Lección 17 y Texto UCDM
LECCIÓN 17
No veo cosas neutras.
1. Esta idea es
otro paso en el proceso de identificar causa y efecto tal como realmente operan
en el mundo. 2No ves cosas neutras porque no tienes pensamientos neutros.
3El pensamiento siempre tiene lugar primero, a pesar de la tentación
de creer que es al contrario. 4El mundo no piensa de esa manera,
pero tú tienes que aprender que así es como piensas tú. 5De lo
contrario, la percepción carecería de causa, y sería ella misma la causa de la
realidad. 6En vista de su naturaleza altamente variable, eso es de
todo punto imposible.
2. Al aplicar la
idea de hoy mantén los ojos abiertos mientras te dices a ti mismo:
2No veo cosas
neutras porque no tengo pensamientos neutros.
3Luego mira a tu alrededor,
dejando que tu mirada se pose sobre cada cosa que notes el tiempo suficiente
para poder decir:
4No veo un/una _____ neutro/a porque
mis pensamientos acerca de _____ no son neutros.
5Podrías decir, por ejemplo:
6No veo una pared neutra porque mis
pensamientos acerca de las paredes no son neutros.
7No veo un cuerpo neutro porque mis pensamientos acerca de los cuerpos no
son neutros.
3. Como de
costumbre, es esencial no hacer distinciones entre lo que crees que es animado o
inanimado, agradable o desagradable. 2Independientemente de lo que
puedas creer, no ves nada que esté realmente vivo o que sea realmente gozoso. 3Eso
se debe a que todavía no eres consciente de ningún pensamiento realmente verdadero,
y, por lo tanto, realmente feliz.
4. Se recomiendan
tres o cuatro sesiones de práctica concretas, e incluso si experimentas
resistencia, son necesarias cuando menos tres para obtener el máximo beneficio.
2En tal caso, no obstante, puedes acortar la duración de la sesión a
menos del minuto que de otra forma se recomienda.
Texto
Capítulo 4
LAS
ILUSIONES DEL EGO
Introducción
1. La Biblia dice que si un
hermano te pide que camines con él una milla, que le acompañes dos. 2Ciertamente
no sugiere que le retrases en su viaje. 3Tu dedicación a un hermano
no puede tampoco retrasarte a ti. 4Sólo puede conducir a un
progreso mutuo. 5El resultado de una dedicación genuina es la
inspiración, palabra que, si se entiende correctamente, es lo opuesto a la
fatiga. 6Estar fatigado es estar des-animado, mas estar inspirado es
estar en el espíritu. 7Ser egocéntrico es estar des-animado, mas
estar centrado en Sí Mismo, en el buen sentido de la expresión, es estar
inspirado o en el espíritu. 8Los verdaderamente inspirados están
iluminados y no pueden morar en las tinieblas.
2. Puedes
hablar desde el espíritu o desde el ego, según elijas. 2Si hablas
desde el espíritu es que has decidido acatar las palabras "Detente y
reconoce que yo soy Dios". 3Éstas son palabras inspiradas
porque reflejan conocimiento. 4Si hablas desde el ego estás
renegando del conocimiento en vez de ratificándolo, y, por lo tanto, estás
des-animándote. 5No te embarques en viajes inútiles, pues
ciertamente no llevan a ninguna parte. 6Puede que el ego los desee,
pero el espíritu no puede emprenderlos porque nunca está dispuesto a apartarse
de sus Cimientos.
