Lección 114 y Texto UCDM
LECCIÓN 114
Para los repasos de mañana y
noche:
1. (97) Soy espíritu.
2Soy el Hijo de
Dios. 3No hay cuerpo que pueda contener
mi espíritu o imponerme una limitación que Dios no haya creado.
2. (98) Aceptaré el papel que me corresponde en el plan de
Dios para la salvación.
2¿Cuál podría ser mi función sino aceptar la Palabra de Dios, Quien me
creó para ser lo que soy y lo que por siempre he de ser?
2Soy espíritu.
3Media hora más tarde:
4Aceptaré el papel que me
corresponde en el plan de Dios para la salvación.
Texto
VIII. La única relación real
1. El instante santo no es un sustitutivo de tu necesidad de aprender,
pues el Espíritu Santo no puede dejar de ser tu Maestro hasta que el instante
santo se haya extendido mucho más allá del tiempo. 2A fin de llevar a cabo Su tarea docente, el
Espíritu Santo tiene que valerse de todo lo que hay en este mundo para tu
liberación. 3Tiene que aprovechar cualquier señal o indicación de
que estás dispuesto a aprender de Él lo que es la verdad. 4No se demora en utilizar cualquier cosa que
le ofrezcas en favor de eso. 5Su interés por ti y el cuidado que te
profesa son ilimitados. 6En vista del miedo que tienes del perdón,
que Él percibe con la misma claridad con la que sabe que el perdón libera, Él
te enseñará a recordar que el perdón no conlleva ninguna clase de pérdida,
sino que, por el contrario, es tu salvación. 7Y te enseñará asimismo
que perdonando completamente, es decir, reconociendo que no hay nada que
necesite ser perdonado, quedas completamente absuelto.
2. Escúchale gustosamente, y aprende de Él que no tienes necesidad de
relaciones especiales en absoluto. 2Lo único que buscas en ellas es aquello que desechaste. 3Y
a través de ellas nunca podrás aprender el valor de lo que descartaste, lo
cual, sin embargo, sigues anhelando con todo tu corazón: 4Unámonos
para hacer que el instante santo sea lo único que hay, al desear que sea lo único que hay. 5El
Hijo de Dios tiene tanta necesidad de que estés dispuesto a tratar de lograr
esto, que es imposible concebir una necesidad mayor. 6Contempla la
única necesidad que Dios y Su Hijo comparten, y que quieren satisfacer juntos. 7No
estás solo en esto. 8La voluntad de tus creaciones te llama para que
compartas tu voluntad con ellas. 9Por lo tanto, dale la espalda a la culpabilidad en paz y dirígete
hacia Dios y hacia tus creaciones.
3. Relaciónate únicamente con lo que nunca te
abandonará y con lo que nunca podrías abandonar. 2La soledad del
Hijo de Dios es la soledad de su
Padre. 3No rechaces la conciencia de tu compleción, ni procures
restituírtela tú mismo. 4No tengas miedo de poner la redención en manos del Amor de tu
Redentor. 5Él no te fallará, pues viene de parte de Uno que no puede
fallar. 6Acepta tu sensación de fracaso como una simple equivocación
con respecto a quién eres. 7Pues el santo anfitrión de Dios se
encuentra más allá de todo fracaso, y nada que su voluntad disponga puede ser
negado. 8Estás eternamente en una relación tan santa, que invoca a
todo el mundo a escaparse de la soledad y a unirse a ti en tu amor. 9Y
todo el mundo tiene que buscar el lugar donde estás y encontrarte allí.
4. Piensa en esto por un instante: Dios te dio la Filiación para asegurar
tu perfecta creación. 2Ése fue Su regalo, pues tal como Él no se
negó a darse a Sí Mismo a ti, tampoco se negó
a darte Su creación. 3Todo
lo que jamás fue creado es tuyo. 4Tu única relación es la relación
que tienes con todo el universo. 5Y ese universo, al ser
de Dios, está mucho más allá de la mísera suma de todos los cuerpos separados
que percibes. 6Pues todas las partes del universo están unidas en
Dios a través de Cristo, donde se vuelven semejantes a su Padre. 7Cristo
sabe que Él no está separado de Su Padre, Quien constituye Su única relación,
en la que Él da tal como Su Padre le da a Él.
5. El Espíritu Santo es el intento de Dios de
liberarte de lo que Él no entiende. 2Y por razón del Origen del
intento, éste no puede fracasar. 3El Espíritu Santo te pide que
respondas tal como Dios lo hace, pues quiere enseñarte lo que tú no entiendes. 4Dios
responderá a toda necesidad, sea cual fuere la forma en que ésta se
manifieste. 5El Espíritu Santo, por consiguiente, mantiene este
canal abierto para recibir la comunicación de Dios a ti y la tuya a Él. 6Dios
no entiende tu problema de comunicación, pues Él no lo comparte contigo. 7Tú
eres el único que cree que es comprensible. 9EI Espíritu Santo sabe
que no lo es, y, sin embargo, lo entiende porque tú lo inventaste.
6. La
conciencia de lo que Dios no puede saber y de lo que tú no entiendes reside
únicamente en el Espíritu Santo. 2Su santa función consiste en
aceptar ambas cosas y, al eliminar de ellas todo elemento de desacuerdo,
unirlas en una sola. 3Él hará eso porque ésa es Su función. 4Deja,
por lo tanto, lo que a ti te parece imposible en manos de Aquel que sabe que
sí es posible, toda vez que esa es la Voluntad de Dios. 5Y permite que Aquel
cuyas enseñanzas son sólo en favor de Dios te enseñe el único significado de
las relaciones. 6Pues Dios creó la única relación que tiene
significado, y esa relación es la relación
que Él tiene contigo.
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