Lección 243 y Manual del Maestro UCDM
LECCIÓN 243
Hoy no juzgaré
nada de lo que ocurra.
1. Hoy seré
honesto conmigo mismo. 2No pensaré que ya sé lo que no puede sino
estar más allá de mi presente entendimiento. 3No pensaré que
entiendo la totalidad basándome en unos cuantos fragmentos de mi percepción,
que es lo único que puedo ver. 4Hoy reconozco esto. 5Y
así quedo eximido de tener que emitir juicios
que en realidad no puedo hacer. 6De esta manera, me libero a mí
mismo y a todo lo que veo, de modo que pueda estar en paz tal como Dios nos
creó.
2. Padre, hoy
dejo que la creación sea lo que es. 2Honro todos sus aspectos,
entre los que me cuento. 3Somos
uno porque cada aspecto alberga Tu
recuerdo, y la verdad sólo puede derramar su luz sobre todos nosotros cual uno
solo.
Manual del Maestro
4. ¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS MAESTROS
DE DIOS?
1.
Las características superficiales de los
maestros de Dios no son en modo alguno similares. 2Si se les
mira con los ojos del cuerpo, se observa que no hay parecido entre ellos, que
vienen de ambientes totalmente distintos, que sus experiencias acerca del mundo
varían enormemente y que sus "personalidades" externas son muy
diversas. 3 Durante las primeras etapas en el desempeño de su
función como maestros de Dios, no han adquirido todavía las profundas
características que los establecerán como lo que son.4 Dios
concede dones especiales a Sus maestros porque tienen un papel especial que
desempeñar en Su plan para la Expiación. 5El que sean especiales es,
por supuesto, una condición estrictamente temporal, establecida en el tiempo a
fin de que les lleve más allá de él. 6 Estos
dones especiales, nacidos de la relación santa hacia la que se encamina la
situación de aprendizaje-enseñanza, se convierten en algo característico de
todos los maestros de Dios que han progresado en su aprendizaje. 7Desde
este punto de vista todos son iguales.
2. Cualquier diferencia entre los Hijos de Dios es
siempre temporal. 2Puede afirmarse, no obstante, que, en el tiempo,
los maestros de Dios más avanzados poseen las siguientes características:
I. Confianza
1.
He aquí la base sobre la que descansa su
capacidad para llevar a cabo su función. 2 La percepción es el
resultado de lo que se ha aprendido. 3De hecho, la percepción es lo que se ha aprendido, ya que causa y efecto nunca se
encuentran separados. 4Los maestros de Dios tienen confianza en el
mundo porque han aprendido que no está regido por las leyes que el mundo
inventó. 5Está regido por un Poder que se encuentra en ellos, pero que no es de ellos. 6Este Poder es el que mantiene todas las cosas a salvo.
7Mediante este Poder los maestros de Dios contemplan un mundo perdonado.
2.
Una vez que hemos experimentado ese Poder, es
imposible volver a confiar en nuestra insignificante fuerza propia. 2¿Quién trataría de volar con las minúsculas alas de
un gorrión, cuando se le ha dado el formidable poder de un águila? 3¿Y
quién pondría su fe en las miserables ofrendas del ego, cuando los dones de
Dios se encuentran desplegados ante él? 4¿Qué induce a los maestros
de Dios a efectuar ese cambio?
A. Desarrollo de la confianza
3.
En primer lugar, tienen que pasar por lo que
podría calificarse como un "período de des-hacimiento". 2Ello
no tiene por qué ser doloroso, aunque normalmente lo es. 3Durante
ese período parece como si nos estuviesen quitando las cosas, y raramente se
comprende en un principio que estamos simplemente reconociendo su falta de
valor. 4¿De qué otro modo se iba a poder percibir lo que no tiene valor,
a no ser que el perceptor estuviese en una posición desde la que no puede sino
ver las cosas de otra manera? 5Aún no ha llegado al punto en el que
puede efectuar el cambio interno totalmente. 6Por ello, el plan a
veces requiere que se efectúen cambios en lo que parecen ser las circunstancias
externas. 7Estos cambios son siempre beneficiosos. 8Una
vez que el maestro de Dios ha aprendido esto, pasa a la segunda fase.
4.