3. El viaje a la cruz debería ser el
último "viaje inútil". 2No sigas pensando en él, sino dalo
por terminado. 3Si puedes aceptarlo como tu último viaje inútil,
serás libre también de unirte a mi resurrección. 4Hasta que no lo
hagas, estarás desperdiciando tu vida, 5ya que ésta simplemente
seguirá siendo una repetición de la separación, de la pérdida de poder, de los
esfuerzos fútiles que el ego lleva a cabo en busca de compensación y,
finalmente, de la crucifixión del cuerpo o muerte. 6Estas
repeticiones continuarán indefinidamente hasta que voluntariamente se
abandonen. 7No cometas el patético error de "aferrarte a la
vieja y rugosa cruz". 8El único mensaje de la crucifixión es
que puedes superar la cruz. 9Hasta que no la superes eres libre de
seguir crucificándote tan a menudo como quieras. 10Éste no es el
Evangelio que quise ofrecerte. 11Tenemos otro viaje que emprender, y
si lees cuidadosamente las lecciones que aquí se ofrecen, éstas te ayudarán a
prepararte para emprenderlo.
I. La enseñanza y el aprendizaje
correctos
1. Un buen
maestro clarifica sus propias ideas y las refuerza al enseñarlas. 2En
el proceso de aprendizaje tanto el maestro como el alumno están a la par. 3Ambos
se encuentran en el mismo nivel de aprendizaje, y a menos que compartan sus
lecciones les faltará convicción. 4Un buen maestro debe tener fe en
las ideas que enseña, pero tiene que satisfacer además otra condición: debe
tener fe en los estudiantes a quienes ofrece sus ideas.
2. Muchos
montan guardia en torno a sus ideas porque quieren conservar sus sistemas de
pensamiento intactos, y aprender significa cambiar. 2Los que creen
estar separados siempre temen cambiar porque no pueden concebir que los
cambios sean un paso hacia adelante en el proceso de subsanar la separación. 3Siempre
los perciben como un paso hacia una mayor separación, debido a que la
separación fue su primera experiencia de cambio. 4Crees que si no
permites ningún cambio en tu ego alcanzarás la paz. 5Esta marcada
confusión sólo puede tener lugar si sostienes que un mismo sistema de
pensamiento puede erigirse sobre dos cimientos distintos. 6Nada
puede llegar al espíritu desde el ego, ni nada puede llegar al ego desde el
espíritu. 7El espíritu no puede ni reforzar al ego, ni aminorar el
conflicto interno de éste. 8El ego en sí es una contradicción. 9Tu
falso ser y el Ser de Dios están en oposición. 10Y lo están con respecto
a sus orígenes, rumbos y desenlaces. 11Son fundamentalmente
irreconciliables porque el espíritu no puede percibir y el ego no puede gozar
de conocimiento. 12No están, por lo tanto, en comunicación, ni jamás
lo podrán estar. 13El ego, sin embargo, puede aprender, aún cuando
su hacedor esté desencaminado. 14Este, no obstante, no puede hacer
que lo que fue infundido con vida sea completamente exánime.
3. El espíritu no tiene necesidad de que
se le enseñe nada, pero el ego sí. 2El proceso de aprender se
percibe, en última instancia, como algo aterrador porque conduce, no a la
destrucción del ego, sino al abandono de éste a la luz del espíritu. 3Éste
es el cambio que el ego no puede sino temer, puesto que no comparte mi caridad.
4La lección que yo tuve que aprender es la misma que tú tienes que
aprender ahora, y puesto que la aprendí, puedo enseñártela. 5Nunca
atacaré a tu ego, si bien estoy tratando de enseñarte cómo surgió su sistema
de pensamiento. 6Cuando te recuerdo tu verdadera creación, tu ego no
puede por menos que reaccionar con miedo.
4. Aprender
y enseñar son los mayores recursos de que dispones ahora porque te permiten
cambiar de mentalidad y ayudar a otros a hacer lo mismo. 2Negarte a
cambiar de mentalidad no conseguiría probar que la separación no ocurrió. 3El
soñador que duda de la realidad de su sueño mientras todavía está soñando no
está realmente sanando su mente dividida. 4Tú sueñas con un ego
separado y crees en el mundo que se basa en él. 5Todo ello te parece
muy real. 6No puedes deshacerlo sin cambiar de mentalidad al
respecto. 7Si estás dispuesto a renunciar al papel de guardián de
tu sistema de pensamiento y ofrecérmelo a mí, yo lo corregiré con gran
delicadeza y te conduciré de regreso a Dios.
