Lección 50 y Texto UCDM
LECCIÓN 50
El Amor de
Dios es mi sustento.
1. He aquí la respuesta a cualquier
problema que se te presente, hoy, mañana o a lo largo del tiempo. 2Crees
que lo que te sustenta en este mundo es todo menos Dios. 3Has
depositado tu fe en los símbolos más triviales y absurdos: en píldoras, dinero,
ropa "protectora", influencia, prestigio, caer bien, estar
"bien" relacionado y en una lista interminable de cosas huecas y sin
fundamento a las que dotas de poderes mágicos.
2. Todas esas cosas son tus
sustitutos del Amor de Dios. 2Todas esas cosas se atesoran para
asegurar la identificación con el cuerpo. 3Son himnos de alabanza al
ego. 4No deposites tu fe en lo que no tiene valor. 5No te sustentará.
3. Sólo el Amor de Dios te
protegerá en toda circunstancia. 2Te rescatará de toda tribulación y
te elevará por encima de todos los peligros que percibes en este mundo a un
ambiente de paz y seguridad perfectas. 3Te llevará a un estado
mental que no puede verse amenazado ni perturbado por nada, y en el que nada
puede interrumpir la eterna calma del Hijo de Dios.
4. No deposites tu fe en ilusiones.
2Te fallarán. 3Deposita toda tu fe en el Amor de Dios en
ti: eterno, inmutable y por siempre indefectible. 4Ésta es la
respuesta a todo problema que se te presente hoy. 5Por medio del
Amor de Dios en ti puedes resolver toda aparente dificultad sin esfuerzo alguno
y con absoluta confianza. 6Dite esto a ti mismo con frecuencia hoy. 7Es
una declaración de que te has liberado de la creencia en ídolos. 8Es
tu reconocimiento de la verdad acerca de ti.
5. Durante diez minutos dos veces
al día, una por la mañana y otra por la noche, deja que la idea de hoy se
adentre muy hondo en tu conciencia. 2Repítela, reflexiona sobre
ella, deja que pensamientos afines vengan a ayudarte a reconocer su verdad, y
permite que la paz se extienda sobre ti como un manto de protección y seguridad.
3 No permitas que ningún pensamiento vano o necio venga a perturbar
la santa mente del Hijo de Dios. 4Tal es el Reino de los Cielos. 5Tal
es el lugar de descanso donde tu Padre te ubicó eternamente.
Texto
IV.
El regalo de la libertad
1. Si lo que la Voluntad de Dios dispone
para ti es paz y dicha absolutas, y eso no es lo único que experimentas, es que
te estás negando a reconocer Su Voluntad. 2Su Voluntad no fluctúa,
pues es eternamente inmutable. 3Cuando no estás en paz ello se debe
únicamente a que no crees que estás en Él. 4Mas Él es el Todo de
todo. 5Su paz es absoluta y tú no puedes sino estar incluido en
ella. 6Sus leyes te gobiernan porque lo gobiernan todo. 7No puedes
excluirte a ti mismo de Sus leyes, si bien puedes desobedecerlas. 8Si
lo haces, no obstante, y sólo en ese caso, te sentirás solo y desamparado porque te estarás negando todo.
2. He venido
como una luz a un mundo que en verdad se ruega todo a sí mismo. 2Hace
eso simplemente al disociarse de todo. 3Dicho mundo es, por lo
tanto, una ilusión de aislamiento que se mantiene vigente por miedo a la misma
soledad que es su ilusión: 4Os
dije que estaría con vosotros siempre, incluso hasta el fin del mundo. 5Por
eso es por lo que soy la luz del mundo: 6Si estoy contigo en la soledad
del mundo, la soledad desaparece. 7No puedes mantener la ilusión de
soledad si no estás solo. 8Mi propósito, pues, sigue siendo vencer
el mundo. 9Yo no lo ataco, pero mi luz no puede sino desvanecerlo
por razón de lo que es. 10La luz no ataca a la oscuridad, pero la
desvanece con su fulgor. 11Si mi luz va contigo a todas partes, tú
desvaneces la oscuridad conmigo. 12La luz se vuelve nuestra, y ya no
puedes morar en la oscuridad tal como la oscuridad no puede morar allí donde tú
vas. 13Acordarte de mí es acordarte de ti mismo, así como de Aquel
que me envió a, ti.
3. Estabas en las tinieblas hasta que una parte de la Filiación decidió
acatar completamente la
Voluntad de Dios. 2Una vez que esto se logró,
todos lo lograron perfectamente. 3¿De qué otra manera sino habría
podido lograrse perfectamente? 4Mi misión consistió simplemente en
unir la voluntad de la
Filiación con la
Voluntad del Padre al ser yo mismo consciente de la Voluntad del Padre. 5Ésta
es la conciencia que vine a
impartirte, y el problema que tienes en aceptarla es el problema de este mundo. 6Eliminarlo
es la salvación, y en ese sentido yo soy la salvación del mundo. 7El
mundo, por lo tanto, no puede sino aborrecerme y rechazarme, ya que el mundo es
la creencia de que el amor es imposible. 8Si aceptases el hecho de
que yo estoy contigo estarías negando al mundo y aceptando a Dios. 9Mi
voluntad es la Suya ,
y tu decisión de escucharme es la decisión de escuchar Su Voz y de hacer Su
Voluntad. 10De la misma manera en que Dios me envió a ti, yo te
enviaré a otros. 11E iré a ellos contigo, para que podamos enseñarles
paz y unión.
