no puede sino ser falso, pues lo que es real
niega a su opuesto. 4La visión no ofrece otra opción que ésta.
5Lo que decides al respecto determina todo lo que ves y crees real,
así como todo lo que consideras que es verdad. 6De esta
elección depende todo tu mundo, pues mediante ella estableces en tu propio
sistema de creencias lo que eres: carne o espíritu. 7Si eliges ser
carne jamás podrás escaparte del cuerpo al verlo como tu realidad, pues tu
decisión reflejará que eso es lo que quieres. 8Pero si eliges el
espíritu, el Cielo mismo se inclinará para tocar tus ojos y bendecir tu santa
visión a fin de que no veas más el mundo de la carne, salvo para sanar,
consolar y bendecir.
2. La
salvación es un deshacer. 2Si eliges ver el cuerpo, ves un mundo de
separación, de cosas inconexas y de sucesos que no tienen ningún sentido. 3Alguien
aparece y luego desaparece al morir; otro es condenado al sufrimiento y a la
pérdida. 4Y nadie es exactamente como era un instante antes ni será el mismo. un
instante después. 5¿Qué confianza se puede tener ahí donde se percibe tanto
cambio? a¿Y qué valía puede tener quien no es más que polvo? 6La
salvación es el proceso que deshace todo esto. 7Pues la constancia
es lo que ven aquellos cuyos ojos la salvación ha liberado de tener que
contemplar el costo que supone conservar la culpabilidad, ya que en lugar de ello eligieron
abandonarla.
3. La
salvación no te pide que contemples el espíritu y no percibas el cuerpo. 2Simplemente
te pide que ésa sea tu elección. 3Pues puedes ver el cuerpo sin
ayuda, pero no sabes cómo contemplar otro mundo aparte de él. 4Tu
mundo es lo que la salvación habrá de deshacer, permitiéndote así ver otro que
tus ojos jamás habrían podido encontrar. 5Cómo va a lograrse esto no
es algo que deba preocuparte. 6No comprendes cómo apareció ante ti
lo que ves, 7pues si lo comprendieses, desaparecería. 8El
velo de la ignorancia está corrido igualmente sobre lo bueno que sobre lo malo,
y se tiene que traspasar para que ambas cosas puedan desaparecer a fin de que
la percepción no encuentre ningún lugar donde ocultarse. 9¿Cómo se
puede hacer esto? 10No se puede hacer en absoluto. 11Pues
¿qué podría aún quedar por hacer en el universo que Dios creó?
4. Sólo la
arrogancia podría hacerte pensar que tienes que allanar el camino que conduce
al Cielo. 2Se te han proporcionado los medios para que puedas ver el
mundo que reemplazará al que tú inventaste. 3¡Hágase tu voluntad! 4Esto
es verdad para siempre tanto en el Cielo como en la tierra, 5independientemente
de dónde creas estar o de lo que creas que la verdad acerca de ti mismo debe
realmente ser. 6Independientemente también de lo que contemples, y
de lo que elijas sentir, pensar o desear. 7Pues Dios Mismo ha dicho:
"Hágase tu voluntad". 8Y, consecuentemente, se hace.
5. Tú que
crees que puedes ver al Hijo de Dios como quisieras que fuese, no olvides que
ningún concepto que abrigues de ti mismo puede oponerse a la verdad de lo que
eres. 2Erradicar la verdad es imposible. 3Pero cambiar de
conceptos no es difícil. 4Una sola visión que se vea claramente y
que no se ajuste a la imagen que antes se percibía, hará que el mundo sea
diferente para aquellos ojos que hayan aprendido a ver porque el concepto del
yo habrá cambiado.
6. ¿Eres invulnerable? 2Entonces el mundo te
parece un lugar inofensivo. 3¿Perdonas? 4Entonces el
mundo es misericordioso, pues le has perdonado sus ofensas, de modo que te
contempla tal como tú lo contemplas a él. 5¿Eres un cuerpo? 6Entonces
ves en cada hermano un traidor, listo para matar. 7¿Eres espíritu, inmortal
y sin la más mínima posibilidad de corrupción ni mancha alguna de pecado sobre
ti? 8Entonces ves estabilidad en el mundo, pues ahora es
absolutamente digno de toda tu confianza: un lugar feliz en donde descansar por
un tiempo, en donde no hay nada que temer, sino sólo amar. 9¿Le
negarían los puros de corazón la bienvenida a alguien? 10¿Y qué
podría herir a los que son verdaderamente inocentes?
7. ¡Hágase tu voluntad, santa criatura de Dios! 2No
importa si crees estar en el Cielo o en la tierra. 3Lo que la Voluntad de tu Padre ha
dispuesto para ti jamás ha de cambiar. 4La verdad en ti permanece
tan radiante como una estrella, tan pura como la luz, tan inocente como el amor
mismo. 5Y tú eres digno de que se haga tu voluntad.
Video de Mich Gaymard