Lección 126 y Texto UCDM
LECCIÓN 126
Todo lo que
doy es a mí mismo a quien se lo doy.
1. La idea de hoy, que es
completamente ajena al ego y a la manera de pensar del mundo, es de suma
importancia para la inversión de pensamiento al que este curso dará lugar. 2Si creyeses lo que la idea de hoy
afirma, no te resultaría difícil perdonar completamente, tendrías certeza con
respecto a tu objetivo y no tendrías ninguna duda acerca de tu rumbo. 3Entenderías
los medios a través de los cuales se alcanza la salvación, y no vacilarías en
emplearlos ahora mismo.
2. Examinemos lo que crees en lugar
de esta idea. 2Te parece que los demás están separados de ti, que
son capaces de adoptar comportamientos que no tienen repercusión alguna sobre
tus pensamientos; y que los que tú adoptas no tienen repercusión alguna sobre los de
ellos. 3Tus actitudes, por lo tanto, no tienen ningún efecto sobre ellos, y sus súplicas
de ayuda no guardan relación alguna con las tuyas. 4Crees además que
ellos pueden pecar sin que ello afecte la percepción que tienes de ti mismo,
mientras que tú puedes juzgar sus pecados y mantenerte a salvo de cualquier
condenación y en paz.
3. Cuando "perdonas" un
pecado, no ganas nada con ello directamente. 2Es una ofrenda de
caridad a alguien que no se la merece, a fin de demostrar simplemente que tú
eres mejor y que te encuentras en un plano superior a él. 3Él no se
ha ganado la limosna de tu tolerancia -que tú le concedes
sabiendo que no es digno de tal dádiva- ya que sus pecados lo han situado muy
por debajo de una verdadera igualdad contigo. 4No tiene derecho a tu
perdón, el cual supone un regalo para él, pero no para ti.
4. De este modo, el perdón es
básicamente algo falso: un capricho caritativo, benévolo tal vez, pero
inmerecido; una dádiva que a veces se concede y a veces se niega. 2Puesto
que es inmerecido, es justo no otorgarlo, pero no es justo que tú tengas que
sufrir por haberte negado a concederlo. 3El pecado que perdonas no
es tu pecado. 4Alguien que se encuentra separado de ti lo cometió. 5Y si tú entonces eres magnánimo con
él y le concedes lo que no se merece, la dádiva es algo tan ajeno a ti como lo
fue su pecado.
5. Si esto fuese verdad, el perdón
no tendría ningún fundamento sobre el que basarse con certeza y seguridad. 2Sería
una excentricidad, según la cual algunas veces decides conceder indulgentemente
un indulto inmerecido. 3Conservarías, no obstante, el derecho a no
eximir al pecador de la justa retribución por su pecado. 4¿Crees que
el Señor de los Cielos iba a permitir que la salvación del mundo dependiera de
esto? 5¿No sería acaso Su
interés por ti ciertamente ínfimo, si permitiese que tu salvación dependiese de
un capricho?
6. No entiendes lo que es el
perdón. 2Tal como lo ves, no es sino un freno al ataque abierto que
no requiere corrección alguna en tu mente. 3Tal como lo percibes, no
te puede brindar paz. 4No constituye un medio por el que liberarte
de aquello que ves en otro, pero no en ti mismo. 5No tiene poder
alguno para restaurar en tu conciencia tu unidad con él. 6Eso no es lo que Dios dispuso para ti.
7. Al no haberle concedido al Padre
el regalo que Él te pide, no puedes reconocer Sus regalos; y crees que Él no te
los ha dado. 2Sin embargo, ¿te pediría Él un regalo que no fuese para ti? 3¿Podría
acaso quedar satisfecho con gestos vacíos y considerar que tales míseros
regalos son dignos de Su Hijo? 4La salvación es un regalo mucho
mejor que eso. 5Y el verdadero perdón, que es el medio por el que se
alcanza la salvación, no puede sino sanar a la mente que da, pues dar es
recibir. 6Lo que no se ha recibido, no se ha dado, pero lo que se ha
dado tiene que haberse recibido.
