Lección 175 y Texto UCDM
LECCIÓN 175
Dios es sólo
Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
1. (159) Doy los
milagros que he recibido.
2Dios es sólo
Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
2. (160) Yo estoy
en mi hogar.
2El miedo es el
que es el extraño aquí. 3Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo
que soy yo.
Texto
II. Las leyes del caos
1. Puedes
llevar las "leyes" del caos ante la luz, pero nunca las podrás entender.
2Las leyes caóticas no tienen ningún significado y, por lo tanto, se
encuentran fuera de la esfera de la razón. 3No obstante, aparentan
ser un obstáculo para la razón y para la verdad. 4Contemplémoslas,
pues, detenidamente, para que podamos ver más allá de ellas y entender lo que
son, y no lo que quieren probar. 5Es esencial que se entienda cuál
es su propósito porque su fin es crear caos y atacar la verdad. 6Éstas
son las leyes que rigen el mundo que tú fabricaste. 7Sin embargo, no
gobiernan nada ni necesitan violarse: necesitan simplemente contemplarse y
transcenderse.
2. La primera ley
caótica es que la verdad es diferente para cada persona. 2Al igual
que todos estos principios, éste mantiene que cada cual es un ente separado,
con su propia manera de pensar que lo distingue de los demás. 3Este
principio procede de la creencia en una jerarquía de ilusiones: de que algunas
son más importantes que otras, y, por lo tanto, más reales. 4Cada
cual establece esto para sí mismo, y le confiere realidad atacando lo que otro
valora. 5Y el ataque se justifica porque los valores difieren, y los que tienen
distintos valores parecen ser diferentes, y, por ende, enemigos.
3. Observa
cómo parece ser esto un impedimento para el primer principio de los milagros, 2pues
establece grados de verdad entre las ilusiones, haciendo que algunas parezcan
ser más difíciles de superar que otras. 3Si uno pudiese darse cuenta
de que todas ellas son la misma ilusión y de que todas son igualmente falsas,
sería fácil entender entonces por qué razón los milagros se aplican a todas
ellas por igual. 4Cualquier clase de error puede ser corregido precisamente porque no
es cierto. 5Cuando se lleva ante la verdad en vez de ante otro
error, simplemente desaparece. 6Ninguna parte de lo que no es nada
puede ser más resistente a la verdad que otra.
4. La segunda ley del
caos, muy querida por todo aquel que venera el pecado, es que no hay nadie que no peque, y, por lo tanto, todo el mundo merece ataque y
muerte. 2Este principio, estrechamente vinculado al primero, es la
exigencia de que el error merece castigo y no corrección. 3Pues la
destrucción del que comete el error lo pone fuera del alcance de la corrección
y del perdón. 4De este modo, interpreta lo que ha hecho como una sentencia
irrevocable contra sí mismo que ni siquiera Dios Mismo puede revocar. 5Los
pecados no pueden ser perdonados, al ser la creencia de que el Hijo de Dios
puede cometer errores por los cuales su propia destrucción se vuelve
inevitable.
5. Piensa en las consecuencias que
esto parece tener en la relación entre Padre e Hijo. 2Ahora parece
que nunca jamás podrán ser uno de nuevo. 3Pues uno de ellos no puede
sino estar por siempre condenado, y por el otro. 4Ahora son
diferentes y, por ende, enemigos. 5Y su relación es una de
oposición, de la misma forma en que los aspectos separados del Hijo convergen
únicamente para entrar en conflicto, pero no para unirse. 6Uno de
ellos se debilita y el otro se fortalece con la derrota del primero. 7Y
su temor a Dios y el que se tienen entre sí parece ahora razonable, pues se ha
vuelto real por lo que el Hijo de Dios se ha hecho a sí mismo y por lo que le
ha hecho a su Creador.
6. En ninguna otra parte es más
evidente la arrogancia en la que se basan las leyes del caos que como sale a
relucir aquí. 2He aquí el principio que pretende definir lo que debe
ser el Creador de la realidad; lo que debe pensar y lo que debe creer; y,
creyéndolo, cómo debe responder. 3Ni siquiera se considera necesario
preguntarle si eso que se ha decretado que son Sus creencias es verdad. 4Su
Hijo le puede decir lo que ésta es, y la única alternativa que le queda es
aceptar la palabra de Su Hijo o estar equivocado. 5Esto conduce
directamente a la tercera creencia descabellada que hace que el caos parezca
ser eterno. 6Pues si Dios no puede estar equivocado, tiene entonces
que aceptar la creencia que Su Hijo tiene de sí mismo y odiarlo por ello.
