Lección 97 y Texto UCDM
LECCIÓN 97
Soy espíritu.
1. La idea de hoy te identifica a ti con tu único Ser.
2No acepta una identidad dividida, ni trata de formar una unidad
entrelazando factores opuestos. 3Simplemente declara la verdad. 4Practica
hoy esta verdad tan a menudo como puedas, pues extraerá a tu mente del
conflicto y la llevará a los serenos campos de la paz. 5Ni el más
leve escalofrío de miedo hará acto de presencia, pues habrá sido absuelta de la
locura al haber abandonado la ilusión de una identidad dividida.
2. Volvemos a declarar la verdad acerca de tu Ser, el
santo Hijo de Dios que mora en ti, a Cuya mente le ha sido restituida la
cordura. 2Tú eres el espíritu que ha sido amorosamente dotado de
todo el Amor, la paz y la dicha de tu Padre. 3Tú eres el espíritu
que completa a Dios Mismo y que comparte con Él Su función de Creador. 4Él
está siempre contigo, tal como tú estás con Él.
3. Hoy trataremos de acercar la realidad a tu mente
todavía más. 2Cada vez que practicas, te vuelves cuando menos un
poco más consciente, ahorrando en algunas ocasiones mil años o más. 3Los
minutos que dedicas se multiplican una y otra vez, pues el milagro hace uso
del tiempo, pero no está regido por él. 4La salvación es un milagro,
el primero y el último; el primero que es el último, pues es uno.
4. Tú eres el espíritu en cuya mente mora el milagro
en el que el tiempo se detiene; el milagro en el que un minuto que se dedique a
la práctica de estas ideas se convierte en un lapso de tiempo ilimitado e
infinito. 2Da, pues, gustosamente estos minutos, y cuenta con Aquel
que prometió infundirlos de intemporalidad. 3Él respaldará con toda
Su fortaleza cada pequeño esfuerzo que hagas. 4Concédele hoy los minutos
que Él necesita para poder ayudarte a entender con Él que tú eres el espíritu
que mora en Él y que hace un llamamiento a todas las cosas vivientes a través
de Su Voz; el espíritu que ofrece Su visión a todo aquel que se la pide y que
reemplaza el error con la simple verdad.
5.
El Espíritu Santo se regocijará de tomar
cinco minutos de cada hora de tu tiempo para llevarlos alrededor de este mundo
afligido donde el dolor y la congoja parecen reinar. 2No pasará por
alto ni una sola mente receptiva que esté dispuesta a aceptar los dones de
curación que esos minutos brindan, y los concederá allí donde Él sabe que han
de ser bien recibidos. 3Y su
poder sanador aumentará cada vez que alguien los acepte como sus propios
pensamientos y los use para curar.
6. De esta manera, cada ofrenda que se le haga se
multiplicará miles de veces y decenas de miles más. 2Y cuando te sea
devuelta, sobrepasará en poderío la pequeña ofrenda que hiciste, en forma
parecida a como el resplandor del sol es infinitamente más potente
que el pequeño destello que emite la luciérnaga en un fugaz instante antes de
apagarse. 3El constante fulgor de esta luz permanecerá y te guiará
más allá de las tinieblas; y jamás podrás olvidar el camino otra vez.
7.
Comienza estos gratos ejercicios con las
palabras que el Espíritu Santo te dice, y deja que su eco reverbere por todo
el mundo a través de Él:
2Espíritu soy, un santo Hijo de Dios; libre de toda limitación, a
salvo, sano y pleno.
3Libre para perdonar y libre para salvar al mundo.
3Expresado a través de ti, el
Espíritu Santo aceptará este regalo que recibiste de Él, aumentará su poder y
te lo devolverá.
8. Ofrécele gustosamente hoy cada
sesión de práctica. 2Y Él te hablará, recordándote que eres
espíritu, uno con Él y con Dios, uno con tus hermanos y con tu Ser. 3Escucha
las seguridades que te da cada vez que pronuncias las palabras que Él te ofrece
hoy, y permite que Él le diga a tu mente que son verdad. 4Utilízalas
contra cualquier tentación, y evita las lamentables consecuencias que la tentación
trae consigo si sucumbes a la creencia de que eres otra cosa. 5El
Espíritu Santo te brinda paz hoy. 6Recibe Sus palabras, y
ofréceselas a Él.
