Lección 231 y Texto UCDM
LECCIÓN 231
Padre, mi voluntad es únicamente
recordarte.
1. ¿Qué puedo buscar, Padre, sino Tu
Amor? 2Tal vez crea que lo que busco es otra cosa; algo a
lo que le he dado muchos nombres. 3Mas lo único
que busco, o jamás busqué, es Tu Amor. 4Pues no hay
nada más que jamás quisiera realmente encontrar. 5Quiero recordarte.
6¿ Qué otra
cosa podría desear sino la verdad acerca de mí mismo?
2. Ésa es tu voluntad, hermano mío.
2Y compartes esa
voluntad conmigo así como con Aquel que es nuestro Padre. 3Recordarlo
a Él es el Cielo. 4Esto es lo que buscamos. 5Y esto es lo único que nos será dado hallar.
Texto
VIII. La realidad
inmutable
1. Las apariencias engañan, pero pueden cambiar. 2La
realidad, en cambio, es inmutable. 3No engaña en absoluto, y si tú
no puedes ver más allá de las apariencias, te estás dejando
engañar. 4Pues todo lo que ves cambiará; sin embargo, antes pensabas
que era real, y ahora crees que es real nuevamente. 5De este modo,
la realidad se ve reducida a formas y se la considera susceptible de cambiar. 6La
realidad, no obstante, es inmutable. 7Esto es lo que hace que sea
real y lo que la distingue de todas las apariencias. 8Tiene que
estar más allá de toda forma para poder ser ella misma. 9No puede cambiar.
2. El milagro es un medio para
demostrar que todas las apariencias pueden cambiar precisamente porque son
apariencias y porque carecen del atributo de inmutabilidad que la realidad
entraña. 2El milagro da fe de que te puedes salvar de las apariencias
al demostrar que éstas pueden cambiar. 3En tu hermano reside una
inmutabilidad que está más allá de cualquier apariencia o engaño. 4Mas
se ve nublada por tus cambiantes ideas acerca de él, que tú percibes como su
realidad. 5Lo que constituiría un sueño feliz con respecto a él
adopta la forma de una apariencia en la que él goza de perfecta salud, se
encuentra completamente inmune a cualquier clase de carencia y está
perfectamente a salvo de cualquier clase de desastre. 6El milagro es
la prueba de que él no está limitado por ninguna clase de pérdida o
sufrimiento, ya que todo ello puede cambiar tan fácilmente. 7Esto
demuestra que nunca fueron reales y que no pudieron haber surgido de su realidad.
8Pues ésta es inmutable, y no hay nada en el Cielo o en la tierra
que pueda jamás alterar sus efectos. 9Es evidente, en cambio, que
las apariencias son irreales precisamente porque pueden cambiar.
3. ¿Qué es la tentación, sino el deseo de hacer que las
ilusiones sean reales? 2No parece ser el deseo de hacer que lo que
es real no lo sea. 3Sin embargo, es una afirmación de que algunas
clases de ídolos ejercen una poderosa atracción que los hace más difíciles de
resistir que aquellos que tú preferirías que no fuesen reales. 4Toda
tentación, por lo tanto, no es más que esto: una plegaria para que el milagro
no ejerza influencia sobre algunos sueños, y para que, en vez de ello, mantenga
su irrealidad oculta y les otorgue realidad. 5El Cielo no responde
a tal oración, ni tampoco se te puede conceder un milagro para sanar las
apariencias que no te gustan. 6Has establecido límites. 7Lo
que pides se te concede, pero no por el Dios que no conoce límites. 8Sólo
tú te has limitado a ti mismo.
4. La realidad es inmutable. 2Los milagros
no hacen sino mostrar que lo que tú has interpuesto entre la realidad y tu
conciencia es ilusorio y que no es en modo alguno una interferencia. 3El costo de la creencia de que algunas apariencias están más allá de cualquier
esperanza de cambio es que el milagro no se obra a través de ti de manera
consistente. 4Pues has pedido que no tenga el poder de sanar todos
los sueños. 5No hay milagro que no se te pueda conceder si realmente deseas la
curación. 6Pero no se te puede conceder ninguno a menos que la
desees. 7Si eliges lo que quieres sanar, habrás coartado la libertad
de concederle Sus dones al Hijo de Dios a Aquel que otorga todos los milagros. 8Cuando
el Hijo de Dios cae en la tentación, niega la realidad. 9Y de este
modo, se convierte voluntariamente en esclavo de lo que eligió a cambio.
5. Precisamente porque la realidad es
inmutable, existe en ella un milagro que sana todas las cosas cambiantes y te
las ofrece para que las veas en una forma que te brinda felicidad y que está
libre de temor. 2Se te concederá poder ver a tu hermano de esta manera.
3Pero no mientras quieras que sea de otra manera con respecto a
ciertas cosas. 4Pues eso sólo significaría que no lo quieres ver
curado e íntegro. 5El Cristo en él es perfecto. 6¿Es esto
lo que quieres contemplar? 7No dejes entonces que haya sueños acerca
de él que tú prefieras ver en lugar del Cristo en él. 8Y verás al
Cristo en él porque permitiste que Él viniera a ti. 9Y cuando Él se
te haya aparecido, tendrás la certeza de que eres como Él, pues Él es lo
inmutable en tu hermano y en ti.
6. Eso es lo que contemplarás cuando decidas que no hay
ninguna apariencia que prefieras conservar en lugar de lo que tu hermano
realmente es. 2No dejes que la tentación de preferir un sueño
permita que la incertidumbre se presente ahí. 3No te sientas
culpable y temeroso cuando un sueño acerca de lo que él es te tiente. 4Pero
no le atribuyas a ese sueño el poder de reemplazar lo inmutable en tu hermano
en la percepción que tienes de él. 5No hay falsa apariencia que no
desaparezca, si en lugar de ella pides un milagro. 6No hay dolor del
que él no se pueda liberar, sólo con que desees que él sea lo que no puede sino
ser. 7¿Por qué habrías de temer ver a Cristo en él? 8Pues
en todo lo que ves no haces sino contemplarte a ti mismo. 9Y
conforme él sane, tú te liberarás de la culpabilidad, pues lo que él aparenta
ser es la imagen que tú tienes de ti mismo.
Video de Mich Gaymard