Lección 107 y Texto UCDM
LECCIÓN 107
La verdad
corregirá todos los errores de mi mente.
1. ¿Qué otra cosa
puede corregir las ilusiones sino la verdad? 2¿Y qué son los errores
sino ilusiones que aún no se han reconocido como tales? 3Allí donde
la verdad ha hecho acto de presencia los errores desaparecen. 4Simplemente
se desvanecen sin dejar ni rastro por el que se pudiesen recordar. 5Desaparecen
porque, sin la creencia que los sustenta, no tienen vida. 6De este
modo, se disuelven en la nada de donde provinieron. 7Del polvo
vienen y al polvo volverán, pues lo único que queda es la verdad.
2. ¿Puedes
imaginarte lo que sería un estado mental en el que no hubiese ilusiones? 2¿Qué
sensación te produciría? 3Trata de recordar algún momento -quizá un
minuto, o incluso menos- en el que nada vino a perturbar tu paz; en el que te
sentiste seguro de ser amado y de estar a salvo. 4Trata entonces de
imaginarte cómo sería si ese momento se pudiera extender hasta el final del
tiempo y hasta la eternidad. 5Luego deja que la sensación de quietud
que sentiste se multiplique cien veces, y luego cien veces más.
3. Entonces
tendrás un atisbo, que no es más que un leve indicio del estado en el que tu
mente descansará una vez que haya llegado la verdad. 2Sin ilusiones
no puede haber miedo, dudas o ataque. 3Cuando la verdad llegue todo
dolor cesará, pues no habrá cabida en tu mente para pensamientos transitorios e
ideas muertas. 4La verdad la ocupará por completo y te liberará de
todas tus creencias en lo efímero. 5No habrá cabida para éstas
porque la verdad habrá llegado y ahora dichas creencias no estarán en ninguna
parte. 6No se pueden encontrar, pues ahora la verdad lo ocupa todo
eternamente.
4. Cuando la
verdad llega no se queda sólo por un rato para luego desaparecer o convertirse
en otra cosa. 2Su forma no cambia ni varía, ni ella va y viene,
para luego volver a irse y regresar de nuevo. 3Permanece exactamente
como siempre fue, de manera que podamos contar con ella en caso de cualquier
necesidad, y confiar, con perfecta certeza, en que estará con nosotros en todas
las aparentes dificultades y dudas que engendran las apariencias que el mundo
presenta. 4Éstas simplemente desaparecerán cuando la verdad corrija
los errores de tu mente.
5. Cuando la
verdad llega trae en sus alas el don de la perfecta constancia, así como un amor que no se arredra ante
el dolor, sino que mira, con seguridad y firmeza, más allá de él. 2He
aquí el don de la curación, pues la verdad no necesita defensa y, por lo tanto,
no es posible ningún ataque. 3Las ilusiones pueden llevarse ante la
verdad para ser corregidas. 4Pero la verdad se alza muy por encima
de las ilusiones, y no puede ser llevada ante éstas para hacer que sean verdad.
6. La verdad no va y viene, no
cambia ni varía, adoptando una apariencia ahora y luego otra, evitando la
captura y evadiendo la aprehensión. 2No se oculta. 3Se
alza en plena luz, claramente accesible. 4Es imposible que alguien
que la busque verdaderamente no la pueda encontrar. 5Este día le
pertenece a la verdad. 6Dale lo que le corresponde, y ella te dará
lo que es tuyo. 7No fuiste creado para sufrir y morir. 8La Voluntad de tu Padre
dispone que esos sueños desaparezcan. 9Deja que la verdad los
corrija.
7. No estamos pidiendo lo que no
tenemos. 2Estamos pidiendo simplemente lo que nos pertenece, de
manera que podamos reconocer que es nuestro. 3Hoy practicamos con
la feliz certeza que emana de la verdad. 4Los titubeantes e
inestables pasos de la ilusión no serán nuestro enfoque hoy. 5Estamos
tan seguros de que vamos a triunfar como de que vivimos, de que tenemos esperanzas
y de que respiramos y pensamos. 6No tenemos ninguna duda de que hoy
caminamos con la verdad, y contamos con ella para que forme parte de todos los
ejercicios que habremos de hacer en este día.