5. Todo buen
maestro espera impartir a sus estudiantes tanto de lo que él mismo ha aprendido
que algún día dejen de necesitarle. 2Este es el verdadero y único
objetivo del maestro. 3Es imposible convencer al ego de esto porque
va en contra de todas sus leyes. 4Pero recuerda que las leyes se
promulgan para proteger la continuidad del sistema en que cree el que las
promulga. 5Es natural que el ego trate de protegerse a sí mismo una
vez que lo inventaste, pero no es natural que desees obedecer sus leyes a
menos que tú creas en ellas. 6El ego no puede tomar esta decisión
debido a la naturaleza de su origen. 7Pero tú puedes tomarla debido
a la naturaleza del tuyo.
6. Los egos
pueden chocar en cualquier situación, pero es imposible que el espíritu choque
en absoluto. 2Si percibes a un maestro simplemente como "un ego
más grande" sentirás miedo, ya que agrandar un ego es aumentar la ansiedad
que produce la separación. 3Enseñaré contigo y viviré contigo si
estás dispuesto a pensar conmigo, pero mi objetivo será siempre eximirte
finalmente de la necesidad de un maestro. 4Esto es lo opuesto al
objetivo del maestro que se deja guiar por el ego. 5A ése sólo le
interesa el efecto que su ego pueda tener sobre otros egos, y, por consiguiente,
interpreta la interacción entre ellos como un medio de conservar su propio ego.
6Yo no podría dedicarme a enseñar si creyese eso, y tú no serás un
maestro dedicado mientras lo creas. 7Se me percibe constantemente
como un maestro al que hay que exaltar o rechazar, pero yo no acepto ninguna de
esas dos percepciones de mí mismo.
7. El que enseñes o aprendas no es lo que
establece tu valía. 2Tu valía la estableció Dios. 3Mientras
sigas oponiéndote a esto, todo lo que hagas te dará miedo, especialmente
aquellas situaciones que tiendan a apoyar la creencia en la superioridad o en
la inferioridad. 4Los maestros tienen que tener paciencia y repetir
las lecciones que enseñan hasta que éstas se aprendan. 5Yo estoy
dispuesto a hacer eso porque no tengo derecho a fijar los límites de tu
aprendizaje por ti. 6Una vez más: nada de lo que haces, piensas o
deseas es necesario para establecer tu valía. 7Este punto no es
debatible excepto en fantasías. 8Tu ego no está nunca en entredicho
porque Dios no lo creó. 9Tu espíritu no está nunca en entredicho
porque Él lo creó. 10Cualquier confusión al respecto es ilusoria, y,
mientras perdure esa ilusión, no es posible tener dedicación alguna.
8. El ego
trata de explotar todas las situaciones para vanagloriarse, a fin de superar
sus propias dudas. 2Seguirá lleno de dudas mientras tú sigas
creyendo en su existencia. 3Tú que lo inventaste no puedes tener
confianza en él porque cuando estás en tu mente recta te das cuenta de que no
es real. 4La única solución cuerda es no tratar de cambiar la
realidad -lo cual sería ciertamente aterrador- sino aceptarla tal como es. 5Tú
formas parte de la realidad, la cual permanece inmutable más allá del alcance
del ego, aunque fácilmente al alcance del espíritu. 6Cuando sientas
miedo, aquiétate y reconoce que Dios es real, y que tú eres Su Hijo amado en quien
Él se complace. 7No dejes que tu ego refute esto porque el ego no
puede conocer algo que está tan lejos de su alcance como lo estás tú.