7. Observa cómo se refuerza el
temor a Dios por medio de este tercer principio. 2Ahora se hace
imposible recurrir a Él en momentos de tribulación, 3pues Él se ha
convertido en el "enemigo" que la causó y no sirve de nada recurrir
a Él. 4La salvación tampoco puede encontrarse en el Hijo, ya que
cada uno de sus aspectos parece estar en pugna con el Padre y siente que su ataque
está justificado. 5Ahora el conflicto se ha vuelto inevitable e inaccesible a la ayuda
de Dios. 6Pues ahora la salvación jamás será posible, ya que el
salvador se ha convertido en el enemigo.
8. No hay
manera de liberarse o escapar. 2La Expiación se convierte
en un mito, y lo que la
Voluntad de Dios dispone es la venganza, no el perdón. 3Desde
allí donde todo esto se origina, no se ve nada que pueda ser realmente una
ayuda. 4Sólo la destrucción puede ser el resultado final. 5Y Dios Mismo parece estar poniéndose
de parte de ello para derrotar a Su Hijo. 6No pienses que el ego te
va a ayudar a escapar de lo que él desea para ti. 7Ésa es la función
de este curso, que no le concede ningún valor a lo que el ego estima.
9. El ego atribuye valor
únicamente a aquello de lo que se apropia. 2Esto conduce a la cuarta ley del
caos, que, si las demás son aceptadas, no puede sino ser verdad. 3Esta
supuesta ley es la creencia de que posees aquello de lo que te apropias. 4De
acuerdo con esa ley, la pérdida de otro es tu ganancia y, por consiguiente, no
reconoce el hecho de que nunca puedes quitarle nada a nadie, excepto a ti
mismo. 5Mas las otras tres leyes no pueden sino conducir a esto. 6Pues
los que son enemigos no se conceden nada de buen grado el uno al otro, ni
procuran compartir las cosas que valoran. 7Y lo que tus enemigos
ocultan de ti debe ser algo que vale la pena poseer, ya que lo mantienen oculto
de ti.
10. Todos los
mecanismos de la locura se hacen patentes aquí: el "enemigo” que se
fortalece al mantener oculto el valioso legado que debería ser tuyo; la postura
que adoptas y el ataque que infliges, los cuales están justificados por razón
de lo que se te ha negado; y la pérdida inevitable que el enemigo debe sufrir
para que tú te puedas salvar. 2Así es como los culpables declaran su
inocencia. 3Si el comportamiento inescrupuloso del enemigo no los
forzara a este vil ataque, sólo responderían con bondad. 4Pero en un
mundo despiadado los bondadosos no pueden sobrevivir, de modo que tienen que
apropiarse de todo cuanto puedan o dejar que otros se apropien de lo que es
suyo.
11. Y ahora queda una vaga pregunta por contestar, que aún no ha sido
"explicada". 2¿Qué es esa cosa tan preciada, esa perla de
inestimable valor, ese tesoro oculto, que con justa indignación debe
arrebatársele a éste el más pérfido y astuto de los enemigos? 3Debe
de ser lo que siempre has anhelado, pero nunca hallaste. 4Y ahora "entiendes" la razón de que nunca lo encontraras. 5Este
enemigo te lo había arrebatado y lo ocultó donde jamás se te habría ocurrido
buscar. 6Lo ocultó en su cuerpo, haciendo que éste sirviese de
refugio para su culpabilidad, de escondrijo de lo que es tuyo. 7Ahora
su cuerpo se tiene que destruir y sacrificar para que tú puedas tener lo que te
pertenece. 8La traición que él ha cometido exige su muerte para que
tú puedas vivir. 9Y así, sólo atacas en defensa propia.
12. Pero ¿qué es eso que deseas que exige su muerte? 2¿Cómo puedes
estar seguro de que tu ataque asesino está justificado, a menos que sepas cuál
es su propósito? 3Aquí es donde el "último" principio del
caos acude en tu "auxilio". 4Este principio alega que hay
un substituto para el amor. 5Ésta es la magia que curará todo tu
dolor, el elemento que falta que curaría tu locura. 6Ésa es la razón
de que tengas que atacar. 7He aquí lo que hace que tu venganza esté
justificada. 8He aquí, revelado, el regalo secreto del ego,
arrancado del cuerpo de tu hermano donde se había ocultado con malicia y con
odio hacia aquel a quien verdaderamente le pertenece. 9Él te quiere
privar de ese ingrediente secreto que le daría significado a tu vida. 10El
substituto del amor, nacido de vuestra mutua enemistad, tiene que ser la
salvación. 11Y no tiene substitutos, pues sólo hay uno. 12Y así, el propósito de todas tus
relaciones es apropiarte de él y convertirte en su dueño.