8. Comienza pidiéndole a Aquel que
te acompaña en esta empresa que permanezca en tu conciencia conforme vas con
Él. 2Tú no estás hecho de carne, sangre y huesos, sino que fuiste
creado por el mismo Pensamiento que le concedió a Él el don de la vida. 3Él es tu Hermano, y tan parecido a
ti que tu Padre sabe que ambos sois lo mismo. 4Es a tu propio Ser al
que le pides que te acompañe, y ¿cómo podría Él no estar donde tú estás?
9. La verdad corregirá todos los
errores de tu mente que te dicen que puedes estar separado de Él. 2Habla
con Él hoy, y comprométete a permitir que Su función se realice a través de
ti. 3Compartir Su función es compartir Su dicha. 4Dispones
de Su confianza cuando dices:
5La verdad corregirá todos los errores de mi mente, y descansaré en
Aquel que es mi Ser.
6Deja entonces que Él te guíe
dulcemente hacia la verdad, la cual te envolverá y te llenará de una paz tan
profunda y serena que te será difícil regresar al mundo que te es familiar.
10. Aun así, te
sentirás feliz de volver a ver ese mundo. 2Pues traerás contigo la
promesa de los cambios que la verdad que te acompaña habrá de efectuar en él. 3Éstos
serán cada vez mayores con cada regalo de cinco breves minutos que le hagas a
Él, y los errores que rodean al mundo quedarán corregidos a medida que permitas
que se corrijan en tu mente.
11. No te olvides hoy de tu función.
2Cada vez que te dices a ti mismo con absoluta certeza: "La
verdad corregirá todos los errores de mi mente" hablas en nombre de todos
y de Aquel que liberará al mundo según te libere a ti.
Texto
Capítulo 15
EL INSTANTE SANTO
I. Los dos usos del tiempo
1. ¿Puedes imaginarte lo que sería no tener
inquietudes, preocupaciones ni ansiedades de ninguna clase, sino simplemente
gozar de perfecta calma y sosiego todo el tiempo? 2Ése es, no
obstante, el propósito del tiempo: aprender justamente eso y nada más. 3El
Maestro de Dios no puede sentirse satisfecho con Sus enseñanzas hasta que éstas
no constituyan lo único que sabes. 4Su función docente no se
consumará hasta que no seas un alumno tan dedicado que sólo aprendas de Él. 5Cuando
eso haya ocurrido, ya no tendrás necesidad de un maestro, ni de tiempo en el
que aprender.
2. La razón del aparente desaliento del que tal vez
padezcas es tu creencia de que ello toma tiempo y de que los resultados de las
enseñanzas del Espíritu Santo se encuentran en un futuro remoto. 2Sin embargo, no es así, 3pues
el Espíritu Santo usa el tiempo a Su manera, y no está limitado por él. 4Él tiempo es Su amigo a la hora de
enseñar. 5No causa deterioro en Él como lo hace
en ti. 6Todo el deterioro que el tiempo parece ocasionar se debe
únicamente a tu identificación con el ego, que se vale del tiempo para reforzar
su creencia en la destrucción. 7El ego, al igual que el Espíritu
Santo, se vale del tiempo para convencerte de la inevitabilidad del objetivo y
del final del aprendizaje. 8Él objetivo del ego es la muerte, que es su propio fin. 9Mas el
objetivo del Espíritu Santo es la vida, la cual no tiene fin.
3. El ego es un
aliado del tiempo, pero no un amigo. 2Pues desconfía tanto de la
muerte como de la vida, y lo que desea para ti, él no lo puede tolerar. 3Él
ego te quiere ver muerto, pero
él no quiere morir., 4El resultado de esta extraña doctrina no puede
ser otro, por lo tanto, que el de convencerte de que él te puede perseguir más
allá de la tumba. 5Y al no estar dispuesto a que ni
siquiera en la muerte encuentres paz, te ofrece inmortalidad en el infierno. 6Te
habla del Cielo, pero te asegura que el Cielo no es para ti. 7Pues,
¿qué esperanzas pueden tener los culpables de ir al Cielo?,
4. Creer en el infierno es ineludible para aquellos que
se identifican con el ego. 2Sus pesadillas y sus miedos están
asociados con él. 3El ego te enseña que el infierno está en el
futuro, pues ahí es hacia donde todas sus enseñanzas apuntan. 4Su
objetivo es el infierno. 5Pues aunque tiene por finalidad la muerte
y la disolución, él mismo no cree en ello. 6El objetivo de muerte
que ansía para ti, le deja insatisfecho. 7Nadie que siga sus
enseñanzas puede estar libre del miedo a la muerte. 8Sin embargo, si
se pensase en la muerte simplemente como el fin del dolor, ¿se le tendría
miedo? 9Hemos visto antes esta extraña paradoja en el sistema de
pensamiento del ego, pero nunca tan claramente como aquí. 10Pues el
ego tiene que dar la impresión de que mantiene al miedo alejado de ti para
conservar tu fidelidad. 11Pero tiene que generar miedo para
protegerse a sí mismo. 12Una vez más, el ego intenta, y lo logra con
demasiada frecuencia, hacer ambas cosas, valiéndose de la disociación para
mantener sus metas contradictorias unidas, de manera que parezcan estar en
armonía. 13El ego enseña, por lo tanto, que la muerte es el final en
lo que respecta a cualquier esperanza de alcanzar el Cielo. 14Sin
embargo, puesto que tú y el ego no podéis estar separados, y puesto que él no
puede concebir su propia muerte, te seguirá persiguiendo porque la culpabilidad
es eterna. 15Tal es la versión que el ego tiene de la inmortalidad. 16Y
eso es lo que su versión del tiempo apoya.
