Lección 102 y Texto UCDM
LECCIÓN 102
Comparto con Dios Su Voluntad de
que yo sea feliz.
1. Tú no quieres sufrir. 2Tal vez creas que el sufrimiento te
puede aportar algo, y puede que en cierta medida todavía creas que te aporta
algo que deseas. 3Esta creencia, no obstante, ha quedado sin duda
quebrantada ahora, por lo menos lo suficiente como para permitirte ponerla en
duda y empezar a sospechar que en realidad no tiene sentido. 4Aún no
ha desaparecido, mas ya no tiene las raíces que en un tiempo la sujetaban con
firmeza a los ocultos y tenebrosos recovecos de tu mente.
2. Hoy trataremos de disminuir aún más su debilitado agarre, y de darnos
cuenta de que el dolor no tiene objeto, ni causa, ni poder alguno con que
lograr nada. 2No puede aportarte nada en absoluto. 3No te
ofrece nada y no existe. 4Y todo lo que crees que te ofrece es tan inexistente como él. 5Has
sido esclavo de algo que no es nada. 6Sé libre hoy de unirte a la
feliz Voluntad de Dios.
3. Durante
varios días continuaremos dedicando nuestras sesiones de práctica a llevar a
cabo ejercicios que han sido diseñados para ayudarte a encontrar la felicidad
que la Voluntad de Dios ubicó en ti. 2Ahí se encuentra tu hogar y tu
seguridad. 3Ahí se encuentra tu paz y ahí no hay miedo. 4Ahí
se encuentra la salvación. 5Ahí por fin encuentras descanso.
4. Da
comienzo hoy a tus sesiones de práctica con esta declaración de que aceptas lo
que la Voluntad de Dios dispone para ti:
2Comparto
con Dios Su Voluntad de que yo sea feliz.
aY
acepto ahora la felicidad como mi función.
3Busca entonces esa función en lo más recóndito
de tu mente, pues está ahí, esperando tan sólo tu decisión. 4No
puedes dejar de encontrarla una vez que te des cuenta de que ésa es tu decisión
y de que compartes con Dios Su Voluntad.
5. Sé feliz, pues tu única función aquí es la felicidad. 2No
tienes por qué ser menos amoroso con el Hijo de Dios que Aquel Cuyo Amor lo
creó tan amoroso como Él Mismo. 3Además de estos descansos de cinco
minutos cada hora, haz frecuentes pausas hoy para decirte a ti mismo que ahora
has aceptado la felicidad como tu única función aquí. 4Y ten por seguro que al hacer esto
te estarás uniendo a la Voluntad de Dios.
Texto
V. El círculo de la
Expiación
1. La única parte de tu mente que es real es la parte que aún te vincula
con Dios. 2¿Te gustaría que toda ella
fuese transformada en un radiante mensaje del Amor de Dios para ser
compartido con todos los que se sienten solos por haber negado a Dios? 3Dios
hace que esto sea posible. 4¿Cómo ibas a negarle
Su anhelo de que se le conozca? 5Tú anhelas estar con Él, tal como Él anhela estar contigo. 6Esto es eternamente
inalterable. 7Acepta, pues, lo inmutable. 8Deja el mundo
de la muerte atrás, y regresa al Cielo en paz. 9Aquí no hay nada que
tenga valor; todo lo que tiene valor se encuentra en el Cielo. 10Escucha
al Espíritu Santo, y a Dios a través de Él. 11Él te habla de
ti., 12No hay culpabilidad en ti, pues Dios se encuentra bendecido
en Su Hijo, tal como el Hijo se encuentra bendecido en el Padre.
2. Todo el mundo tiene un papel especial en la Expiación, pero el
mensaje que se le da a cada uno de
ellos es siempre el mismo: El Hijo de Dios es inocente. 2Cada
uno enseña este mensaje de modo diferente, y lo aprende de modo diferente. 3Pero
hasta que no lo enseñe y lo aprenda, tendrá la vaga conciencia de que no está
llevando a cabo su verdadera función, y no podrá por menos que sufrir por ello.
