Lección 113 y Texto UCDM
LECCIÓN 113
Para los repasos de mañana y
noche:
1. (95) Soy un solo Ser, unido a mi Creador.
2Mías son la serenidad y la paz perfecta, pues soy un
solo Ser, completamente íntegro, uno con toda la creación y con Dios.
2. (96) La salvación procede de mi único Ser.
2Desde mi único Ser, cuyo conocimiento aún permanece
en mi mente, veo el plan perfecto de Dios para mi salvación perfectamente consumado.
2Soy un solo Ser, unido a mi Creador.
3Media hora más tarde:
4La salvación procede de mi único Ser.
Texto
VII. El sacrificio innecesario
1. Más allá de la débil atracción que la relación de amor especial
ejerce, y empañada siempre por ella, se encuentra la poderosa atracción que el
Padre ejerce sobre Su Hijo. 2Ningún otro amor puede satisfacerte
porque no hay ningún otro amor. 3Ése
es el único amor que se da plenamente y que es plenamente correspondido. 4Puesto
que goza de plenitud, no pide nada. 5Puesto que es totalmente puro,
todos los que se unen a él lo tienen todo. 6Esto no es así en
ninguna relación que el ego entabla. 7Pues toda relación que el ego
entabla es siempre especial.
2. El ego entabla relaciones con el solo propósito de obtener algo. 2Y mantiene al dador aferrado a él
mediante la culpabilidad. 3Al ego le es imposible entablar ninguna
relación sin ira, pues cree que la ira le gana amigos. 4No es eso lo
que afirma, aunque ése es su propósito. 5Pues
el ego cree realmente que puede obtener algo y conservarlo haciendo que otros se sientan culpables. 6Ésta es la única atracción que
ejerce, pero es una atracción tan débil que no podría subsistir si no fuese
porque nadie se percata de ello. 7Pues el ego siempre parece atraer
mediante el amor y no ejerce atracción alguna sobre aquellos que perciben que
atrae mediante la culpabilidad.
3. La enfermiza atracción que ejerce la culpabilidad tiene que ser
reconocida como lo que es. 2Pues al haberse convertido en algo real
para ti, es esencial que la examines detenidamente, y que aprendas a
abandonarla dejándote de interesar por ella. 3Nadie abandonaría lo
que considera valioso. 4Pero la atracción de la culpabilidad es algo
valioso para ti debido únicamente a que no has examinado lo que es y, por lo
tanto, la has juzgado completamente a ciegas. 5A medida que la llevemos ante la
luz, tu única pregunta será: "¿Cómo es posible que jamás la hubiese
podido desear?" 6No
tienes nada que perder si la examinas detenidamente,
pues a una monstruosidad como ésa no le corresponde estar en tu santa mente. 7Este
anfitrión de Dios no puede estar realmente interesado en algo semejante.
4. Dijimos anteriormente que el propósito del ego es conservar e
incrementar la culpabilidad, pero de forma tal que tú no te des cuenta de lo
que ello te ocasionaría. 2Pues la doctrina fundamental del ego es
que te escapas de aquello que les haces a otros. 3El ego no le desea
el bien a nadie. 4No obstante, su
supervivencia depende de que tú creas que estás exento de sus malas intenciones.
5Te dice, por lo tanto, que si accedes a ser su anfitrión, te
permitirá proyectar su ira afuera y, de este modo, te protegerá. 6Y así se embarca en una interminable e insatisfactoria
cadena de relaciones especiales, forjadas con ira y dedicadas exclusivamente a
fomentar tan sólo la creencia descabellada de que cuanta más ira descargues
fuera de ti mismo, más a salvo te encontrarás.
5. Ésa es la cadena que ata al Hijo de Dios a la culpabilidad, y la que
el Espíritu Santo quiere eliminar de tu santa mente. 2Pues esta
infame cadena no tiene por qué estar aprisionando a aquel que Dios Mismo ha
elegido, como Su anfitrión, quien no puede convertirse a sí mismo en anfitrión
del ego. 3En el nombre de su liberación y en el Nombre de Aquel que
desea liberarle, examinemos más detenidamente las relaciones que el ego urde y
dejemos que el Espíritu Santo las juzgue verdaderamente. 4Pues es
indudable que si las examinas, se las ofrecerás gustosamente a Él. 5Lo
que Él puede hacer de ellas tú no lo sabes, pero estarás dispuesto a
averiguarlo si primero estás dispuesto a percibir lo que tú has hecho de ellas.
6. De una forma u otra, toda relación que el ego entabla está basada en
la idea de que sacrificándose a sí mismo él se engrandece. 2El
"sacrificio", que él considera una purificación, es de hecho la raíz
de su amargo resentimiento. 3Pues preferiría atacar de inmediato y
no demorar más lo que realmente desea hacer. 4No obstante, dado que
el ego se relaciona con la "realidad" tal como él la ve, se da cuenta
de que nadie podría interpretar un ataque directo como un acto de amor. 5Mas
hacer sentir culpable a otro es un ataque directo, aunque no parezca serlo. 6Pues
los que se sienten culpables esperan ser atacados, y habiendo pedido eso, se
sienten atraídos por el ataque.