Ahora el maestro de Dios tiene que pasar por
un "período de selección". 2Este período es siempre
bastante difícil, pues al haber aprendido que los cambios que se producen en su
vida son siempre beneficiosos, tiene entonces que tomar todas sus decisiones
sobre la base de si contribuyen a que el beneficio sea mayor o menor. 3Descubrirá
que muchas cosas, si no la mayoría de las que antes valoraba, tan sólo
obstruyen su capacidad para transferir lo que ha aprendido a las nuevas
situaciones que se le presentan. 4Puesto que ha valorado lo que en
verdad no vale nada, no generalizará la lección por temor a lo que cree pueda
perder o deba sacrificar. 5Se necesita haber aprendido mucho para
poder llegar a entender que todas las cosas, acontecimientos, encuentros y circunstancias
son provechosos. 6Sólo en la medida en que son provechosos, deberá
concedérseles algún grado de realidad en este mundo de ilusiones. 7La
palabra "valor" no puede aplicarse a nada más.
5.
La tercera fase por la que el maestro de Dios
tiene que pasar podría llamarse "un período de renuncia". 2Si se interpreta esto como una renuncia a .lo que
es deseable, se generará un enorme conflicto. 3Son pocos los
maestros de Dios que se escapan completamente de esta zozobra. 4No
tiene ningún sentido, no obstante, separar lo que tiene valor, de lo que no lo
tiene, a menos que se dé el paso que sigue naturalmente. 5Por lo
tanto, el período de transición tiende a ser un período en el que el maestro
de Dios se siente obligado a sacrificar sus propios intereses en aras de la
verdad. 6Todavía no se ha dado cuenta de cuán absolutamente imposible
sería una exigencia así. 7Esto sólo lo puede aprender a medida que
renuncia realmente a lo que no tiene valor. 8Mediante esa renuncia,
aprende que donde esperaba aflicción, encuentra en su lugar una feliz
despreocupación; donde pensaba que se le pedía algo, se encuentra agraciado con
un regalo.
6.
Ahora llega "un período de
asentamiento". 2Es éste un período de reposo, en el que el
maestro de Dios descansa razonablemente en paz por un tiempo. 3Ahora
consolida su aprendizaje. 4Ahora comienza a ver el valor de
transferir lo que ha aprendido de unas situaciones a otras. 5El
potencial de lo que ha aprendido es literalmente asombroso, y el maestro de
Dios ha llegado a un punto en su progreso desde el que puede ver que en dicho aprendizaje radica su
escape. 6"Renuncia a lo que no quieres y quédate con lo que sí
quieres." 7¡Qué simple es lo obvio! 8¡Y qué fácil! 9El
maestro de Dios necesita este período de respiro. 10Todavía no ha
llegado tan lejos como cree. 11Mas cuando esté listo para seguir
adelante, marcharán a su lado compañeros poderosos. 12Ahora descansa
por un rato, y los convoca antes de proseguir. 13A partir
de ahí ya no seguirá adelante solo.
7.
La siguiente fase es ciertamente un
"período de inestabilidad". 2El maestro de Dios debe entender ahora que en realidad
no sabía distinguir entre lo que tiene valor y lo que no lo tiene. 3Lo
único que ha aprendido hasta ahora es que no desea lo que no tiene valor y que
sí desea lo que lo tiene. 4Su propio proceso de selección, no
obstante, no le sirvió para enseñarle la diferencia. 5La idea de
sacrificio, tan fundamental en su sistema de pensamiento, imposibilitó el que
pudiese discernir. 6Pensó que había aprendido a estar dispuesto,
pero ahora se da cuenta de que no sabe para qué sirve estar dispuesto. 7Ahora
tiene que alcanzar un estado que puede permanecer fuera de su alcance por
mucho, mucho tiempo. 8Tiene que aprender a dejar de lado todo
juicio, y a preguntarse en toda circunstancia qué es lo que realmente quiere. 9De
no ser porque cada uno de los pasos en esta dirección está tan fuertemente
reforzado, ¡cuán difícil sería darlos!
8.
Finalmente llega "un período de
logros" 2Ahora es cuando se consolida su aprendizaje. 3Lo
que antes se consideraban simples sombras, se han convertido ahora en ganancias
sustanciales, con las que puede contar en cualquier "emergencia"' ,
así como también en los períodos de calma. 4En efecto, el resultado
de esas ganancias no es otro que la tranquilidad: el fruto de un aprendizaje
honesto, de un pensamiento congruente y de una transferencia plena. 5Ésta
es la fase de la verdadera paz, pues aquí se refleja plenamente el estado
celestial. 6A partir de
ahí, el camino al Cielo está libre y despejado y no presenta ninguna
dificultad. 7En realidad, ya está aquí. 8¿Quién iba a
querer ir a ninguna otra parte, si ya goza de absoluta paz? 9¿Y
quién querría cambiar su tranquilidad por algo más deseable? 10¿Qué
podría ser más deseable?
Video de Mich Gaymard