4La carga de la culpabilidad es pesada, pero Dios no
quiere que sigas atado a ella. Su plan para tu despertar es tan perfecto como
el tuyo es falible 6Tú no sabes lo que haces, pero Aquel
que sabe está contigo. 7Tuya es Su dulzura, y todo el amor que
compartes con Dios Él lo ha
salvaguardado para ti. 8Él
sólo quiere enseñarte a ser feliz.
3 ¡Bendito Hijo
de un Padre que bendice sin reservas,
el júbilo fue creado para ti! 2¿Quién puede
condenar a quien Dios ha bendecido? 3No hay nada en
la Mente de Dios que no comparta Su radiante inocencia. 4La creación
es la extensión natural de la perfecta pureza. 5Tu única misión
aquí es dedicarte plenamente, y de buena voluntad, a la negación de todas las
manifestaciones de la culpabilidad. 6Acusar es no entender. 7Los
felices aprendices de la Expiación se convierten en
los maestros de la inocencia, la cual es
el derecho de todo lo que Dios creó. 8No les niegues lo que les
corresponde, pues no se lo estarías negando sólo a ellos.
4. El Hijo de
Dios tiene derecho a heredar el Reino, el cual se le dio en su creación. 2No trates de robárselo, pues estarás buscándote
culpabilidad y no podrás sino experimentarla. 3Protege su pureza
contra cada pensamiento que quisiera robársela y ocultarla
de sus ojos. 4Lleva la inocencia a la luz, en respuesta a la llamada de la Expiación. 5Nunca permitas que la pureza
permanezca oculta, sino que, por el contrario, descorre con tu luz los pesados
velos de culpabilidad tras los cuales el Hijo de Dios se ha ocultado a sí mismo de sus propios ojos.
5. Aquí todos estamos unidos en la Expiación, y no hay nada más en
este mundo que pueda unirnos. 2Así es como desaparecerá el mundo de
la separación, y como se restablecerá la plena comunicación entre Padre e Hijo.
3El milagro reconoce la inocencia que tiene que haberse negado para que se
haya producido la necesidad de curación. 4No niegues este jubiloso
reconocimiento, pues toda esperanza de felicidad y de liberación de cualquier
tipo de sufrimiento reside en él.¿Hay alguien que no desee liberarse del dolor?
6Tal vez no haya aprendido todavía cómo intercambiar- la
culpabilidad por la inocencia, ni se haya dado cuenta de que sólo mediante este
intercambio se puede liberar del dolor. 7Aun así, aquellos que no
han aprendido necesitan que se les enseñe, no que se les ataque. 8Atacar
a los que necesitan que se les enseñe
es perder la oportunidad de poder aprender de ellos.
6. Los maestros de la inocencia, cada uno a su manera, se han unido
para desempeñar el papel que les corresponde en el programa de estudios
unificado de la Expiación. 2Aparte de este programa, no hay nada más
que tenga un objetivo de enseñanza unificado. 3En este programa de
estudios no hay conflictos, pues sólo tiene un objetivo, no importa cómo se
enseñe. 4Todo esfuerzo que se haga en su favor se le ofrece a la
eterna gloria de Dios y de Su creación con el solo propósito de liberar de la
culpabilidad. 5Y cada enseñanza que apunte en esa dirección apunta
directamente al Cielo y a la paz de Dios. 6No hay dolor, pruebas o
miedo que esta enseñanza no pueda vencer. 7El poder de Dios
Mismo la apoya y garantiza sus resultados ilimitados.