4. ¿No crees que el mundo tiene tanta necesidad de paz como tú? 2¿No
te gustaría dársela en la misma medida en que tú deseas recibirla? 3Pues
a menos que se la des, no la recibirás. 4Si quieres recibirla de mí,
tienes que darla. 5La curación no procede de nadie más. 6Tienes
que aceptar dirección interna. 7La dirección que recibas no puede
sino ser lo que quieres, pues, de lo contrario, no tendría sentido para ti. 8Por
eso es por lo que la curación es una empresa de colaboración. 9Yo
puedo decirte lo que tienes que hacer, pero tú tienes que colaborar teniendo fe
en que yo sé lo que debes hacer. 10Sólo entonces decidirá tu mente
seguirme. 11Sin esta decisión no podrías curar porque ello supondría
que habrías decidido en contra de la curación, y este rechazo de lo que yo he
decidido para ti impediría la curación.
5. La curación es un reflejo de
nuestra voluntad conjunta. 2Esto resulta obvio cuando se examina el
propósito de la curación. 3La curación es la manera de superar la
separación. 4La separación se supera mediante la unión. 5No
se puede superar separando. 6La decisión de unirse tiene que ser
inequívoca, o, de lo contrario, la mente misma estaría dividida e incompleta. 7Tu
mente es el medio por el cual determinas tu propia condición, ya que la mente
es el mecanismo de decisión. 8Es el poder mediante el que te separas
o te unes, y, consecuentemente, experimentas dolor o alegría. 9Mi
decisión no puede imperar sobre la tuya porque la tuya es tan poderosa como la
mía. 10De no ser así, los Hijos de Dios no gozarían de perfecta
igualdad. 11No hay nada que nuestra voluntad conjunta no pueda
lograr, pero la mía sola no puede ayudarte. 12Tu voluntad, es tan libre como la mía, y ni siquiera
Dios Mismo se opondría a ella. 13Yo no puedo disponer lo que Dios no
dispone. 14Puedo ofrecerte mi fuerza para hacer que la tuya sea
invencible, pero no puedo oponerme a tu decisión sin rivalizar con ella y,
consecuentemente, sin violar lo que la Voluntad de Dios ha dispuesto para ti
6. Nada que
Dios creó puede oponerse a tu decisión, de la misma manera en que nada que Dios
creó puede oponerse a Su Voluntad. 2Dios le dio a tu voluntad el
poder que ella posee, y yo no puedo sino respetarlo en honor de Su poder. 3Si
quieres ser como yo, te ayudaré, pues sé que somos iguales. 4Si
quieres ser diferente, aguardaré hasta que cambies de parecer. 5Yo puedo enseñarte,
pero tú tienes que elegir seguir mis enseñanzas. 6¿Cómo podría ser
de otra manera, si el Reino de Dios es libertad? 7Nadie puede
aprender lo que es la libertad si está sometido a cualquier clase de tiranía, y
la perfecta igualdad de todos los Hijos de Dios no se podría reconocer si una mente
ejerciese dominio sobre otra. 8Los Hijos de Dios gozan de perfecta
igualdad en lo que respecta a su voluntad, por ser todos ellos la Voluntad del Padre. 9Ésta
es la única lección que vine a enseñar.
7. Si tu voluntad no fuese la mía tampoco podría ser la de nuestro Padre.
2Esto significaría que habrías aprisionado la tuya, y que
no le has permitido ser libre. 3Solo no puedes hacer nada porque
solo no eres nada. 4Yo
no soy nada sin el Padre y tú no eres nada sin mí porque al negar al Padre te
niegas a ti mismo. 5Siempre me acordaré de ti, y en el hecho de que
me acuerde de ti radica el que tú te acuerdes de ti mismo. 6En
nuestro mutuo recuerdo radica nuestro recuerdo de Dios. 7Y en ese
recuerdo radica tu libertad porque tu libertad está en Él. 8Únete,
pues, a mí en alabanza de Él y de ti que fuiste creado por Él. 9Éste
es nuestro regalo de gratitud hacia Él, que Él a Su vez compartirá con todas
Sus creaciones, a las que da por igual todo lo que es aceptable para Él. 10Por
ser aceptable para Él, es el regalo de la libertad, que es lo que Su Voluntad
dispone para todos Sus Hijos. 11Al ofrecer
libertad te liberarás.
8. La
libertad es el único regalo que les puedes ofrecer a los Hijos de Dios, ya que es el
reconocimiento de lo que ellos son y de lo que Él es. 2La libertad
es creación porque es amor. 3No amas a quien tratas de aprisionar. 4Por
lo tanto, cuando tratas de aprisionar a alguien, incluyéndote a ti mismo, no
le amas y no te puedes identificar con él. 5Cuando te aprisionas a
ti mismo pierdes de vista tu verdadera identificación conmigo y con el Padre. 6Tu
identificación es con el Padre y con el Hijo. 7Es imposible que te
identifiques con uno y no con el otro. 8Si eres parte de uno, eres
parte del otro, ya que ambos son uno. 9La Santísima Trinidad
es santa porque
es
Una. 10Si te excluyes a ti mismo de esta unión, estás percibiendo a la Santísima Trinidad
como desunida. 11Tú no puedes sino estar incluido en ella porque la Santísima Trinidad
lo es todo. 12A menos que ocupes el lugar que te corresponde en Ella y cumplas la
función que por ser parte de Ella te corresponde llevar a cabo, la Santísima Trinidad
estará tan desposeída como tú. 13Ninguna de Sus partes puede estar
aprisionada si es que su verdad ha de conocerse.
Video de Mich Gaymard