Lección 145 y Texto UCDM
LECCIÓN 145
Mi mente
alberga sólo lo que pienso con Dios.
(129) Más allá de este mundo hay un
mundo que deseo.
(130) Es imposible ver dos mundos.
Texto
IV.
Los obstáculos a la paz
2. Todo esto es lo que harás. 2Para
ello, no obstante, la paz que ya mora en lo más profundo de tu ser debe primero
expandirse y transponer los obstáculos que situaste ante ella. 3Esto
es lo que harás, pues nada que se emprenda con el Espíritu Santo queda inconcluso. 4No puedes estar seguro de nada
de lo que ves fuera de ti, pero de esto sí puedes estar seguro: el Espíritu Santo
te pide que le ofrezcas un lugar de reposo donde tú puedas descansar en Él. 5Él
te contestó, y entró a formar parte de vuestra relación. 6¿No
quieres corresponder a Su gracia, y entablar una relación con Él? 7Pues
fue Él quien le confirió a tu relación el regalo de la santidad, sin la cual te
habría resultado eternamente imposible apreciar a tu hermano.
3. Él sólo te pide que aceptes por Él la gratitud que le debes. 2Y cuando contemplas a tu hermano
con infinita benevolencia, lo estás contemplando a Él. 3Pues estás
mirando allí donde Él está, y no donde no está. 4No
puedes ver al Espíritu Santo, pero puedes ver a tus hermanos correctamente. 5Y la luz en ellos te mostrará todo
lo que necesites ver. 6Cuando la paz que mora en ti se haya extendido
hasta abarcar a todo el mundo, la función del Espíritu Santo aquí se habrá
consumado. 7¿Qué necesidad habrá de ver entonces? 8Cuando
Dios Mismo haya dado el paso final, el Espíritu Santo reunirá todas las
gracias que le hayas dado y toda la gratitud que le hayas ofrecido, y las
depositará dulcemente ante Su Creador en el nombre de Su santísimo Hijo. 9Y
el Padre las aceptará en Su Nombre. 10¿Qué necesidad hay de ver, en
presencia de Su gratitud?
Video de Mich Gaymard