13. Mas nunca podrás poseerlo del
todo. 2Y tu hermano jamás cesará de atacarte por lo que le robaste. 3Y la venganza de Dios contra
vosotros dos tampoco cesará, pues en Su locura Él tiene también que poseer ese
sustituto del amor y destruiros a ambos. 4Tú que crees ser cuerdo y
caminar por tierra firme en un mundo en el que se puede encontrar significado,
considera lo siguiente: Éstas son las leyes en las que parece basarse tu "cordura". 5Estos
son los
principios que hacen que el suelo que pisas parezca firme. 6Y es ahí
donde tratas de encontrar significado. 7Esas son las leyes que
promulgaste para tu salvación. 8Apoyan firmemente al sustituto del
Cielo que prefieres. 9Ése es su propósito, pues para eso es para lo
que fueron promulgadas. 10No tiene objeto preguntar qué significado
tienen. 11Eso es obvio. 12Los medios de la locura no
pueden sino ser dementes. 13¿Estás tú igualmente seguro de que
comprendes que su objetivo es la locura?
14. Nadie desea la locura, ni nadie se aferra a su propia locura si ve que
eso es lo que es. 2Lo que protege a la locura es la creencia de que
es la verdad. 3La función de la demencia es usurpar el lugar de la
verdad. 4Para poder creer en la demencia hay que considerarla la
verdad. 5Y si es la verdad, entonces su opuesto, que antes era la
verdad, tiene que ser ahora la locura. 6Tal inversión, en la que
todo está completamente al revés: en la que la demencia es cordura, las
ilusiones verdad, el ataque bondad, el odio amor y el asesinato bendición, es
el objetivo que persiguen las leyes del caos. 7Esos son los medios
que hacen que las leyes de Dios parezcan estar invertidas. 8Ahí las
leyes del pecado parecen mantener cautivo al amor y haber puesto al pecado en
libertad.
15. Ésos no parecen ser los
objetivos del caos, pues gracias a la gran inversión parecen ser las leyes del
orden. 2¿Cómo podría ser de otra manera? 3El caos es la ausencia total de
orden, y no tiene leyes. 4Para que se pueda creer en él, sus
aparentes leyes tienen que percibirse como reales. 5Su objetivo de
demencia tiene que verse como cordura. 6Y el miedo, con labios
mortecinos y ojos que no ven, obcecado y de aspecto horrible, es elevado al
trono del amor, su moribundo conquistador, su substituto, el que te salva de la
salvación. 7¡Cuán bella hacen aparecer a la muerte las leyes del
miedo! 8¡Dale gracias al héroe que se sentó en el trono del amor y
que salvó al Hijo de Dios para condenarlo al miedo y a la muerte!
16. Sin embargo, ¿cómo es posible que se pueda creer en semejantes leyes?
2Hay un extraño mecanismo que hace que ello sea posible. 3Es
algo que nos resulta familiar, pues hemos visto en innumerables ocasiones cómo
parece funcionar. 4En realidad no funciona en absoluto, mas en
sueños, donde los protagonistas principales son sólo sombras, parece ser muy
poderoso. 5Ninguna de las leyes del caos podría coaccionar a nadie
a que creyese en ella, si no fuera por el énfasis que se pone en la forma y
por el absoluto desprecio que se hace del contenido. 6Nadie que crea
que una sola de estas leyes es verdad se da cuenta de lo que dicha ley
estipula. 7Algunas de las formas que dichas leyes adoptan parecen
tener sentido, pero eso es todo.
17. ¿Cómo es posible que algunas
formas de asesinato no signifiquen muerte? 2¿Puede acaso un ataque,
sea cual sea la forma en que se manifieste, ser amor? 3¿Qué forma de
condena podría ser una bendición? 4¿Quién puede incapacitar a su
salvador y hallar la salvación? 5No dejes que la forma que adopta el
ataque contra tu hermano te engañe. 6No puedes intentar herirlo y al
mismo tiempo salvarte. 7¿Quién puede estar a salvo del ataque atacándose
a sí mismo? 8¿Cómo iba a importar la forma en que se manifiesta esta
locura? 9Es un juicio que se derrota a sí mismo, al condenar lo que
afirma querer salvar. 10No te dejes engañar cuando la locura adopte
una forma que a ti te parece hermosa. 11Lo que está empeñado en
destruirte no es tu amigo.