7. En tales relaciones dementes, la atracción de lo que no deseas parece
ser mucho mayor que la atracción de lo que sí deseas. 2Pues cada uno
piensa que ha sacrificado algo por el otro y lo odia por ello. 3Eso,
no obstante, es lo que cree que quiere. 4No está enamorado del otro
en absoluto. 5Simplemente cree estar enamorado del sacrificio. 6Y
por ese, sacrificio que se impone a sí mismo; exige que el otro acepte la culpabilidad y que se sacrifique a sí mismo también. 7El
perdón se hace imposible, pues el ego cree que perdonar a otro es perderlo. 8De
la única manera en que el ego puede asegurar la continuidad de la culpabilidad
que mantiene a todas sus relaciones intactas es atacando y negando el perdón.
8. Sin embargo, tales relaciones tan sólo dan la impresión de estar
intactas, 2pues para el ego lo único que las relaciones significan
es que los cuerpos están juntos. 3Esto es lo que el ego siempre
exige, y no objeta adónde se dirige la mente o lo que piensa, pues eso no
parece ser importante. 4Mientras el cuerpo esté ahí para recibir su
sacrificio, él es feliz. 5Para él la mente es algo privado, y el
cuerpo es lo único que se puede compartir. 6Las ideas son
básicamente algo sin importancia, salvo si con ellas se puede atraer o alejar
el cuerpo de otro. 7Y ése es el criterio del que se vale para juzgar
si las ideas son buenas o malas. 8Todo
aquello que hace que el otro se sienta culpable y que le impida irse debido a
la culpabilidad es "bueno". 9Lo que lo libera de la culpabilidad
es "malo", pues en ese caso dejaría de creer que los cuerpos se
pueden comunicar, y, por lo tanto, se "marcharía".
9. El sufrimiento y el sacrificio son los regalos con los que el ego
"bendice" toda unión. 2Y aquellos que se unen ante su
altar aceptan el sufrimiento y el sacrificio como precio de su unión. 3En
sus iracundas alianzas, nacidas del miedo a la soledad, aunque dedicadas a la
perpetuación de la misma, cada cual busca aliviar su culpabilidad haciendo que
el otro se sienta más culpable. 4Pues cada uno cree que eso mitiga
su propia culpabilidad. 5El otro siempre parece estar atacándole e
hiriéndole, tal vez con minucias, tal vez "inconscientemente", mas
nunca sin dejar de exigir sacrificio. 6La furia de los que se han
unido en el altar del ego es mucho mayor de lo que te imaginas. 7Pues
no te das cuenta de lo que el ego realmente quiere.
10. Cada vez que te
enfadas, puedes estar seguro de que has entablado una relación especial que el
ego ha "bendecido", pues la ira es su bendición. 2La ira se manifiesta de muchas formas, pero no
puede seguir engañando por mucho tiempo a los que se han dado cuenta de que el
amor no produce culpabilidad en absoluto, y de que lo que produce culpabilidad
no puede ser amor, sino ira. 3La ira no es más que un intento de
hacer que otro se sienta culpable, y este intento constituye la única base que
el ego acepta para las relaciones especiales. 4La culpabilidad es la
única necesidad del ego, y mientras te sigas identificando con él, la
culpabilidad te seguirá atrayendo. 5Mas recuerda esto: estar con un
cuerpo no es estar en comunicación. 6Y si crees que lo es, te
sentirás culpable con respecto a la comunicación y tendrás miedo de oír al
Espíritu Santo, al reconocer en Su Voz tu propia necesidad de comunicarte.
11. El Espíritu Santo no puede enseñar valiéndose del miedo. 2¿Cómo
iba a poder, entonces, comunicarse contigo, mientras creas que comunicarte
equivale a quedarte solo? 3Obviamente es una locura creer que vas a
ser abandonado si te comunicas verdaderamente. 4Sin embargo, son
muchos los que creen esto. 5Pues creen que sus mentes tienen que ser
algo privado, o, de lo contrario, las perderían, pero que si son únicamente
sus cuerpos los que están juntos sus mentes siguen siendo suyas. 6La
unión de los cuerpos se convierte, por lo tanto,
en la forma de mantener la separación de las mentes. 7Pues los
cuerpos son incapaces de perdonar, 8Sólo pueden hacer lo que la
mente les ordena.
12. La ilusión de que
el cuerpo goza de autonomía y de que es
capaz de superar la soledad es tan sólo una estratagema del ego para establecer
su propia autonomía. 2Mientras creas que estar con otro cuerpo es
tener compañía, te verás obligado a tratar de reducir a tu hermano a su cuerpo,
y a confinarlo allí mediante la culpabilidad. 3Y te sentirás a salvo en la culpabilidad y en peligro
cuando te comunicas. 4Pues el ego siempre enseña que la soledad se
supera mediante la culpabilidad, y que la comunicación es la causa de la
soledad. 5Y a pesar de la evidente
demencia de esta lección, son muchos los que la han aprendido.
13. El perdón radica en la comunicación tan inexorablemente como la
condenación radica en la culpabilidad. 2La función docente del
Espíritu Santo consiste en enseñar que la comunicación es la salvación a
aquellos que creen que es condenación. 3Y Él llevará a cabo Su función, pues el poder de Dios
en Él y en ti están unidos en una relación real tan santa y tan poderosa, que
puede superar incluso esa creencia sin temor alguno.
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