Texto
Xl. La paz del Cielo
1. Las mejores
alternativas que el ego ofrece para contrarrestar lo que se percibe como la
ruda intromisión de la culpabilidad en la paz son: el olvido, el sueño y
la muerte. 2Aun así, nadie piensa que está en conflicto y abatido
por una guerra cruel, a menos que crea que ambos
contendientes son reales: 3Al creerlo, se ve obligado a escapar,
pues una guerra así pondría fin a su paz mental y, por lo tanto, lo
destruiría. 4Mas sólo con que se diese cuenta de que la guerra es
entre un poder real y uno irreal, podría mirar en su interior y ver su
libertad. 5Nadie pensaría estar abatido y atormentado por
interminables batallas si él mismo percibiese que no tienen absolutamente
ningún significado.
2. No es la
Voluntad de Dios que Su Hijo viva en estado de guerra. 2Por lo tanto,
el imaginado "enemigo" que Su Hijo cree tener es totalmente irreal. 3No estás sino tratando de escapar de una guerra encarnizada de la que ya
te has escapado. 4La guerra ya terminó, pues has
oído el himno de la libertad elevarse hasta el Cielo. 5Grande es la
dicha y el regocijo de Dios por tu liberación porque tú no creaste la libertad.
6Mas de la misma manera en que no creaste la libertad, tampoco
creaste una guerra que pudiese poner en peligro dicha libertad. 7Nada
destructivo ha existido nunca ni existirá jamás. 8La guerra, la
culpabilidad y el pasado desaparecieron al unísono en la irrealidad de
donde vinieron.
3. Cuando
todos estemos unidos en el Cielo, no valorarás nada de lo que valoras aquí. 2Pues
nada de lo que valoras aquí lo valoras completamente, y, por lo tanto, no lo valoras en absoluto. 3Sólo
aquello a lo que Dios otorgó valor tiene valor, y el valor de lo que Dios
aprecia no es susceptible de ser juzgado, pues ya se fijó. 4Su valor es
absoluto. 5Las únicas alternativas que tienes ante ti son apreciarlo
o no. 6Valorarlo parcialmente significa que se desconoce
su valor. 7En el Cielo está
todo lo que Dios valora. 8Allí nada es, ambiguo. 9Todo es
claro y luminoso, y suscita una sola respuesta. 10En el Cielo no
hay tinieblas ni contrastes. 11Nada varía 12ni sufre
interrupción alguna. 13Lo único que se experimenta es una sensación
de paz tan profunda que ningún sueño de este mundo ha podido jamás
proporcionarte ni siquiera el más leve indicio de lo que dicha paz es.
4. No hay nada en este mundo que
pueda brindarte semejante paz porque no hay nada en este mundo que
se comparta totalmente. 2La percepción perfecta tan sólo puede
mostrarte lo que se puede compartir plenamente. 3Puede mostrarte
asimismo lo que resulta de ese compartir, mientras todavía tengas presente los
resultados de no compartir. 4El Espíritu Santo señala calladamente
el contraste sabiendo que, en última instancia, dejarás que Él juzgue por ti
la diferencia, permitiéndole que te muestre cuál de las dos alternativas es
cierta. 5Tiene perfecta fe en tu juicio final, porque sabe que es Él
Quien lo emitirá por ti. 6Dudar de eso sería dudar de que Él vaya a
llevar a cabo Su misión. 7Mas ¿cómo iba a ser posible eso cuando Su
misión es de Dios?
5. Tú, cuya mente está ensombrecida por las dudas y la
culpabilidad, recuerda esto: Dios te dio el Espíritu Santo a Quien le encomendó
la misión de eliminar toda duda y todo vestigio de culpabilidad que Su amado
Hijo jamás se hubiese echado encima. 2Su misión no puede fracasar, pues nada puede
impedir el logro de lo que Dios ha dispuesto que se logre. 3La
Voluntad de Dios se hace sean
cuales fueren tus reacciones a la Voz
del Espíritu Santo, sea cual fuere la voz que elijas escuchar y 4sea
cuales fueren los extraños pensamientos que te asalten. 5Encontrarás
la paz en la que Dios te ha establecido porque Él no cambia de parecer. 6Él
es tan estable, como la paz en la que moras, la cual el Espíritu Santo te
recuerda.