5. El ego enseña que el Cielo está aquí y ahora porque
el futuro es el infierno. 2Hasta cuando ataca tan despiadadamente
que trata de quitarle la vida al que cree que su voz es la única que existe,
incluso a ése le habla del infierno. 3Pues le dice que el infierno
está también aquí, y lo incita a que salte del infierno al olvido total. 4El
único tiempo que el ego le permite contemplar a cualquiera con ecuanimidad es
el pasado. 5Mas el único valor de éste es que no existe.
6. ¡Cuán desolado y desesperante es el uso que el ego
hace del tiempo! 2¡Y cuán aterrador! 3Pues tras su fanática insistencia de que el pasado y el futuro son lo mismo se oculta una
amenaza a la paz todavía más insidiosa. 4El ego no hace alarde de su
amenaza final, pues quiere que sus devotos sigan creyendo que les puede ofrecer
una escapatoria. 5Pero la creencia en la culpabilidad no puede sirio
conducir a la creencia en el infierno, y eso es lo que siempre hace. 6De
la única manera en que el ego permite que se experimente el miedo al infierno
es trayendo el infierno aquí, pero siempre como una muestra de lo que te espera
en el futuro. 7Pues nadie que se considere merecedor del infierno
puede creer que su castigo acabará convirtiéndose en paz.
7. El Espíritu Santo enseña, por lo tanto, que el
infierno no existe. 2El infierno es únicamente lo que el ego ha
hecho del presente. 3La creencia en el infierno es lo que te impide
comprender el presente, pues tienes miedo de éste. 4El Espíritu
Santo conduce al Cielo tan ineludiblemente como el ego conduce al infierno. 5Pues
el Espíritu Santo, que sólo conoce el presente, se vale de éste para desvanecer
el miedo con el que el ego quiere inutilizar el presente. 6Tal como
el ego usa el tiempo, es imposible librarse del miedo. 7Pues el
tiempo, de acuerdo con las enseñanzas del ego, no es sino un recurso de
enseñanza para incrementar la culpabilidad hasta que ésta lo envuelva todo y
exija eterna venganza.
8. El Espíritu Santo quiere desvanecer todo esto ahora. 2No es
el presente lo que da miedo, sino el pasado y el futuro, mas éstos no existen. 3El
miedo no tiene cabida en el presente cuando cada instante se alza nítido y
separado del pasado, sin que la sombra de éste se extienda hasta el futuro. 4Cada
instante es un nacimiento inmaculado y puro en el que el Hijo de Dios emerge
del pasado al presente. 5Y el presente se extiende eternamente. 6Es
tan bello, puro e inocente, que en él sólo hay felicidad. 7En el
presente no se recuerda la oscuridad, y lo único que existe es la inmortalidad
y la dicha.
9. Esta lección no requiere tiempo para aprenderse. 2Pues, ¿qué es el tiempo sin pasado ni futuro? 3El
que te hayas descarriado tan completamente ha requerido tiempo, pero ser lo que
eres no
requiere tiempo en
absoluto. 4Empieza a usar el tiempo tal como lo hace el Espíritu
Santo: como un instrumento de enseñanza para alcanzar paz y felicidad. 5Elige
este preciso instante, ahora mismo, y piensa en él como si fuese todo el tiempo que existe. 6En él nada del pasado
te puede afectar, y es en él donde te encuentras completamente absuelto,
complemente libre y sin condenación alguna. 7Desde este instante santo donde tu
santidad nace de nuevo, seguirás adelante en el tiempo libre de todo temor y
sin experimentar ninguna sensación de cambio con el paso del tiempo.