7. Une tus esfuerzos
al poder que no puede fracasar y sólo puede conducir a la paz. 2No
hay nadie a quien una enseñanza como ésta no le conmueva. 3No te
sentirás excluido del poder de Dios si te dedicas a enseñar sólo esto. 4No
estarás exento de los efectos de esta santísima lección, que sólo se propone
restablecer lo que constituye el derecho de la creación de Dios. 5Todo
aquel a quien liberes de la culpabilidad te mostrará tu inocencia. 6El
círculo de la Expiación es infinito. 7Y con cada hermano que
incluyas dentro de los confines de seguridad y perfecta paz de dicho círculo,
tu confianza de que estás incluido y a salvo dentro del mismo aumentará.
8.
¡Que la paz sea, pues, con todos los que se convierten en maestros de paz! 2Pues
la paz es el reconocimiento de la pureza perfecta, de la que nadie está
excluido. 3Dentro de su santo círculo se encuentran todos los que
Dios creó como Su Hijo. 4El júbilo es su atributo unificador, y no deja a
nadie afuera solo, sufriendo el dolor de la
culpabilidad. 5El poder de Dios atrae a todos hacia la seguridad que
ofrece su regazo de amor y unión. 60cupa quedamente tu puesto
dentro del círculo, y atrae a todas las mentes torturadas para que se unan a ti
en la seguridad de su paz y de su santidad. 7Mora a mi lado dentro
de él, como maestro de la Expiación y no de la culpabilidad.
9. Bendito seas tú que enseñas esto conmigo. 2Nuestro
poder no emana de nosotros, sino de nuestro Padre. 3En nuestra
inocencia lo conocemos a Él, tal como Él sabe que somos inocentes. 4Yo
estoy dentro del círculo, llamándote a que vengas a la paz. 5Enseña
paz conmigo, y álzate conmigo en tierra santa. 6Recuerda por todos
el poder que tu Padre les ha otorgado. 7No pienses que no puedes
enseñar Su perfecta paz. 8No permanezcas afuera, sino únete a mí
adentro. 9No dejes de cumplir el único propósito al que mi enseñanza
te exhorta. 10Devuélvele a Dios Su Hijo tal como Él lo creó,
enseñándole que es inocente.
10.La crucifixión no jugó ningún papel en la
Expiación. 2Sólo la resurrección lo hizo y esa fue mi contribución. 3La
resurrección es el símbolo de la liberación de la culpabilidad por medio de la
inocencia. 4Tú crucificarías a todo aquel a quien percibes como
culpable. 5Mas le devuelves la inocencia a todo aquel a quien
consideras inocente. 6La crucifixión es siempre la meta del ego, 7que
considera a todo el mundo culpable, y mediante su condenación procura matar. 8El
Espíritu Santo sólo ve inocencia, y mediante Su dulzura Él desea liberarte del
miedo y re-establecer el reino del amor. 9El poder del amor reside
en Su dulzura, que es de Dios y, por lo tanto, no puede crucificar ni ser
crucificada. 10El templo que restauras se convierte en tu
altar, pues fue reconstruido a través de ti. 11Todo lo que le das a
Dios es tuyo. 12Así es como Él crea, y así es como tú debes restaurar.
11. A todo aquel que ves, o bien lo
ubicas dentro del santo círculo de la Expiación o bien lo dejas afuera,
juzgándolo como que merece ser crucificado o redimido. 2Si lo incluyes dentro
del círculo de pureza, descansarás allí con él. 3Si lo excluyes, te
quedas afuera con él. 4No juzgues, excepto desde una quietud que no
emana de ti. 5Niégate a aceptar que alguien pueda estar exento de la
bendición de la Expiación y condúcelo a ésta bendiciéndolo. 6La
santidad tiene que ser compartida, pues en ello radica todo lo que la hace
santa. 7Ven gustosamente al santo círculo y-contempla en
paz a todos los que creen estar excluidos. 8No excluyas a nadie del
círculo porque en él se encuentra lo que tu hermano y tú estáis buscando. 9Ven,
unámonos a él en el santo lugar de paz en el que nos corresponde estar a todos,
unidos cual uno solo dentro de la Causa de la paz.
Video de Mich Gaymard