Lección 254 y Manual del Maestro UCDM
LECCIÓN 254
Que se acalle en mí toda voz que no sea la de Dios.
1.
Padre, hoy quiero oír sólo Tu Voz. 2Vengo
a Ti en el más profundo de los silencios para oír Tu Voz y recibir Tu Palabra. 3No
tengo otra oración que ésta: que me des la verdad. 4Y la verdad no es sino Tu Voluntad, que hoy
quiero compartir Contigo.
2.
Hoy no dejaremos que los pensamientos
del ego dirijan nuestras palabras o acciones. 2Cuando se presenten,
simplemente los observaremos con calma y luego los descartaremos. 3No
deseamos las consecuencias que nos acarrearían. 4Por lo tanto, no
elegimos conservarlos. 5Ahora se han acallado. 6Y en esa
quietud, santificada por Su Amor, Dios se comunica con nosotros y nos habla de
nuestra voluntad, pues hemos decidido recordarle.
Manual del Maestro
22. ¿QUÉ RELACIÓN EXISTE ENTRE LA CURACIÓN Y LA
EXPIACIÓN?
1.
La curación y la Expiación no están
relacionadas: son lo mismo. 2No hay grados de dificultad en los milagros porque no hay grados de Expiación.
3Éste es el único concepto total que es posible en este mundo porque
es la fuente de una percepción completamente unificada. 4La idea de
una Expiación parcial no tiene sentido, del mismo modo como es imposible que
haya ciertas áreas en el Cielo reservadas para el infierno. 5Acepta
la Expiación y te curarás. 6La Expiación es la Palabra de Dios. 7Acepta
Su Palabra, y ya no quedará nada que pueda dar lugar a la enfermedad. 7Acepta
Su Palabra y todo milagro se habrá realizado. 9Perdonar es curar. 10El
maestro de Dios ha decidido que aceptar la Expiación para sí mismo es su única función. 11¿Qué puede
haber, entonces, que él no pueda curar? 12¿Qué milagro se le podría
negar?
2.
El progreso del maestro de Dios puede ser
lento o rápido, dependiendo de si reconoce la naturaleza inclusiva de la Expiación,
o de si, por un algún tiempo, excluye de ella ciertas áreas problemáticas. 2En
algunos casos se alcanza una súbita y total conciencia de cuán perfectamente
aplicable es la lección de la Expiación a todas las situaciones, mas esos casos
son relativamente raros. 3El maestro de Dios puede haber aceptado
la función que Dios le ha encomendado mucho antes de haber comprendido todo lo
que esa aceptación le aportaría. 4Sólo el final es seguro. 5En cualquier momento a
lo largo de su camino puede alcanzar el entendimiento necesario de lo que
significa la total inclusión. 6Si el camino le parece largo, que no
se desanime. 7Ya ha decidido qué rumbo quiere tomar. 8Eso
fue lo único que se le pidió. 9Y habiendo cumplido con lo requerido,
¿le negaría Dios lo demás?
3.
Para que el maestro de Dios progrese,
necesita comprender que perdonar es curar. 2La idea de que el cuerpo
puede enfermar es uno de los conceptos fundamentales del sistema de pensamiento
del ego. 3Dicho pensamiento le otorga autonomía al cuerpo, lo separa
de la mente y mantiene intacta la idea del ataque. 4Si el cuerpo
pudiese enfermar, la Expiación sería imposible. 5Un cuerpo que
pudiese ordenarle a la mente hacer lo que a él le place podría sencillamente ocupar el lugar de Dios
y probar que la salvación es imposible. 6¿Qué quedaría entonces que
necesitase curación? 7Pues el cuerpo se habría enseñoreado de la
mente. 8¿Cómo podría entonces devolvérsele la mente al Espíritu
Santo sin destruir el cuerpo? 9¿Y quién querría la salvación a ese
precio?
4. Ciertamente no parece que la enfermedad sea una decisión. 2Ni
nadie cree realmente que lo que quiere es estar enfermo. 3Tal vez pueda aceptar la idea en
teoría, pero rara vez la aplica de manera consistente a todas las clases de
enfermedad que percibe en sí mismo o en los demás. 4No es tampoco en
este nivel donde el maestro de Dios invoca el milagro de la curación. 5Él
mira más allá de la mente y del cuerpo, y ve únicamente la faz de Cristo
resplandeciendo ante él, corrigiendo todos los errores y sanando toda percepción. 6La curación
es el resultado del reconocimiento por parte del maestro de Dios de quién es el
que necesita ser curado. 7Este reconocimiento es aplicable sólo a
algunas cosas. 8Es verdad con respecto a todas las cosas que Dios
creó. 9En dicho reconocimiento se subsanan todas las ilusiones.