9. Dios no es el autor del miedo. 2El
autor del miedo eres tú. 3Has elegido crear en forma diferente a
como crea Él, y, por lo tanto, has hecho posible el que puedas tener miedo. 4No
estás en paz porque no estás desempeñando tu función. 5Dios te
encomendó una función, muy elevada que no estás llevando a cabo. 6Tu
ego ha elegido estar atemorizado en vez de llevarla a cabo. 7Cuando
despiertes te será imposible entender esto porque es literalmente increíble. 8No
creas lo increíble ahora. 9Cualquier intento de incrementar su
credibilidad es simplemente un intento de posponer lo inevitable. 10La palabra
"inevitable" le causa terror al ego, pero es motivo de júbilo para el
espíritu. 11Alcanzar a Dios es inevitable, y tú no puedes eludirlo,
de la misma manera en que Él no te puede eludir a ti.
10. El ego tiene miedo del gozo del espíritu
porque una vez que lo hayas experimentado dejarás de proteger y de atribuirle
valor al miedo. 2Le atribuyes gran valor ahora porque el miedo es un
testigo de la separación, y tu ego se regocija cuando das testimonio de ella. 3¡Repúdialo!
4No le escuches ni le ampares. 5Escucha únicamente a Dios,
que es tan incapaz de engañar como lo es el espíritu que Él creó. 6Libérate
y libera a otros. 7No les ofrezcas a los demás una imagen de ti
mismo falsa e indigna, ni tampoco aceptes una imagen similar de ellos.
11. El ego ha construido para ti un hogar
mísero e inhóspito porque no puede construir de ninguna otra manera. 2No
trates de mantener en pie ese hogar ruinoso. 3En su debilidad radica
tu fuerza. 4Sólo Dios pudo erigir un hogar digno de Sus creaciones,
las cuales han elegido dejarlo vacío, desahuciándose así a sí mismas. 5No
obstante, Su hogar seguirá en pie eternamente, listo para cuando decidas entrar
a ocuparlo. 6De esto puedes estar completamente seguro: 7Dios
es tan incapaz de crear lo perecedero como el ego de fabricar lo eterno.
12. Desde tu ego no puedes hacer nada para
salvarte o para salvar a otros, pero desde tu espíritu puedes hacer cualquier
cosa para salvar a otros o para salvarte a ti mismo. 2La humildad es
una lección para el ego, no para el espíritu. 3El espíritu está más allá de la
humildad porque reconoce su esplendor y gustosamente irradia su luz por todas
partes. 4Los mansos heredarán la tierra porque sus egos son
humildes, y esto hace que su percepción sea más fidedigna. 5El Reino
de los Cielos es el derecho del espíritu, cuya belleza y dignidad están mucho
más allá de cualquier duda, más allá de la percepción, y se alzan para siempre
como las señales del Amor de Dios hacia Sus creaciones, las cuales son
absolutamente dignas de Él y sólo de Él. 6Ninguna otra cosa es lo suficientemente
valiosa como para poder ser una ofrenda para una creación de Dios Mismo.
13. Yo seré un substituto de tu ego si así lo
deseas, pero nunca de tu espíritu. 2Un padre puede dejar su hijo al
cuidado de un hermano mayor que haya demostrado ser responsable, pero esto no
entraña confusión alguna acerca de quién es el padre. 3El hermano
puede proteger el cuerpo y el ego del niño, pero eso no lo lleva a creer que él
sea el padre. 4Me puedes confiar tu cuerpo y tu ego debido
únicamente a que eso te permite desentenderte de ellos y me deja mostrarte que
no son importantes. 5Yo no podría entender lo importantes que son
para ti si yo mismo no hubiese estado tentado de creer en ellos. 6Aprendamos
juntos esta lección para que juntos podamos liberarnos de tu cuerpo y de tu
ego. 7Necesito maestros dedicados que compartan mi objetivo de sanar
a la mente. 8El espíritu no tiene ninguna necesidad de que ni tú ni
yo lo protejamos. 9Recuerda lo siguiente:
10En
este mundo no hay por qué tener tribulaciones
porque
yo he vencido al mundo. "Por eso es por lo
que
debes estar animado.
Video de Mich Gaymard