8. Hoy trataremos de entender la
verdad según la cual el que da y el que recibe son uno. 2Vas a
necesitar ayuda para poder entender esto, ya que es una idea completamente
ajena a los pensamientos a los que estás acostumbrado. 3Mas la Ayuda que necesitas ya está
aquí. 4Deposita tu fe en Él hoy, y pídele que esté contigo a la hora
de practicar con la verdad. 5Y si sólo logras captar un pequeño
atisbo de la liberación que reside en la idea que practicamos hoy, éste será
ciertamente un día glorioso para el mundo.
9. Dedica hoy quince minutos en dos
ocasiones a tratar de entender la idea de hoy. 2Esta idea es el
pensamiento mediante el cual el perdón pasa a ocupar el lugar que le
corresponde entre tus prioridades. 3Es el pensamiento que liberará a
tu mente de cualquier obstáculo que te impida comprender el significado del
perdón y lo valioso que es para ti.
10. Mientras
permaneces en silencio, cierra los ojos al mundo que no comprende lo que es el
perdón, y busca amparo en el sereno lugar en el que los pensamientos quedan
transformados y donde las falsas creencias se abandonan. 2Repite la
idea de hoy, y pide poder entender lo que realmente significa. 3Estáte
dispuesto a dejarte enseñar. 4Alégrate de oír lo que te dice la Voz de la verdad y de la
curación, y entenderás las palabras que Él te diga y reconocerás que son tus
propias palabras.
11. Tan a menudo como puedas
hoy, recuérdate a ti mismo que tienes un objetivo, una meta que hace que éste
sea un día de especial importancia para ti y para todos tus hermanos. 2No
permitas que tu mente se olvide de este objetivo por mucho tiempo, sino que di
para tus adentros:
3Todo lo que doy es a mí mismo a quien se lo doy.
4La Ayuda que necesito para comprender que esto es verdad, está conmigo ahora.
5Y confiaré en Él plenamente.
6Permanece luego en silencio por
un momento y deja que tu mente sea receptiva a Su corrección y a Su Amor. 7Y
creerás lo que le oigas decir, pues recibirás lo que Él te dé.
Texto
II.
El mundo perdonado
1. ¡Imagínate cuán hermosos te
parecerán todos aquellos a quienes hayas perdonado! 2En ninguna
fantasía habrás visto nunca nada tan bello. 3Nada de lo que ves
aquí, ya sea en sueños o despierto, puede compararse con semejante belleza. 4Y
no habrá nada que valores tanto como esto ni nada que tengas en tanta estima. 5Nada
que recuerdes que en alguna ocasión hiciera cantar a tu corazón de alegría te
brindó ni una mínima parte de la felicidad que esta visión ha de brindarte. 6Pues
gracias a ella podrás ver al Hijo de Dios. 7Contemplarás la belleza
que el Espíritu Santo adora contemplar, y por la que le da gracias al Padre. 8Él
fue creado para ver esto por ti hasta que tú aprendas a verlo por tu cuenta. 9Y
todas Sus enseñanzas conducen a esa visión y a dar gracias con Él.
2. Esta belleza no es una fantasía.
2Es el mundo real, resplandeciente, puro y nuevo, en el que todo
refulge bajo la luz del sol. 3No hay nada oculto aquí, pues todo ha
sido perdonado y ya no quedan fantasías que oculten la verdad. 4El
puente entre ese mundo y éste es tan corto y tan fácil de cruzar, que nunca te
hubieses podido imaginar que fuese el punto de encuentro de mundos tan
dispares. 5Mas este corto puente es la cosa más poderosa conectada
a este mundo. 6Este ínfimo paso, tan pequeño que ni siquiera has
reparado en él, es un salto que te lleva a través del tiempo hasta la
eternidad, y te conduce más allá de toda fealdad hacia una belleza que te
subyugará y que nunca cesará de maravillarte con su perfección.