5. Cuando un maestro de Dios no puede curar es porque se ha olvidado de
Quién es. 2De esta forma, la enfermedad de otro pasa a ser suya. 3Al
permitir que esto suceda, se identifica con el ego de otro y, por lo tanto,
confunde a éste con un cuerpo. 4Al hacer eso, se niega a aceptar la
Expiación para sí mismo, y es imposible que pueda ofrecérsela a su hermano en
el Nombre de Cristo. 5De hecho, será incapaz de reconocer a su
hermano en absoluto, pues su Padre no creó cuerpos, y, por consiguiente, sólo
estará viendo en su hermano lo irreal. 6Un error no puede corregir
otro error, y una percepción distorsionada no cura. 7Hazte a un
lado, maestro de Dios. 8Has estado equivocado. 9No
señales el camino, pues has perdido el rumbo. 10Dirígete de
inmediato a tu Maestro y deja que Él te cure.
6. La ofrenda de la Expiación es universal. 2Es aplicable por
igual a todo el mundo y
en cualquier circunstancia. 3En ella reside el poder de curar a
cualquier persona de cualquier clase de enfermedad. 4No creer esto
es ser injusto con Dios, y por ende, serle infiel. 5El que está enfermo se percibe a sí mismo como
separado de Dios. 6¿Quieres verle tú además separado de ti? 7Tu
tarea es sanar la sensación de separación que le hizo enfermar. 8Tu
función es reconocer por él que lo que cree acerca de sí mismo no es verdad. 9Tu
perdón debe mostrarle eso. 10Curar es muy simple. 11La
Expiación se recibe y se ofrece. 12Habiéndose recibido, tiene que haberse
aceptado. 13Es en el recibir, pues, donde yace la curación. 14Todo
lo demás se deriva de este único propósito.
7. ¿Quién podría limitar el poder de Dios? 2¿Quién, entonces,
podría determinar quién se puede curar y de qué enfermedad, y qué debe permanecer
excluido del poder de perdonar de Dios? 3Esto ciertamente sería una
locura. 4La función de los maestros de Dios no es imponer límites al
Padre, ya que no es su función juzgar a Su Hijo. 5Y juzgar al Hijo es limitar a su Padre. 6Ambas
cosas están igualmente desprovistas de sentido. 7Sin embargo, esto
no se comprenderá hasta que el maestro de Dios reconozca que juzgar y limitar
no son sino un mismo error. 8Con esto recibe la Expiación, pues deja
de juzgar al Hijo de Dios y lo acepta tal como el Padre lo creó. 9Ya
no se encuentra separado de Dios, dictando dónde se debe administrar la
curación y dónde debe negarse. 10Ahora él puede decir con Dios:
"Éste es mi Hijo amado, que fue creado perfecto y que permanecerá así
eternamente".
23. ¿JUEGA JESÚS UN PAPEL ESPECIAL EN LA CURACIÓN?
1. Los dones
de Dios rara vez pueden recibirse directamente. 2Aun los maestros de
Dios más avanzados sucumben a las tentaciones de este mundo. 3¿Sería
justo entonces que se les negara la curación a sus alumnos por esa razón? 4La
Biblia dice: "Pide en el Nombre de Jesucristo". 5¿Es esto
simplemente una invocación a la magia? 6Un nombre no cura, ni
tampoco puede una invocación generar ningún poder especial. 7 ¿Qué
significado puede tener entonces apelar a Jesucristo? 8¿Que confiere
el invocar su Nombre? 9¿Por qué forma parte de la curación pedir en
su Nombre?
2. Hemos
repetido en muchas ocasiones que alguien que haya aceptado perfectamente la
Expiación para sí mismo puede sanar el mundo. 2En efecto, ya lo ha
hecho. 3La tentación podrá volver a acosar a otros, pero nunca a
Ése. 4Él se ha convertido en el Hijo de Dios resucitado. 5Ha
vencido a la muerte al haber aceptado la Vida. 6Se ha reconocido a
sí mismo tal como Dios lo creó, y al hacerlo, ha reconocido que toda cosa
viviente forma parte de él. 7Ahora su poder es ilimitado porque es
el Poder de Dios. 8De esta manera, su nombre se ha convertido en el
Nombre de Dios, pues ya no se considera a sí mismo separado de Él.
