Lección 117 y Texto UCDM
LECCIÓN 117
Para los repasos de mañana y
noche:
1. (103) Dios, al ser Amor, es también felicidad.
2Quiero recordar que el amor es felicidad y que nada más me puede hacer
feliz.
3Elijo, por lo tanto, no abrigar ningún sustituto para el amor.
2. (104) Busco únicamente lo que en verdad me pertenece.
2EI amor, al
igual que la dicha, constituyen mi patrimonio.
3Éstos son los regalos que mi Padre me dio.
4Aceptaré todo lo que en verdad me pertenece.
2Dios, al ser Amor, es también
felicidad.
3Media hora más tarde:
4Busco únicamente lo que en
verdad me pertenece.
Texto
XI. La
Navidad como símbolo del fin del sacrificio
1. No temas
reconocer que la idea del sacrificio no es sino tu propia invención, 2ni
trates de protegerte a ti mismo buscando seguridad donde no la hay. 3Tus
hermanos y tu Padre se han vuelto muy temibles para ti. 4Y estás
dispuesto a regatear con ellos por unas cuantas relaciones especiales, en las
que crees ver ciertos vestigios de seguridad. 5No sigas tratando de
mantener tus pensamientos separados del Pensamiento que se te ha dado. 6Cuando
aquellos se ponen al lado de Éste y se perciben allí donde realmente se
encuentran, elegir entre ellos no es más que un dulce despertar, tan simple
como abrir los ojos a la luz del día cuando ya no tienes más sueño.
2. El símbolo de
la Navidad es
una estrella: una luz en la oscuridad. 2No la veas como algo que se
encuentra fuera de ti, sino como algo que refulge en el Cielo interno, y
acéptala como la señal de que la hora de Cristo ha llegado. 3Cristo
llega sin exigir nada. 4No le exige a nadie ningún tipo de
sacrificio. 5En Su Presencia la idea de sacrificio deja de tener
significado, 6pues Él es el Anfitrión de Dios. 7Y tú
no tienes más que invitar a Aquel que ya se encuentra ahí, al reconocer que Su
Anfitrión es Uno y que ningún pensamiento ajeno a Su Unicidad puede residir
allí con Él. 8El amor tiene que ser total para que se le
pueda dar la bienvenida, pues la
Presencia de la santidad es lo que crea la santidad que lo
envuelve. 9Ningún temor puede asaltar al Anfitrión que le abre los
brazos a Dios en la hora de Cristo, pues el Anfitrión es tan santo como la Perfecta Inocencia
a la que protege, y Cuyo poder a su vez lo protege a Él.
3. Esta Navidad
entrégale al Espíritu Santo todo lo que te hiere.
2Permítete a ti mismo ser sanado completamente para que puedas
unirte a Él en la curación, y celebremos juntos nuestra liberación liberando a
todo el mundo junto con
nosotros. 3Inclúyelo todo, pues la liberación es total, y cuando la
hayas aceptado junto conmigo la darás junto conmigo 4Todo dolor,
sacrificio o pequeñez desaparecerá de nuestra relación, que es tan pura como
la relación que tenemos con nuestro Padre, y tan poderosa. 5Todo
dolor que se traiga ante nuestra presencia desaparecerá, y sin dolor
no puede haber sacrificio. 6Y allí donde no hay
sacrificio, allí está el amor.
4. Tú que crees
que el sacrificio es amor debes aprender que el
sacrificio no hace sino alejarnos del amor. 2Pues el
sacrificio conlleva culpabilidad tan inevitablemente como el amor brinda paz. 3La
culpabilidad es la condición que da lugar al sacrificio, de la misma manera en que la paz es la condición que te permite ser consciente
de tu relación con Dios. 4Mediante la culpabilidad excluyes a tu
Padre y a tus hermanos de ti mismo. 5Mediante la paz los invitas de
nuevo al darte cuenta de que ellos se
encuentran allí donde tú les pides que estén. 6Lo que excluyes de ti
mismo parece temible, pues lo imbuyes de temor y tratas de deshacerte de ello,
si bien forma parte de ti. 7¿Quién puede percibir parte de sí mismo
como despreciable, y al mismo tiempo vivir en paz consigo mismo? 8¿Y
quién puede tratar de resolver su "conflicto" interno entre el Cielo y el infierno expulsando al Cielo y dotándolo
de los atributos del infierno, sin sentirse incompleto y solo?
