Lección 46 y Texto UCDM
LECCIÓN 46
Dios es el
Amor en el que perdono.
1. Dios no perdona
porque nunca ha condenado. 2Y primero tiene que haber condenación para que el perdón sea necesario. 3El
perdón es la mayor necesidad de este mundo, y esto se debe a que es un mundo
de ilusiones. 4Aquellos que perdonan se liberan a sí mismos de las
ilusiones, mientras que los que se ruegan a hacerlo se atan a ellas. 5De
la misma manera en que sólo te condenas a ti mismo, de igual modo, sólo te
perdonas a ti mismo.
2. Pero si bien
Dios no perdona, Su Amor es, no obstante, la base del perdón. 2El
miedo condena y el amor perdona. 3El perdón, pues, des-hace lo que
el miedo ha producido, y lleva de nuevo a la mente a la conciencia de Dios. 4Por
esta razón, al perdón puede llamársele verdaderamente salvación. 5Es
el medio a través del cual desaparecen las ilusiones.
3. Los ejercicios
de hoy requieren por lo menos tres sesiones de práctica de cinco minutos
completos, y el mayor número posible de las más cortas. 2Como de
costumbre, comienza las sesiones de práctica más largas repitiendo la idea de
hoy para tus adentros. 3Cierra los ojos mientras lo haces, y
dedica un minuto o dos a explorar tu mente en busca de aquellas personas a
quienes no has perdonado. 4No importa en qué medida no las hayas
perdonado. 5O las has perdonado completamente o no las has
perdonado en absoluto.
4. Si estás
haciendo los ejercicios correctamente no deberías tener ninguna dificultad en
encontrar un buen número de personas a quienes no has perdonado. 2En
general, se puede asumir correctamente que cualquier persona que no te caiga
bien es un sujeto adecuado. 3Menciona cada una de ellas por su
nombre, y di:
4[Nombre],
Dios es el Amor en el que te perdono.
5. El propósito de la primera
fase de las sesiones de práctica de hoy es colocarte en una posición desde la
que puedes perdonarte a ti mismo. 2Después que hayas aplicado la
idea a todas las personas que te hayan venido a la mente, di para tus
adentros:
3Dios es el Amor en
el que me perdono a mí mismo.
4Dedica luego el resto de la
sesión a añadir ideas afines tales como:
5Dios es el Amor
con el que me amo a mí mismo.
6Dios es el Amor en el que me alzo bendecido.
6. El modelo a seguir en cada
aplicación puede variar considerablemente, pero no se debe perder de vista la
idea central. 2Podrías decir, por ejemplo:
3No puedo ser
culpable porque soy un Hijo de Dios.
4Ya he sido
perdonado.
5El miedo no
tiene cabida en una mente que Dios ama.
6No tengo
necesidad de atacar porque el amor me ha perdonado.
7La sesión de práctica debe
terminar, no obstante, con una repetición de la idea de hoy en su forma
original.
7. Las sesiones de práctica más
cortas pueden consistir ya sea en una repetición de la idea de hoy en su forma
original, o en una afín, según prefieras. 2Asegúrate, no obstante,
de aplicar la idea de manera más concreta si surge la necesidad. 3Esto
será necesario en cualquier momento del día en el que te percates de cualquier
reacción negativa hacia alguien, tanto si esa persona está presente como si no.
4En tal caso, dile silenciosamente:
5Dios es el Amor en
el que te perdono.
Texto
XI. El estado de gracia
1. El Espíritu Santo siempre te
guiará acertadamente porque tu dicha es la Suya. 2Eso es lo que Su Voluntad
dispone para todos porque habla en representación del Reino de Dios, que no es otra
cosa que dicha. 3Seguirle, por consiguiente, es la cosa más fácil
del mundo, y lo único, que es fácil, ya que no es de este mundo. 4Por
lo tanto, es algo natural. 5El mundo va en contra de tu naturaleza,
al estar en desacuerdo con las leyes de Dios. 6El mundo percibe
grados de dificultad en todo. 7Eso se debe a que el ego no percibe
nada como completamente deseable. 8Al demostrarte a ti mismo que no
hay grados de dificultad en los milagros, te convencerás de que, en tu estado
natural, no hay grados de dificultad en absoluto porque tu estado natural
es un estado de gracia.
