Lección 215 y Texto UCDM
LECCIÓN 215
No soy un
cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
1. (195) El Amor es el camino que
recorro con gratitud.
2EI Espíritu
Santo es mi único Guía. 3Él camina a mi lado con amor. 4Y le doy las
gracias por mostrarme el camino que debo seguir.
5No soy un cuerpo. 6Soy
libre.
7Pues aún soy tal como Dios me creó.
Texto
Capítulo 29
EL DESPERTAR
I. La clausura de la brecha
1. No hay tiempo, lugar ni estado
del que Dios esté ausente. 2No hay nada que temer. 3Es
imposible que se pudiese concebir una brecha en la Plenitud de Dios. 4La
transigencia que la más insignificante y diminuta de las brechas representaría
en Su Amor eterno es completamente imposible. 5Pues ello querría
decir que Su Amor puede albergar una sombra de odio, que Su bondad puede a
veces trocarse en ataque y que en ocasiones Él podría perder Su infinita
paciencia. 6Esto es lo que crees cuando percibes una brecha entre tu
hermano y tú. 7¿Cómo ibas a poder, entonces, confiar en Dios? 8Pues
Su Amor debe ser un engaño. 9Sé precavido entonces: no dejes que se
te acerque demasiado y mantén una brecha entre Su Amor y tú a través de la cual
te puedas escapar en caso de que tengas necesidad de huir.
2. Aquí es donde más claramente se
puede ver el temor a Dios. 2Pues el amor es traicionero para
aquellos que tienen miedo, ya que el miedo y el odio siempre van de la mano. 3Todo
aquel que odia tiene miedo del amor y, por lo tanto, no puede sino tener miedo
de Dios. 4Es indudable que no conoce el significado del amor. 5Teme
amar y ama odiar, y así, piensa que el amor es temible y que el odio es amor. 6Esto
es lo que inevitablemente les sucede a todos aquellos que tienen en gran estima
a esta pequeña brecha, creyendo que es su salvación y esperanza.
3.¡El temor a Dios! 2El mayor obstáculo que la paz tiene que
salvar no ha desaparecido todavía. 2Los demás ya han desaparecido,
pero éste todavía sigue en pie, obstruyendo tu paso y haciendo que el camino
hacia la luz parezca oscuro y temible, peligroso y sombrío. 4Has
decidido que tu hermano es tu enemigo. 5Tal vez tu amigo en algunas
ocasiones, siempre que vuestros diferentes intereses permitan vuestra amistad
por algún tiempo. 6Pero no sin dejar una aparente brecha entre
vosotros, en caso de que él se vuelva a convertir en tu enemigo. 7Deja
que se acerque a ti, y te haces atrás; acércate a él, y él instantáneamente
emprende la retirada. 8El acuerdo que establecisteis fue tener una
amistad cautelosa y de limitado alcance, cuya intensidad estuviese cuidadosamente
restringida. 9De modo que lo único que tú y tu hermano hicisteis fue
establecer un pacto condicional en el que uno de sus puntos era una cláusula de
separación que tanto tú como él acordasteis no violar. 10Y
convinisteis que violarla sería una infracción del acuerdo de todo punto
intolerable.
4. La brecha entre vosotros no es el espacio que hay entre vuestros
cuerpos, 2pues ese espacio tan sólo da la impresión de dividir
vuestras mentes separadas. 3La brecha entre vosotros es el símbolo
de una promesa que os habéis hecho de encontraros cuando os parezca, y luego
separaros hasta que los dos decidáis encontraros de nuevo. 4Y
entonces vuestros cuerpos parecerán ponerse en contacto y concertar un lugar de
encuentro donde reunirse. 5Pero siempre es posible que cada uno siga
su camino. 6Supeditado al "derecho" de separaros, acordáis
reuniros de vez en cuando y mantener vuestra distancia con intervalos de
separación que os protejan del "sacrificio" del amor. 7El
cuerpo os salva, pues os aleja del sacrificio total y os da tiempo para
reconstruir una vez más vuestros yos separados, que creéis que realmente
menguan cuando os reunís.
5. El cuerpo no podría separar tu mente de la mente de tu hermano a
menos que quisieses que fuese la causa de vuestra separación y
distanciamiento. 2Por consiguiente, le atribuyes un poder que no
posee. 3Esto es lo que hace que tenga poder sobre ti. 4Pues
ahora piensas que el cuerpo determina cuándo debéis reuniros, y que limita
vuestra capacidad de estar en comunión con la mente del otro. 5Y así, te dice
adónde ir y cómo llegar hasta allí, lo que te es factible emprender y lo que no
puedes hacer. 6Te dice también lo que su salud puede tolerar, así
como lo que lo fatigará y enfermará. 7Sus "inherentes"
debilidades establecen los límites de lo que puedes hacer y hacen que tu
propósito sea débil y limitado.
6. El cuerpo se avendrá a todo esto, si ése es tu deseo. 2Permitirá
solamente limitados desahogos de "amor", intercalados con intervalos
de odio. 3Y se hará cargo de decidir cuándo puede "amar" y cuándo se
debe refugiar en el miedo para mantenerse a salvo. 4Enfermará porque
tú no sabes lo que es amar. 5De este modo, utilizarás indebidamente
toda circunstancia y a todo aquel con quien te encuentres, y no podrás sino ver
en ellos un propósito distinto del tuyo.
7. El amor no exige sacrificios. 2Pero el miedo exige el
sacrificio del amor, pues no puede subsistir en su presencia. 3Para
perpetuar el odio, es preciso temerle al amor y limitar su presencia sólo a
algunas ocasiones, manteniéndolo alejado el resto del tiempo. 4De
esta manera, se le tiene por traicionero porque parece ir y venir a su antojo y
no ofrecerte ninguna estabilidad. 5No te das cuenta de cuán limitada
y débil es tu lealtad, y de cuán a menudo le has exigido al amor que se aleje
de ti y te deje solo y en "paz".
8. El cuerpo, que de por sí no tiene ningún objetivo, es la excusa que
tienes para los diversos objetivos que tienes y que le obligas a perseguir. 2No
es su debilidad lo que te asusta, sino su falta de fuerza o debilidad. 3¿No
te gustaría saber que nada se interpone entre tú y él? 4¿No te
gustaría saber que no hay brecha tras la que te puedas ocultar? 5Los
que descubren que su salvador ya no es su enemigo experimentan un sobresalto. 6Cuando
se descubre que el cuerpo no es real se suscita una cierta aprensión 7y se experimentan
matices de aparente temor en torno al feliz mensaje de que "Dios es
Amor".
9. Cuando la brecha desaparece, no obstante, lo único que se experimenta
es paz eterna. 2No más de eso, pero tampoco menos. 3Si no
tuvieses miedo de Dios, ¿qué podría inducirte a que lo abandonases? 4¿Qué
juguetes o baratijas podría haber en la brecha que pudiesen privarte por un
solo instante de Su Amor? 5¿Permitirías que el cuerpo dijese
"no" a la llamada del Cielo, si no tuvieses miedo de perder tu ser
al encontrar a Dios? 6Mas ¿cómo sería posible que perdieses tu ser
al hallarlo?
Video de Mich Gaymard