6. En el Cielo no recordarás
cambios ni variaciones. 2Sólo aquí tienes necesidad de contrastes. 3Los
contrastes y las diferencias son recursos de aprendizaje necesarios, pues
gracias a ellos aprendes lo que debes evitar y lo que debes procurar. 4Cuando
hayas aprendido eso, encontrarás la respuesta que elimina la necesidad de las
diferencias. 5La verdad viene por su cuenta a encontrarse consigo
misma. 6Cuando hayas aprendido que tú le perteneces a la verdad,
ésta vendrá hasta ti quedamente sin diferencias de ninguna clase, 7pues
no necesitarás ningún contraste que te ayude a comprender que eso, y sólo
eso es lo que quieres. 8No temas que el Espíritu Santo vaya a
fracasar en la misión que tu Padre le ha encomendado. 9La Voluntad
de Dios no fracasa en nada.
7. Ten fe únicamente en lo que
sigue a continuación, y ello será suficiente: la Voluntad de Dios es que estés
en el Cielo, y no hay nada que te pueda privar del Cielo o que pueda privar al
Cielo de tu presencia. 2Ni tus percepciones falsas más absurdas, ni
tus imaginaciones más extrañas ni tus pesadillas más aterradoras significan
nada. 3No prevalecerán contra la paz que la Voluntad de Dios ha
dispuesto para ti. 4El Espíritu Santo restaurará tu cordura porque
la demencia no es la Voluntad de Dios. 5Si eso es suficiente para el Espíritu Santo,
también es suficiente para ti. 6No conservarás lo que Dios desea que
se elimine porque eso interrumpe Su comunicación contigo, que es con quien Él
quiere comunicarse. 7Su Voz se oirá.
8. El nexo de comunicación que
Dios Mismo colocó dentro de ti y que une tu mente con la Suya, no puede ser
destruido. 2Tal vez creas que ése es tu deseo, y esa creencia
ciertamente interfiere en la profunda paz en la que se conoce la dulce y
constante comunicación que Dios desea mantener contigo. 3Sus
canales de extensión, no obstante, no pueden cerrarse del todo o separarse de
Él. 4Gozarás de paz porque Su paz fluye todavía hacia ti desde Aquel
Cuya Voluntad es la paz. 5Dispones de ella en este mismo instante. 6El
Espíritu Santo te enseñará a usarla, y al extenderla, sabrás que se encuentra
en ti. 7Dios dispuso que el Cielo fuese tuyo, y nunca dispondrá nada
más para ti. 8Lo único que el Espíritu Santo conoce es la Voluntad
de Dios. 9Es imposible que no alcances el Cielo, pues Dios es algo
seguro, y lo que Su Voluntad dispone es tan seguro como Él.
9. Aprenderás lo que es la
salvación porque aprenderás a salvar. 2Es imposible que te puedas
excluir de lo que el Espíritu Santo quiere enseñarte. 3La salvación
es algo tan seguro como Dios. 4La certeza de Dios es suficiente. 5Date
cuenta de que incluso la más tenebrosa pesadilla que perturba la mente del Hijo
durmiente de Dios no tiene poder alguno sobre él. 6Él aprenderá la
lección del despertar. 7Dios vela por él y la luz le rodea.
10. ¿Cómo iba a poder el Hijo de
Dios perderse en sueños, cuando Dios ha puesto dentro de él la jubilosa llamada
a despertar y a ser feliz? 2Él no se puede separar de lo que está en
él. 3Su sueño no podrá resistir la llamada a despertar. 4Es
tan seguro que la misión de la redención se cumplirá como que la creación
permanecerá inmutable por toda la eternidad. 5No tienes que saber
que el Cielo es tuyo para que lo sea. 6Lo es. 7Mas para
saberlo; tienes que aceptar que la Voluntad de Dios es tu voluntad.
11. El Espíritu Santo deshará por
ti todo lo que has aprendido que enseña que lo que no es verdad tiene que ser
reconciliado con la verdad. 2Esta es la reconciliación con la que el
ego quisiera sustituir tu reconciliación con la cordura y con la paz. 3El
Espíritu Santo tiene pensado para ti un tipo de reconciliación muy diferente,
y lo pondrá en práctica tan inexorablemente como que al ego le será imposible
poner en práctica lo que él se propone. 4El fracaso es cosa del ego,
no de Dios: 5No puedes alejarte de Él y es imposible que el plan que
el Espíritu Santo le ofrece a todo
el mundo para la salvación de todos,
no sea perfectamente consumado. 6Serás liberado, y no recordarás
nada de lo que fabricaste, salvo lo que fue creado para ti, y a su vez por ti. 7Pues,
¿cómo podrías recordar lo que nunca fue verdad, o no recordar lo que siempre lo
fue? 8En esta reconciliación con la verdad, y sólo con la
verdad, radica la paz del Cielo.
Video de Mich Gaymard