5. Mientras
percibas el cuerpo como lo que constituye
tu realidad, te percibirás a ti mismo
como un ser solitario y desposeído. 2Y te percibirás
también como una víctima del sacrificio, y creerás que está justificado sacrificar a otros. 3Pues ¿quién podría rechazar al Cielo y a su Creador sin experimentar una sensación de sacrificio
y de pérdida? 4¿Y quién podría ser objeto
de sacrificios y pérdidas sin tratar de rehacerse a sí mismo? 5No
obstante, ¿cómo ibas a poder hacer
esto por tu cuenta, cuando la base de
tus intentos es que crees en la
realidad de la privación? 6Sentirse
privado de algo engendra ataque, al ser la creencia de que el ataque está justificado. 7Y mientras
prefieras conservar la privación, el ataque se vuelve salvación y el sacrificio
amor.
6. Y así resulta
que, en tu búsqueda de amor, vas en busca de sacrificio y lo encuentras. 2Mas no
encuentras amor. 3Es imposible negar lo que es el amor y al
mismo tiempo reconocerlo. 4El significado del amor reside en aquello de lo que
te desprendiste, lo cual no tiene significado aparte de ti. 5Lo que
prefieres conservar es lo que no tiene significado, mientras que lo que
quieres mantener alejado de ti encierra todo el significado del universo y lo
conserva intacto dentro de su propio significado. 6Si el universo
no estuviese unido en ti, estaría separado de Dios, y estar sin Él es carecer de
significado.
7. En el instante santo se satisface la condición del
amor, pues las mentes se unen sin la interferencia del cuerpo, y allí donde hay
comunicación hay paz. 2El Príncipe de la Paz nació para re-establecer la condición del
amor, enseñando que la comunicación continúa sin interrupción aunque el cuerpo
sea destruido, siempre y cuando no veas al cuerpo como el medio indispensable
para la comunicación. 3Y si entiendes
esta lección, te darás cuenta de que sacrificar el cuerpo no es sacrificar
nada, y que la comunicación, que es algo que es sólo propio de la mente, no
puede ser sacrificada. 4¿Dónde está entonces el
sacrificio? 5Nací para enseñar la lección de que el sacrificio no
está en ninguna parte y de que el amor está en todas partes, y ésta es la
lección que todavía quiero enseñarles a todos mis hermanos. 6Pues la
comunicación lo abarca todo, y en la paz que re-establece, el amor viene por su
propia voluntad.
8. No permitas
que la desesperanza opaque la alegría de la Navi dad, pues la hora de Cristo no tiene sentido
si no va acompañada de alegría. 2Unámonos en la celebración de la
paz, no exigiéndole a nadie ningún sacrificio, pues de esta manera me ofreces
el amor que yo te ofrezco. 3¿Qué podría hacernos más felices que percibir que no
carecemos de nada? 4 Ése es el mensaje de la hora de Cristo, que yo te
doy para que tú lo puedas dar y se lo devuelvas al Padre, que me lo dio a mí. 5Pues
en la hora de Cristo se restablece la comunicación, y Él se une a nosotros para
celebrar la creación de Su Hijo.
9. Dios le da
las gracias al santo anfitrión que desee recibirle y le deje entrar y morar
allí donde Él desea estar. 2Y al tú darle la bienvenida, Él te acoge en Sí
Mismo, pues lo que se encuentra en ti que le das la bienvenida, se le devuelve
a Él. 3Y nosotros no hacemos sino celebrar Su Plenitud
cuando le damos la bienvenida dentro de nosotros. 4Los que reciben
al Padre son uno con Él, al ser los anfitriones de Aquel que los creó. 5Y al abrirle
las puertas, Su recuerdo llega con Él, y así recuerdan la única relación que
jamás tuvieron y que jamás querrán tener.
10. Ésta es la época en la que muy pronto dará comienzo un nuevo año del
calendario cristiano. 2Tengo absoluta confianza en que lograrás todo lo que
te propongas hacer. 3Nada te ha de faltar, y tu voluntad será
completar, no destruir. 4Dile, entonces, a tu hermano:
5Te entrego al Espíritu Santo como parte de mí mismo.
6Sé que te liberarás, a menos que quiera valerme de ti
para aprisionarme a mí mismo.
7En nombre de mi libertad elijo. tu liberación porque
reconozco que nos hemos de liberar juntos.
8De esta forma damos
comienzo al año con alegría y en libertad. 9Es mucho lo que aún
os queda por hacer, y
llevamos mucho retraso. 10Acepta el
instante santo con el nacimiento de este año, y ocupa tu lugar -por tanto
tiempo vacante- en el Gran Despertar. 11Haz que este año sea
diferente al hacer que todo sea lo mismo. 12Y permite que
todas tus relaciones te sean santificadas. 13Ésta es nuestra
voluntad. 14Amén.
Video de Mich Gaymard