10. El tiempo es inconcebible sin cambios, mas la
santidad no cambia. 2Aprende de este instante algo más que el simple
hecho de que el infierno no existe. 3En este instante redentor
reside el Cielo. 4Y el
Cielo no cambiará, pues nacer al bendito presente es librarse de los cambios. 5Los cambios son ilusiones que enseñan los que no se
pueden ver a sí mismos libres de culpa. 6En el Cielo no se producen cambios porque Dios es inmutable. 7En
el
instante santo en
que te ves a ti mismo resplandeciendo con el fulgor de la libertad, recuerdas a
Dios. 8Pues recordarle es recordar la libertad.
11. Si sientes la tentación de desanimarte
pensando cuánto tiempo va a tomar poder, cambiar de parecer. tan radicalmente,
pregúntate a ti mismo: "¿Es mucho un instante?" 2¿No le
ofrecerías al Espíritu Santo un intervalo de tiempo tan corto para tu propia
salvación? 3Él no te pide nada más, pues no tiene necesidad de nada
más. 4Requiere mucho más tiempo enseñarte a que estés dispuesto a
darle a Él esto que lo que Él tarda en valerse de ese ínfimo instante para
ofrecerte el Cielo, en su totalidad. 5A cambio de ese instante, Él está
listo para darte el recuerdo de la eternidad.
12. Mas nunca le podrás dar al Espíritu Santo ese instante santo en favor
de tu liberación, mientras no estés dispuesto a dárselo a tus hermanos en favor
de la suya. 2Pues el instante de la santidad es un instante que se
comparte, y no puede ser sólo para ti. 3Cuando te sientas tentado de
atacar a un hermano, recuerda que su instante de liberación es el tuyo. 4Los
milagros son los instantes de liberación que ofreces y que recibirás. 5Dan
testimonio de que estás dispuesto a ser liberado y a ofrecerle el tiempo al
Espíritu Santo a fin de que Él lo use para Sus propósitos.
13. ¿Cuánto
dura un instante? 2Dura tan poco para tu hermano como para ti. 3Practica
conceder ese bendito instante de libertad a todos aquellos que están
esclavizados por el tiempo, haciendo así que para ellos éste se convierta en su
amigo. 4Mediante tu dación, el Espíritu Santo te da a ti el bendito
instante que tú les das a tus hermanos. 5Al tú ofrecerlo, Él te lo
ofrece a ti. 6No seas reacio a dar lo que quieres recibir de Él, pues
al dar te unes a Él. 7En la cristalina pureza de la liberación que
otorgas radica tu inmediata liberación .de la culpabilidad. 8Si
ofreces santidad no puedes sino ser santo.
14. ¿Cuánto dura un instante? 2Dura el tiempo
que sea necesario para re-establecer la perfecta cordura la perfecta paz y el
perfecto amor por todo el mundo, por Dios y por ti; 3el tiempo que
sea necesario para recordar la inmortalidad y a tus creaciones inmortales, que
la comparten. contigo; 4el tiempo que sea necesario para
intercambiar el infierno por el Cielo. 5Dura el tiempo suficiente
para que puedas trascender todo lo que el ego ha hecho y ascender hasta tu
Padre.
15. El tiempo es tu amigo si lo
pones a la disposición del Espíritu Santo. 2Él necesita muy poco para restituirte todo el poder de Dios. 3Aquel
que transciende el tiempo por ti entiende cuál es el propósito del tiempo. 4La
santidad no radica en el tiempo, sino en la eternidad. 5Jamás hubo
un solo instante en el que el Hijo de Dios pudiese haber perdido su pureza. 6Su
estado inmutable está más allá del tiempo, pues su pureza permanece eternamente
inalterable y más allá del alcance del ataque. 7En su santidad el
tiempo se detiene y deja de cambiar. 8Y así, deja de ser tiempo. 9Pues
al estar atrapado en el único instante de la eterna santidad de la creación de
Dios, se transforma en eternidad. 10Da el instante eterno, para que
en ese radiante instante de perfecta liberación se pueda recordar la eternidad
por ti. 11Ofrece el milagro del instante santo por medio del
Espíritu Santo, y deja que sea Él Quien se encargue de dártelo a ti.
Video de Mich Gaymard