18. Sostienes -y piensas que es
verdad- que no crees en estas leyes insensatas ni que tus acciones están
basadas en ellas. 2Pues cuando examinas de cerca lo que postulan,
ves que no se puede creer en ellas. 3Hermano, crees en ellas. 4Pues
de no ser así, ¿cómo podrías percibir la forma que adoptan, con semejante
contenido? 5¿Podría acaso ser sostenible cualquiera de las formas
que adoptan? 6Sin embargo, crees en ellas debido a la forma
que adoptan, y no adviertes el contenido. 7Éste nunca cambia. 8¿Puedes
acaso darle vida a un esqueleto pintando sus labios de color rosado,
vistiéndolo de punta en blanco, acariciándolo y mimándolo? 9¿Y puede
acaso satisfacerte la ilusión de que estás vivo?
19. Fuera del Cielo no hay vida. 2La vida se encuentra allí
donde Dios la creó. 3En cualquier otro estado que no sea el Cielo la
vida no es más que una ilusión. 4En el mejor de los casos parece
vida, en el peor, muerte. 5Ambos son, no obstante, juicios acerca de
lo que no es la vida, idénticos en su inexactitud y falta de significado. 6Fuera
del Cielo la vida es imposible, y lo que no se encuentra en el Cielo no se
encuentra en ninguna parte. 7Fuera del Cielo lo único que hay es un
conflicto de ilusiones, de todo punto insensato, imposible y más allá de la
razón, aunque se percibe como un eterno impedimento para llegar al Cielo. 8Las
ilusiones no son sino formas. 9Su contenido nunca es verdad.
20. Las leyes del caos gobiernan
todas las ilusiones. 2Las formas que éstas adoptan entran en
conflicto, haciendo que parezca posible concederle más valor a unas que a
otras. 3Sin embargo, cada una de ellas se basa, al igual que todas
las demás, en la creencia de que las leyes del caos son las leyes del orden. 4Cada
una de ellas apoya dichas leyes completamente, y ofrece un testimonio
inequívoco de que son verdad. 5Las formas de ataque que en
apariencia son más benévolas no son menos inequívocas en su testimonio o en sus
resultados. 6Es indudable que el miedo que engendran las ilusiones
se debe a las creencias que las originan y no a su forma. 7Y la
falta de fe en el amor, sea cual sea la forma en que se manifieste, da
testimonio de que el caos es la realidad.
21. La fe en el caos es la consecuencia inevitable de la creencia en el
pecado. 2El que sea una consecuencia es lo que hace que parezca ser
una conclusión lógica, un paso válido, en el pensamiento ordenado. 3Los
pasos que conducen al caos proceden de manera ordenada desde su punto de
partida. 4Cada uno de ellos se manifiesta en forma diferente en el
proceso de invertir la verdad, y conduce aún más profundamente al terror y más
allá de la verdad. 5No pienses que un paso es más corto que otro ni
que el retorno desde uno de ellos es más fácil que desde otro. 6En
cada uno de ellos reside el descenso desde el Cielo en su totalidad. 7Y
allí donde tu pensamiento empieza, allí mismo tiene que terminar.
22. Hermano, no des ni un solo paso en el descenso hacia el infierno. 2Pues
una vez que hayas dado el primero, no podrás reconocer el resto como lo que
son. 3Y cada uno de ellos seguirá al primero. 4Cualquier
forma de ataque te planta en la tortuosa escalera que te aleja del Cielo. 5Sin
embargo, en cualquier instante todo esto se puede deshacer. 6¿Cómo
puedes saber si has elegido las escaleras que llevan al Cielo o el camino que
conduce al infierno? 7Muy fácilmente. 8¿Cómo te sientes? 9¿Estás
en paz? 10¿Tienes certeza con respecto a tu camino? 11¿Estás
seguro de que el Cielo se puede alcanzar? 12Si la respuesta es no,
es que caminas solo. 13Pídele entonces a tu Amigo que se una a ti y
te dé certeza con respecto al camino a seguir.
Video de Mich Gaymard