Lección 34 y Texto UCDM

LECCIÓN 34
Podría ver paz en lugar de esto.

1. La idea de hoy comienza a describir las condiciones que preva­lecen en la otra manera de ver. 2La paz mental es claramente una cuestión interna. 3Tiene que empezar con tus propios pensamien­tos, y luego extenderse hacia afuera. 4Es de tu paz mental de donde nace una percepción pacifica del mundo.

2. Para los ejercicios de hoy se requieren tres sesiones de práctica largas. 2Se aconseja que lleves a cabo una por la mañana y otra por la noche, con una tercera adicional a intercalarse entremedias en el momento que parezca más conducente a ello. 3Todas las sesiones deben hacerse con los ojos cerrados. 4Es a tu mundo interno al que deben dirigirse las aplicaciones de la idea de hoy.

3. Para cada una de estas sesiones largas se requieren alrededor de cinco minutos de búsqueda mental. 2Escudriña tu mente en busca de pensamientos de temor, situaciones que provoquen ansiedad, personas o acontecimientos "ofensivos", o cualquier otra cosa sobre la que estés abrigando pensamientos no amorosos. 3A medida que cada uno de estos pensamientos surja en tu mente, obsérvalo relajadamente, repitiendo la idea de hoy muy despacio, y luego haz lo mismo con el siguiente.

4. Si comienza a resultarte difícil pensar en temas específicos, con­tinúa repitiendo la idea para tus adentros sin prisas y sin aplicarla a nada en particular. 2Asegúrate, no obstante, de no excluir nada específicamente.

5. Las aplicaciones cortas deben ser frecuentes, y hacerse siempre que sientas que de alguna forma tu paz mental se está viendo amenazada. 2EI propósito de esto es protegerte de la tentación a lo largo del día. 3Si se presentase alguna forma específica de ten­tación en tu conciencia, el ejercicio deberá hacerse de esta forma:

4Podría ver paz en esta situación en lugar de lo que ahora veo en ella.

6. Si los ataques a tu paz mental se manifiestan en forma de emo­ciones adversas más generalizadas, tales como depresión, ansie­dad o preocupación, usa la idea en su forma original. 2Si ves que necesitas aplicar la idea de hoy más de una vez para que te ayude a cambiar de parecer con respecto a alguna situación determi­nada, trata de dedicar varios minutos a repetirla hasta que sien­tas una sensación de alivio. 3Te ayudará si te dices a ti mismo lo siguiente:


4Puedo sustituir mis sentimientos de depresión, ansie­dad o preocupación [o mis pensamientos acerca de esta situación, persona o acontecimiento] por paz.


Texto

III. La renuncia al ataque

1. Como ya hemos puesto de relieve, toda idea tiene su origen en la mente del que la piensa. 2Lo que se extiende desde la mente,. por lo tanto, se encuentra todavía en ella, y la mente se conoce a sí misma por lo que extiende. 3La palabra "conoce" está usada correctamente aquí porque el Espíritu Santo, mediante Su per­cepción imparcial, guarda todavía el conocimiento a salvo en tu mente. 4Dado que Él nunca ataca, no obstaculiza la comunicación de Dios. 5Por lo tanto, el estado de ser nunca se ve amenazado. 6Tu mente, que es semejante a la de Dios, jamás puede ser profa­nada. 7El ego nunca fue parte de ella, ni lo será jamás, pero a través del ego puedes oír, enseñar y aprender lo que no es cierto. 8Te has enseñado a ti mismo a creer que no eres lo que eres. 9No puedes enseñar lo que no has aprendido, y lo que enseñas lo refuerzas en ti al compartirlo. 10Cada lección que enseñas es una lección que tú mismo estás aprendiendo.

2. Por eso es por lo que debes enseñar solamente una lección. 2Si has de verte libre de conflictos, tienes que aprender únicamente del Espíritu Santo y enseñar únicamente con Él. 3Tú eres única­mente amor, mas cuando lo niegas haces de lo que eres algo que tienes que aprender a recordar. 4Dije anteriormente que el men­saje de la crucifixión fue: "Enseña solamente amor, pues eso es lo que eres". 5Ésta es la única lección que está perfectamente unifi­cada porque es la única lección que es una sola. 6La única manera de aprenderla es enseñándola: 7" Lo que enseñes es lo que apren­derás." 8Si esto es verdad, como en efecto lo es, no olvides que lo que enseñas te enseña a ti. 9Y no puedes sino creer en lo que proyectas o extiendes.

3. La única seguridad radica en extender el Espíritu Santo porque a medida que ves Su mansedumbre en otros, tu propia mente se percibe a sí misma como totalmente inofensiva. 2Una vez que puede aceptar esto completamente, no ve necesidad alguna de protegerse. 3La protección de Dios alborea entonces sobre ella, asegurándole que está perfectamente a salvo para siempre. 4Los que están perfectamente a salvo son completamente benévolos. 5Bendicen porque saben que son benditos. 6Desprovista de ansie­dad, la mente es totalmente benévola, y puesto que extiende cari­dad, es también caritativa. 7La seguridad no es otra cosa que la completa renuncia al ataque. 8Ninguna transigencia al respecto es posible. 9Si enseñas ataque en cualquier forma que sea, lo habrás aprendido, y ello no podrá sino causarte dolor. 10Con todo, ese aprendizaje no es permanente, y puedes desaprenderlo dejándolo de enseñar.

