Lección 262 y Manual del Maestro UCDM
LECCIÓN 262
No dejes que hoy perciba diferencias.
1.
Padre, tienes un solo Hijo. 2Y es a él a quien hoy deseo contemplar. 3Él
es Tu única creación. 4¿ Por
qué habría de percibir miles de formas en lo que sigue siendo uno solo? 5¿Por
qué habría de darle miles de nombres, cuando con uno solo basta? 6Pues
Tu Hijo tiene que llevar Tu Nombre, ya que Tú lo creaste. 7No
permitas que lo vea como algo ajeno a su Padre o a mí. 8Pues él es
parte de mí, así como yo de él, y ambos somos parte de Ti que eres nuestra
Fuente. 9Estamos eternamente unidos en Tu Amor y
somos eternamente el santo Hijo de Dios.
2. Nosotros que somos uno, queremos reconocer en este
día la verdad acerca de nosotros mismos. 2Queremos regresar a
nuestro hogar y descansar en la unidad. 3Pues allí reside la paz, la
cual no se puede buscar ni hallar en ninguna otra parte.
Manual del Maestro
EPÍLOGO
1. No olvides
que una vez que esta jornada ha comenzado, el final es seguro. 2Las
dudas te asaltarán una y otra vez a lo largo del camino, y luego se aplacarán
sólo para volver a surgir. 3El final, no obstante, es indudable. 4Nadie
puede dejar de hacer lo que Dios le ha encomendado que haga. 5Cuando
te olvides de esto, recuerda que caminas a Su lado, con Su Palabra impresa en
tu corazón. 6¿Quién puede desalentarse teniendo una Esperanza como
ésa? 7IIusiones de abatimiento parecerán asaltarte, pero aprende a
no dejarte engañar por ellas. 8Detrás de cada ilusión está la
realidad y está Dios. 9¿Por qué querrías seguir esperando por esto y
sustituirlo por ilusiones, cuando Su Amor se encuentra tan sólo un instante
más allá en el camino donde todas ellas acaban? 10El final es indudable y está garantizado por Dios. 11¿Quién
se detendría ante una imagen inerte, cuando un paso más allá el más Santo de
todos los Santos abre una puerta inmemorial que conduce más allá del mundo?
2. Tú eres un extraño aquí. 2Pero le perteneces a Aquel que te ama
como Él se ama a Sí Mismo. 3Sólo con que me pidas que te ayude a
hacer rodar la piedra, ello se hará conforme a Su Voluntad. 4Nuestra
jornada ya ha comenzado. 5Hace mucho tiempo que el final se escribió
en las estrellas y se plasmó en los Cielos con un rayo de luz brillante que lo
ha mantenido a salvo en la eternidad y a lo largo del tiempo, 6y
que aún lo conserva inalterado, imperturbable
e inmutable.
3. No tengas
miedo. 2No hemos hecho más que reanudar una vieja jornada que
comenzamos hace mucho tiempo, pero que aparenta ser nueva. 3Hemos
reanudado nuestra jornada por la misma senda que estábamos recorriendo antes y
en la que, por un tiempo, nos perdimos. 4Y ahora intentamos
recorrerla de nuevo. 5Nuestro nuevo comienzo posee la certeza que le
había faltado a la jornada hasta ahora. 6Levanta la mirada y
contempla Su Palabra entre las estrellas, donde Él ha escrito tu nombre junto
con el Suyo. 7Levanta la mirada y halla tu infalible destino que el
mundo quiere ocultar, pero que Dios quiere que veas.
4. Esperemos
aquí en silencio, y arrodillémonos un instante en agradecimiento hacia Aquel
que nos llamó y nos ayudó a oír Su Llamada. 2Y luego levantémonos y recorramos con fe el camino que nos conduce a Él.
3Ahora estamos seguros de que no caminamos solos. 4Pues Dios está aquí, y con Él todos nuestros
hermanos. 5Ahora sabemos que jamás volveremos a extraviarnos. 6El
canto que sólo se había interrumpido por un instante se vuelve a oír, si bien
parece como si nunca antes se hubiese entonado. 7Lo que aquí ha
empezado ganará fuerza, vida y esperanza, hasta que el mundo se detenga por un
instante y olvide todo lo que el sueño de pecado hizo de él.
5.
Salgamos al encuentro de ese mundo recién
nacido, sabiendo que Cristo ha renacido en él y que la bendición de su renacimiento
perdurará para siempre. 2Habíamos perdido el rumbo, pero Él lo ha
encontrado por nosotros. 3Démosle la bienvenida a Aquel que regresa
a nosotros para celebrar la salvación y el fin de todo lo que creíamos haber
hecho. 4El lucero del alba de este nuevo día contempla un mundo
diferente en el que se le da la bienvenida a Dios, y a Su Hijo junto con Él. 5Nosotros
que le completamos, le damos las gracias, tal como Él nos las da a nosotros. 6El
Hijo reposa, y en la quietud que Dios le dio, entra en su hogar y por fin está
en paz.
FIN
Video de Mich Gaymard