2. La gracia es el estado
natural de todos los Hijos de Dios. 2Cuando no están en estado de
gracia, están fuera de su medio ambiente, y, por lo tanto, no se desenvuelven
bien. 3Todo lo que hacen les produce tensión porque no fueron
creados para el medio ambiente que ellos mismos se han labrado. 4No
pueden, por lo tanto, adaptarse a él, ni hacer que dicho ambiente se adapte a
ellos. 5De nada sirve intentarlo. 6Un Hijo de Dios es
feliz únicamente cuando sabe que está, con Dios. 7Ése es el único
medio ambiente en el que no sufre tensión porque ahí es donde le corresponde
estar. 8Es también el único medio ambiente que es digno de él porque
su valía está más allá de cualquier cosa que él pueda inventar.
3. Examina el reino que
fabricaste y juzga su valor imparcialmente. 2¿Es acaso
digno de ser la morada de una criatura de Dios? 3¿Protege tal mundo
su paz e irradia amor sobre ella? 4¿Evita acaso que su corazón se
vea afectado por el miedo, y le permite dar siempre sin experimentar ninguna
sensación de pérdida? 5¿Le enseña que esa forma de dar es su dicha,
y que Dios Mismo le agradece lo que da? 6Ése es el único ambiente en
el que puedes ser feliz. 7Tú no lo puedes "crear", como
tampoco puedes "crearte" a ti mismo. 8Fue creado para ti,
tal como tú fuiste creado para él. 9Dios vela por Sus Hijos y no les
niega nada. 10Mas cuando ellos lo niegan a Él, dejan de ser
conscientes de eso porque se niegan todo a sí mismos. 11Tú, que
podrías estar dando el Amor de Dios a todo lo que ves, a todo lo que tocas y a
todo lo que recuerdas, estás literalmente negándote el Cielo a ti mismo.
4. Te exhorto a recordar que te
he escogido a ti para que le enseñes al Reino lo que es el Reino. 2Esta
lección no admite excepciones porque la falta de excepciones es la
lección en sí. 3Cada Hijo que regresa al Reino con esta lección en
su corazón ha sanado a la
Filiación y ha dado gracias a Dios. 4Todo aquel
que aprende esta lección se convierte en el maestro perfecto porque la ha aprendido
del Espíritu Santo.
5. Cuando una mente contiene
solamente luz, conoce solamente la luz. 2Su propia luminiscencia
alumbra todo en su derredor, y se extiende hasta la penumbra de otras mentes, y
las transforma en majestad. 3La Majestad de Dios se encuentra en ellas para que
la reconozcas, la aprecies y la conozcas. 4 La manera de aceptar tu
herencia es reconociendo la
Majestad de Dios en tu hermano. 5Dios sólo da de manera equitativa. 6Si
reconoces Su don en cualquiera, habrás reconocido lo que Él te ha dado a ti. 7Nada
es más fácil de reconocer que la verdad, 8ya que es un
reconocimiento inmediato, inequívoco y natural. 9Te has enseñado a
ti mismo a no reconocerla, y esto ha sido muy difícil para ti.
6. Al
hallarte fuera de tu ambiente natural es muy posible que te
preguntes:"¿Qué es la verdad?", toda vez que la verdad es el medio
ambiente por el cual y para el cual fuiste creado. 2No te conoces a
ti mismo porque no conoces a tu Creador. 3No conoces tus creaciones
porque no conoces a tus hermanos, quienes las crearon junto contigo. 4He
dicho que únicamente la
Filiación en su totalidad es digna de ser co-creadora con
Dios, ya que únicamente la
Filiación en su totalidad puede crear como Él. 5Siempre
que sanas a un hermano reconociendo su valía, estás reconociendo su poder para
crear, así como el tuyo propio. 6Él no puede haber perdido lo que tú
reconoces en él, y tú no puedes sino poseer la gloria que ves en él. 7Él
es un co-creador con Dios al igual que tú. 8Niega su poder creativo,
y estarás negando el tuyo y el de Dios, que te creó.
7. No
puedes negar parte de la verdad. 2No conoces tus creaciones porque
no conoces a su creador. 3 No te conoces a ti mismo porque no
conoces el tuyo. 4Tus creaciones no pueden establecer tu realidad,
tal como tú tampoco puedes establecer la de Dios. 5Pero sí puedes conocer tu realidad y la de Dios. 6Al
Ser se le conoce mediante el acto de compartirlo. 7Puesto que Dios
compartió su Ser contigo, Lo puedes conocer. 8Pero tienes también
que conocer todo lo que Él creó, para saber lo que ellos han compartido. 9Sin
tu Padre no podrás conocer tu propia paternidad. 10El Reino de Dios
incluye a todos Sus Hijos y a los hijos de éstos, que son tan semejantes a los
Hijos como éstos son semejantes al Padre. 11Conoce, entonces, a los
Hijos de Dios, y habrás conocido a toda la creación.
Video de Mich Gaymard