4. Puesto que no puedes dejar de enseñar, tu salvación radica en enseñar exactamente lo opuesto a lo que el ego cree. 2Así es como aprenderás la verdad que te hará libre y que te mantendrá libre a medida que otros la aprendan de ti. 3La única manera de tener paz es enseñando paz. 4Al enseñarla, no puedes sino aprenderla, pues no puedes enseñar aquello de lo que todavía te disocias. 5Sólo así podrás recobrar el conocimiento que desechaste. 6Para poder compartir una idea tienes primero que disponer de ella. ?Dicha idea despierta en tu mente mediante la convicción que nace de enseñarla. 8Aprendes todo lo que enseñas. 9Enseña sola­mente amor, y. aprende que el amor es tuyo y que tú eres amor.

IV. La única Respuesta

1. Recuerda que el Espíritu Santo es la Respuesta, no la pregunta. 2El ego siempre habla primero. 3Es caprichoso y no le desea el bien a su hacedor. 4Cree, y con razón, que su hacedor puede dejar de brindarle apoyo en cualquier momento. 5Si te desease el bien se alegraría de ello, tal como el Espíritu Santo se alegrará cuando te haya conducido de vuelta a tu hogar y ya no tengas necesidad de que Él te guíe. 6El ego no se considera a sí mismo parte de ti. 7En eso radica su error fundamental, la base de todo su sistema de pensamiento.       

2. Cuando Dios te creó te hizo parte de Él. 2Por eso es por lo que el ataque no tiene cabida dentro del Reino. 3Hiciste al ego sin amor, y, por consiguiente, él no te ama. 4No puedes permanecer dentro del Reino sin amor, y puesto que el Reino es amor, crees estar privado de él. 5Esto le permite al ego considerarse a sí mismo algo separado y externo a su hacedor, y de ahí que hable en representación de la parte de tu mente que cree que estás separado y que eres algo externo a la mente de Dios.. 6El ego planteó entonces la primera pregunta que jamás se hizo, pre­gunta que él jamás podrá contestar. 7La pregunta: "¿Qué eres?" representó el comienzo de la duda. 8Desde entonces el ego jamás ha contestado ninguna pregunta, aunque ha hecho muchas. 9Las actividades más ingeniosas del ego no han hecho más que enma­rañar la pregunta, pues dispones de la respuesta y el ego te tiene miedo.

3. No podrás entender el conflicto hasta que entiendas plena­mente el hecho fundamental de que el ego no sabe nada. 2El Espí­ritu Santo no es el que habla primero, pero siempre contesta. 3Todo el mundo en uno u otro momento ha acudido a Él para de una u otra forma obtener ayuda, y Él ha contestado. 4Puesto que el Espíritu Santo responde de verdad, responde para siempre, lo cual quiere decir que todo el mundo dispone de la respuesta ahora mismo.

4. El ego no puede oír al Espíritu Santo, pero cree que parte de la mente que lo hizo está en su contra. 2Interpreta esto como una justificación para atacar a su hacedor. 3Cree que la mejor defensa es el ataque, y quiere que creas eso también. 4A no ser que lo creyeses no te podrías poner de su parte, y el ego tiene gran nece­sidad de aliados, aunque no de hermanos. 5Al percibir en tu mente algo ajeno a sí mismo, el ego hace del cuerpo su aliado porque el cuerpo no forma parte de ti.. 6Esto hace del cuerpo el amigo del ego. 7Ésta es una alianza claramente basada en la sepa­ración. 8Si te pones de parte de esta alianza no podrás sino sentir miedo porque te estarás poniendo de parte de una alianza basada en el miedo.

5. El ego se vale del cuerpo para conspirar contra tu mente, y puesto que el ego se da cuenta de que su "enemigo" puede acabar con él y con el cuerpo reconociendo simplemente que no for­man parte de él, él y el cuerpo se unen para llevar a cabo un ataque conjunto. 2Tal vez sea ésta la más extraña de todas las percepciones, si te detienes a considerar lo que ello realmente implica. 3El ego, que no es real, trata de persuadir a la mente, que sí es real, de que ella es su recurso de aprendizaje, y, lo que es más, de que el cuerpo es más real que ella. 4 Nadie que esté en su mente recta podría creer semejante cosa, y nadie que está en su mente recta lo cree.