3. ¿Qué
significa esto para ti? 2Significa que al recordar a Jesús estás
recordando a Dios. 3Toda la relación del Hijo con el Padre radica en
Jesús. 4Su papel en la Filiación es también el tuyo, y el hecho de
que él completó su aprendizaje garantiza tu éxito. 5¿Se encuentra él
aún disponible para venir en tu ayuda? 6¿Qué dijo él mismo al
respecto? 7Recuerda sus promesas y pregúntate honestamente si sería
posible que no las fuese a cumplir. 8¿Puede Dios fallarle a Su Hijo?
9¿Y puede quien es uno con Dios ser distinto de Él? 10El
que transciende el cuerpo transciende también toda limitación. 11¿Cómo
no iba a estar disponible el más grande de los maestros para aquellos que lo
siguen?
4. El Nombre
de Jesucristo como tal no es más que un símbolo. 2Pero representa un
amor que no es de este mundo. 3Es un símbolo que se puede usar sin
riesgo para reemplazar a los innumerables nombres de todos los dioses a los
que imploras. 4Constituye el símbolo resplandeciente de la Palabra
de Dios, tan próximo a aquello que representa, que el ínfimo espacio que hay
entre ellos desaparece en el momento en que se evoca su Nombre. 5Recordar
el Nombre de Jesucristo es dar gracias por todos los dones que Dios te ha dado.
6Y la gratitud hacia Dios se convierte en la manera en que Él es recordado,
pues el amor no puede estar muy lejos de una mente y un corazón agradecidos. 7Dios
puede entonces entrar fácilmente porque éstas son las verdaderas condiciones
que hacen posible tu retorno al hogar.
5. Jesús ha
señalado el camino. 2¿Por qué no habrías de estarle agradecido? 3Te
ha pedido amor, mas sólo para él poder dártelo a ti. 4Tú no te amas
a ti mismo. 5Pero para Jesús, tu hermosura es tan absoluta e
inmaculada que ve en ella la imagen de su Padre. 6Tú te conviertes
en el símbolo de su Padre aquí en la tierra. 7Él tiene sus
esperanzas puestas en ti porque no ve límites en ti, ni mancha alguna que
opaque tu hermosa perfección. 8La visión de Cristo resplandece en
sus ojos con perfecta constancia. 9Él ha permanecido contigo. 10¿No
te gustaría aprender la lección de la salvación valiéndote de lo que él ya aprendió?
11¿Para qué empezar de nuevo, cuando él ya recorrió la jornada por
ti?
6. Nadie en la
tierra puede entender plenamente lo que es el Cielo ni cuál es el verdadero
significado de su Creador. 2Sin embargo, tenemos testigos. 3A
ellos es a quienes el que es sabio debe
acudir. 4Han existido personas cuyo conocimiento sobrepasó con
mucho lo que nosotros podemos aprender. 5Y no queremos enseñar las
limitaciones que nos hemos impuesto. 6Nadie que se haya convertido
en un maestro de Dios verdadero y completamente dedicado se olvida de sus
hermanos. 7Lo que les puede ofrecer, no obstante, se ve limitado por
lo que él mismo ha aprendido. 8Dirígete entonces hacia uno que
abandonó todo límite y fue más allá del alcance más elevado que el aprendizaje
puede ofrecer. 9Él te llevará consigo, pues no llegó hasta allí
solo. 10Estabas con él entonces, tal como lo estás ahora.
7. Este curso
procede de él porque sus palabras llegan a ti en un lenguaje que puedes amar y
comprender. 2¿Puede haber otros maestros que señalen el camino a
aquellos que hablan lenguas distintas y recurren a símbolos diferentes? 3Por
supuesto que sí. 4¿Dejaría Dios a uno solo de Sus Hijos sin una
ayuda muy real en tiempos de tribulación, sin un salvador que lo representase? 5Aun
así, necesitamos un programa de estudios polifacético, no porque el contenido
sea diferente, sino porque los símbolos tienen que modificarse y cambiar para
poder ajustarse a las diferentes necesidades. 6Jesús ha venido a
responder a las tuyas. 7En él hallarás la Respuesta de Dios. 8Enseña, entonces, con él, pues él está contigo; él siempre
está aquí.
Video de Mich Gaymard