Lección 146 y Texto de UCDM
LECCIÓN 146
Mi mente
alberga sólo lo que pienso con Dios.
(131) Nadie que realmente se proponga
alcanzar la verdad puede fracasar.
(132) Libero al mundo de todo lo que
jamás pensé que era.
Texto
A. El primer obstáculo: El deseo
de deshacerte de la paz
1. El primer
obstáculo que la paz debe salvar es tu deseo de deshacerte de ella. 2Pues
no puede extenderse a menos que la conserves. 3Tú eres el centro
desde donde ella irradia hacia afuera, para invitar a otros a entrar. 4Tú
eres su hogar: su tranquila morada desde donde se extiende serenamente hacia el
exterior, aunque sin abandonarte jamás. 5Si la dejases sin hogar,
¿cómo podría entonces morar dentro del Hijo de Dios? 6Si la paz se
ha de diseminar por toda la creación, tiene que empezar contigo, y desde ti
extenderse a cada hermano que llame, y llevarle descanso por haberse unido a
ti.
2. ¿Por qué
querrías dejar a la paz sin hogar? 2¿Qué es lo que crees que tendría
que desalojar para poder morar contigo? 3¿Cuál parece ser el costo
que tanto te resistes a pagar? 4La pequeña barrera de arena todavía
se interpone entre tu hermano y tú. 5¿La reforzarías ahora? 6No
se te pide que la abandones sólo para ti. 7Cristo te lo pide para Sí
Mismo. 8El quiere llevar paz a todo el mundo, mas ¿cómo lo podría
hacer, sino a través de ti? 9¿Dejarías que un pequeño banco de
arena, un muro de polvo, una aparente y diminuta barrera se interpusiese entre
tus hermanos y la salvación? 10Sin embargo, este diminuto residuo
de ataque que todavía tienes en tanta estima para poder usarlo contra tu
hermano, es el primer obstáculo con el que la paz que mora en ti se topa en su
expansión. 11Este pequeño muro de odio todavía quiere oponerse a la Voluntad de Dios, y
mantenerla limitada.
3. El propósito
del Espíritu Santo se encuentra en paz dentro de ti. 2Mas aún no
estás dispuesto a dejar que se una a ti completamente. 3Todavía te
opones un poco a la Voluntad
de Dios. 4Y esa pequeña oposición es un límite que quieres imponerle
a toda ella. 5La
Voluntad de Dios es una sola, no muchas. 6No tiene
opuestos, pues aparte de ella no hay ninguna otra. 7Lo que todavía
quieres conservar detrás de tu pequeña barrera y mantener separado de tu
hermano parece ser más poderoso que el universo, pues da la impresión de
restringir a éste y a su Creador. 8Y lo que este pequeño muro
pretende es nublar el propósito del Cielo y mantenerlo oculto de él.
4. ¿Rechazarías la
salvación que te ofrece el dador de la salvación? 2Pues en eso es en
lo que te has convertido. 3De la misma manera en que la paz no podría
alejarse de Dios, tampoco podría alejarse de ti. 4No tengas miedo de
este pequeño obstáculo, 5pues no puede frenar la Voluntad de Dios. 6La
paz fluirá a través de él, y se unirá a ti sin impedimentos. 7No se
te puede negar la salvación. 8Es tu meta. 9Aparte de eso
no hay nada más que elegir. 10No tienes ninguna meta aparte de la
de unirte a tu hermano, ni ninguna aparte de aquella que le pediste al Espíritu
Santo que compartiese contigo. 11El pequeño muro se derrumbará
silenciosamente bajo las alas de la paz. 12Pues la paz enviará a sus
mensajeros desde ti a todo el mundo, y las barreras se derrumbarán ante su
llegada con la misma facilidad con la que superará aquellas que tú interpongas.
5. Vencer al mundo
no es más difícil que superar tu pequeño muro. 2Pues en el milagro
de tu relación santa -una vez libre de esa barrera- se encuentran todos los
milagros. 3No hay grados de dificultad en los milagros, pues todos
ellos son lo mismo. 4Cada uno supone una dulce victoria de la
atracción del amor sobre la atracción de la culpabilidad. 5¿Cómo no
iba a poder lograrse esto dondequiera que se emprendiese? 6La
culpabilidad no puede levantar barreras reales contra ello. 7Y todo
lo que parece interponerse entre tu hermano y tú tiene que desaparecer por
razón de la llamada que contestaste. 8Desde ti que respondiste,
Aquel que te contestó quisiera llamar a otros. 9Su hogar reside en
tu relación santa. 10No trates de interponerte entre Él y Su santo
propósito, pues es también el tuyo. 11Permítele, en cambio, que
extienda dulcemente el milagro de vuestra relación a todos los que están
incluidos en dicho milagro tal como fue concedido.
6. Reina un
silencio en el Cielo, una feliz expectativa, un pequeño respiro lleno de júbilo
en reconocimiento del final de la jornada. 2Pues el Cielo te conoce
bien, tal como tú lo conoces a él. 3Ninguna ilusión se interpone
entre tu hermano y tú ahora. 4No pongas tu atención en el pequeño
muro de sombras. 5El sol se ha elevado por encima de él. 6¿Cómo
iba a poder una sombra impedir que vieses el sol? 7De igual modo,
las sombras tampoco pueden ocultar de ti la luz en la que a las ilusiones les
llega su fin. 8Todo milagro no es más que el final de una
ilusión. 9Tal fue la jornada; tal su final. 10Y en la
meta de verdad que aceptaste, a todas las ilusiones les llegará su fin.
7. El insignificante y demente
deseo de deshacerte de Aquel que invitaste y expulsarlo, no puede sino generar
conflicto. 2A medida que contemplas el mundo, ese insignificante
deseo, desarraigado y flotando a la deriva, puede posarse brevemente sobre
cualquier cosa, pues ahora no tiene ningún propósito. 3Antes de que
el Espíritu Santo entrase a morar contigo parecía tener un magno propósito:
la dedicación fija e inalterable al pecado y a sus resultados. 4Ahora
deambula sin rumbo, vagando a la deriva, causando tan sólo mínimas
interrupciones en la llamada del amor.
8. Este minúsculo deseo, esta diminuta ilusión, este residuo microscópico de
la creencia en el pecado, es todo lo que queda de lo que en un tiempo pareció
ser el mundo. 2Ya no es una inexorable barrera a la paz. 3Su
vano deambular hace que sus resultados parezcan ser más erráticos e
impredecibles que antes. 4Sin embargo, ¿qué podría ser más inestable
que un sistema ilusorio rígidamente organizado? 5Su aparente estabilidad no es otra
cosa que la debilidad que lo envuelve, la cual lo abarca todo. 6La
variabilidad que el pequeño residuo produce indica simplemente cuán limitados
son sus resultados.
9. ¿Cuán poderosa puede ser una
diminuta pluma ante las inmensas alas de la verdad? 2¿Podría acaso
oponerse al vuelo de un águila o impedir el avance del verano? 3¿Podría
interferir en los efectos que el sol veraniego produciría sobre un jardín
cubierto de nieve? 4Ve con cuánta facilidad se puede levantar y
transportar este pequeño vestigio para no volver jamás. 5Despídete
de él con alegría, no con pesar, pues de por sí no es nada ni significaba nada
cuando la fe que tenías en su protección era mayor. 6¿No preferirías
darle la bienvenida al cálido sol veraniego en lugar de poner tu atención en un
copo de nieve que está derritiéndose, y tiritar pensando en el frío invernal?
Video de Mich Gaymard