3. Este paso, el más corto que jamás
se haya dado, sigue siendo el mayor
logro en el plan de Dios para la
Expiación. 2Todo lo demás se aprende, pero esto es
algo que se nos da, y que es completo en sí mismo y absolutamente perfecto. 3Nadie,
excepto Aquel que planeó la salvación, podría completarlo tan perfectamente. 4El
mundo real, en toda su belleza, es algo que se aprende a alcanzar. 5Todas
las fantasías se desvanecen y nada ni nadie continúa siendo prisionero de
ellas, y gracias a tu propio perdón ahora puedes ver. 6Lo que ves, sin embargo,
es únicamente lo que inventaste, excepto que ahora la bendición de tu perdón
descansa sobre ello. 7Y con esta última bendición que el Hijo de
Dios se da a sí mismo, la percepción real, nacida de la nueva perspectiva que
ha aprendido, habrá cumplido su propósito.
4. Las estrellas se desvanecerán en
la luz, y el sol que iluminó al mundo para que su belleza se pudiese apreciar
desaparecerá. 2La percepción no tendrá razón de ser cuando haya sido
perfeccionada, pues nada que haya sido utilizado para el aprendizaje tendrá
función alguna. 3Nada cambiará jamás; y las fluctuaciones y los
matices, así como las diferencias y contrastes que hacían que la percepción
fuese posible cesarán. 4La percepción del mundo real será tan fugaz
que apenas tendrás tiempo de dar gracias a Dios por él. 5Pues una
vez que hayas alcanzado el mundo real y estés listo para recibir a Dios, Él
dará de inmediato el último paso.
5. El mundo real se alcanza
simplemente mediante el completo perdón del viejo mundo, aquel que contemplas
sin perdonar. 2El Gran Transformador de la percepción emprenderá
contigo un examen minucioso de la mente que dio lugar a ese mundo, y te
revelará las aparentes razones por las que lo construiste. 3A la luz
de la auténtica razón que le caracteriza te darás cuenta, a medida que lo
sigas, de que ese mundo está totalmente desprovisto de razón. 4Cada
punto que Su razón toque florecerá con belleza, y lo que parecía feo en la
oscuridad de tu falta de razón, se verá transformado de repente en algo
hermoso. 5Ni siquiera lo que el Hijo de Dios inventó en su demencia
podría no tener oculto dentro de sí una chispa de belleza que la dulzura no
pudiese liberar.
6. Esta belleza brotará para
bendecir todo cuanto veas, conforme contemples al mundo con los ojos del
perdón. 2Pues el perdón transforma literalmente la visión, y te
permite ver el mundo real alzarse por encima del caos y envolverlo dulce y
calladamente, eliminando todas las ilusiones que habían tergiversado tu
percepción y que la mantenían anclada en el pasado. 3La hoja más
insignificante se convierte en algo maravilloso, y las briznas de hierba en
símbolos de la perfección de Dios.
7. Desde el mundo perdonado el Hijo
de Dios es elevado fácilmente hasta su hogar. 2Y una vez en él sabrá que siempre
había descansado allí en paz. 3Incluso la salvación se convertirá en
un sueño y desaparecerá de su mente. 4Pues la salvación es el final
de los sueños, y dejará de tener sentido cuando el sueño finalice. 5¿Y quién, una vez despierto en el
Cielo, podría soñar que aún pueda haber necesidad de salvación?
8. ¿Cuánto deseas la salvación? 2Pues
ella te dará el mundo real, el cual está esperando ansiosamente ese momento. 3Las
ansias del Espíritu Santo por dártelo son tan intensas que Él no quisiera
esperar, si bien espera pacientemente. 4Une Su paciencia a tu
impaciencia para que tu encuentro con Él no se demore más. 5Ve
gustosamente a encontrarte con tu Redentor, y con absoluta confianza abandona
con Él este mundo y entra al mundo real de belleza y perdón.
Video de Mich Gaymard