Lección 173 y Texto UCDM
LECCIÓN 173
Dios es sólo
Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
1. (155) Me haré a
un lado y dejaré que Él me muestre el camino.
2Dios es sólo
Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
2. (156) Camino
con Dios en perfecta santidad.
2Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
Texto
Capítulo
23
Introducción
1. ¿No te das
cuenta de que lo opuesto a la flaqueza y a la debilidad es la impecabilidad*? 2La inocencia es fuerza, y
nada más lo es. 3Los que están libres de pecado no pueden temer,
pues el pecado, de la clase que sea, implica debilidad. 4La
demostración de fuerza de la que el ataque se quiere valer para encubrir la flaqueza
no logra ocultarla, pues, ¿cómo se iba a poder ocultar lo que no es real? 5Nadie
que tenga un enemigo es fuerte, y nadie puede atacar a menos que crea tener un
enemigo. 6Creer en enemigos es, por lo tanto, creer en la debilidad,
y lo que es débil no es la Volun tad
de Dios. 7Y al oponerse a ésta, es el "enemigo" de Dios. 8Y
así, se teme a Dios, al considerársele una voluntad contraria.
2. ¡Qué
extraña se vuelve en verdad esta guerra contra ti mismo! 2No podrás
sino creer que todo aquello de lo que te vales para los fines del pecado puede
herirte y convertirse en tu enemigo. 3Y lucharás contra ello y tratarás de debilitarlo por esa razón, y creyendo
haberlo logrado, atacarás de nuevo. 4Es tan seguro que tendrás miedo
de lo que atacas como que amarás lo que percibes libre de pecado. 5Todo
aquel que recorre con inocencia el camino que el amor le muestra, camina en
paz. 6Pues el amor camina a su lado, resguardándolo del miedo. 7Y
lo único que ve son seres inocentes, incapaces de atacar.
3. Camina gloriosamente, con la cabeza en alto, y no
temas ningún mal. 2Los inocentes se encuentran a salvo porque
comparten su inocencia. 3No ven nada que sea nocivo, pues su conciencia
de la verdad libera a todas las cosas de la ilusión de la nocividad. 4Y lo que parecía nocivo resplandece ahora en la inocencia de ellos,
liberado del pecado y del miedo, y felizmente de vuelta en los brazos del amor.
5Los inocentes comparten la fortaleza del amor porque vieron la
inocencia. 6Y todo error desapareció porque no lo vieron. 7Quien
busca la gloria la halla donde ésta se encuentra. 8¿Y dónde podría
encontrarse sino en los que son inocentes?
4. No
permitas que las pequeñas interferencias te arrastren a la pequeñez. 2La
culpabilidad no ejerce ninguna atracción en el estado de inocencia. 3¡Piensa
cuán feliz es el mundo por el que caminas con la verdad a tu lado! 4No
renuncies a ese mundo de libertad por un pequeño anhelo de aparente pecado, ni
por el más leve destello de atracción que pueda ejercer la culpabilidad. 5¿Despreciarías
el Cielo por causa de esas insignificantes distracciones? 6Tu
destino y tu propósito se encuentran mucho más allá de ellas, en un lugar
nítido donde no existe la pequeñez. 7Tu propósito no se aviene con
ninguna clase de pequeñez. 8De ahí que no se avenga con el pecado.
5. No permitamos que la pequeñez haga caer al Hijo de
Dios en la tentación. 2Su gloria está más allá de toda pequeñez, al
ser tan inconmensurable e intemporal como la eternidad. 3No dejes
que el tiempo enturbie tu visión de él. 4No lo dejes solo y
atemorizado en su tentación, sino ayúdalo a que la supere y a que perciba la
luz de la que forma parte. 5Tu inocencia alumbrará el camino a la
suya, y así la tuya quedará protegida y se mantendrá en tu conciencia. 6Pues,
¿quién puede conocer su gloria y al mismo tiempo percibir lo pequeño y lo débil
en sí mismo? 7¿Quién puede caminar temblando de miedo por un mundo
temible, y percatarse de que la gloria del Cielo refulge en él?
6. No hay nada a tu alrededor que no forme parte de ti.
2Contémplalo amorosamente y ve la luz del Cielo en ello. 3Pues
así es como llegarás a comprender todo lo que se te ha dado. 4El mundo brillará y resplandecerá en amoroso perdón, y todo lo que una
vez considerabas pecaminoso será re-interpretado ahora como parte integrante
del Cielo. 5¡Qué bello es caminar, limpio, redimido y feliz, por un
mundo que tanta necesidad tiene de la redención que tu inocencia vierte sobre
él! 6¿Qué otra cosa podría ser más importante para ti? 7Pues
he aquí tu salvación y tu libertad. 8Y éstas tienen que ser
absolutas para que las puedas reconocer.