6. Escucha,. pues, la única respuesta del Espíritu Santo a todas las preguntas que el ego plantea: eres una criatura de Dios, una parte de Su Reino de inestimable valor que Él creó como parte de Sí Mismo. 2Eso es lo único que existe y lo único que es real. 3Has elegido un sueño en el que has tenido pesadillas, pero el sueño no es real y Dios te exhorta a despertar. 4Cuando le oigas no quedará ni rastro de tu sueño porque despertarás. 5Tus sueños contienen muchos de los símbolos del ego y éstos te han confundido. 6Eso se debe, no obstante, a que estabas dormido y no te dabas cuenta de ello. 7Cuando despiertes, verás la verdad a tu alrededor y dentro de ti, y ya no creerás en los sueños porque éstos dejarán de ser reales para ti. 8El Reino, en cambio, y todo lo que allí has creado, será sumamente real para ti porque es hermoso y verdadero.

7. En el Reino no hay ninguna duda acerca de lo que eres y de donde te encuentras. 2La duda no tiene cabida allí porque la pri­mera pregunta jamás se planteó. 3Al haber sido por fin completa­mente contestada, nunca existió. 4Sólo el Ser vive en el Reino, donde todo mora en Dios con absoluta certeza. 5El tiempo dedi­cado a hacer preguntas en el sueño, ha dado paso a la creación y a su eternidad. 6Tú gozas de tanta certeza como Dios, pues eres tan real como Él, pero lo que antes gozaba de absoluta certeza en tu mente ha pasado a ser ahora únicamente la capacidad para gozar de ella.

8. Él origen de las capacidades representó el principio de la incer­tidumbre porque las capacidades son logros en potencia, pero todavía no son logros. 2Tus capacidades son inútiles en presencia de los logros de Dios y de los tuyos propios. 3 Los logros son resul­tados que ya se han alcanzado. 4Cuando son perfectos, las capacidades dejan de tener sentido. 5Es curioso que lo que es perfecto tenga ahora que ser perfeccionado. 6De hecho, eso es imposible. 7Mas recuerda que cuando te pones a ti mismo en una situación imposible crees que lo imposible es posible.

9. Debes desarrollar tus capacidades antes de poder usarlas. 2Esto no es cierto con respecto a nada que Dios creó, pero es la solución más benévola para lo que tú has fabricado. 3En una situación imposible puedes desarrollar tus capacidades hasta el punto en que ellas mismas te pueden liberar de tal situación. 4Dispones de un Guía que te muestra cómo desarrollarlas, pero no tienes otro jefe que tú mismo. 5Esto te pone a cargo del Reino, con un Guía para encontrarlo y los medios para conservarlo. 6Tienes un mo­delo a seguir que reforzará tu mando y nunca lo menoscabará en modo alguno. 7Por consiguiente, ocupas todavía el lugar central en tu imaginada esclavitud, lo cual de por sí demuestra que no eres un esclavo.

10. Te encuentras en una situación imposible únicamente porque crees que es posible estar en una situación así. 2Te encontrarás en una situación imposible si Dios te mostrase tu perfección, y a la vez te probase que estabas equivocado. 3Esto demostraría que los que son perfectos son incapaces de cobrar conciencia de su pro­pia perfección, y reforzaría la creencia de que aquellos que lo tienen todo necesitan ayuda y son, por lo tanto, desvalidos. 4Éste es el tipo de "razonamiento" en que el ego se embarca. 5Dios, que sabe que Sus creaciones. son perfectas; no las humilla. 6 Eso sería tan imposible como la noción del ego según la cual él ha humi­llado a Dios.

11. Por eso es por lo que el Espíritu Santo jamás da órdenes. 2Dar órdenes implica desigualdad, y el Espíritu Santo demuestra que la desigualdad no existe. 3Ser fiel a una premisa que se ha aceptado es una ley de la mente, y todo lo que Dios creó es fiel a Sus leyes. 4Es posible también ser fiel a otras leyes, pero no porque las leyes sean ciertas, sino porque tú las promulgaste. 5¿De qué te serviría que Dios te probase que has pensado de forma demente? 6¿Podría Dios perder Su propia certeza? 7He dicho frecuentemente que eres lo que enseñas. 8¿Querrías que Dios te enseñase que has pecado? 9Si Él confrontase al ser que fabricaste con la verdad que Él creó para ti, ¿cómo no ibas a tener miedo? 10En ese caso dudarías de tu mente recta, que es el único lugar donde puedes encontrar la cor­dura que Él te dio.

12. Dios no enseña, 2pues enseñar implica una insuficiencia que Dios sabe que no existe. 3Dios no está en conflicto. 4El propósito de enseñar es producir cambios, pero Dios sólo creó lo inmuta­ble. 5La separación no fue una pérdida de la perfección, sino una interrupción de la comunicación. 6La voz del ego surgió entonces como una forma de comunicación estridente y áspera. 7Esto no podía alterar la paz de Dios, pero sí podía alterar la tuya. 8Dios no la acalló porque erradicarla habría sido atacarla. 9Habiendo sido cuestionado, Él no cuestionó. 10Él simplemente dio la Respuesta. 11Su Respuesta es tu Maestro.

Video de Mich Gaymard


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