Lección 208 y Texto UCDM
LECCIÓN 208
No soy un
cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
1. (188) La paz
de Dios refulge en mí ahora.
2Permaneceré muy quedo y dejaré que la tierra se
aquiete junto conmigo. 3Y en esa quietud hallaremos la paz de Dios. 4Está dentro de mi corazón, el cual da testimonio de
Dios Mismo.
5No soy un cuerpo. 6Soy libre.
7Pues aún soy tal como Dios me creó.
Texto
Capítulo 28
EL DES-HACIMIENTO DEL MIEDO
I. El recuerdo del presente
1. El milagro no hace nada. 2Lo
único que hace es deshacer. 3Y de este modo, cancela la
interferencia a lo que se ha hecho. 4No añade nada, sino que
simplemente elimina. 5Y lo que elimina hace mucho que desapareció, pero
puesto que se conserva en la memoria, sus efectos parecen estar teniendo lugar
ahora. 6Hace mucho que este mundo desapareció. 7Los
pensamientos que lo originaron ya no se encuentran en la mente que los
concibió y los amó por un breve lapso de tiempo. 8El milagro no hace
sino mostrar que el pasado ya pasó, y que lo que realmente ya pasó no puede
tener efectos. 9Recordar la causa de algo tan sólo puede dar lugar a
ilusiones de su presencia, pero no puede producir efectos.
2. Todos los efectos de la
culpabilidad han desaparecido, 2pues ésta ya no existe. 3Con
su partida desaparecieron sus consecuencias, pues se quedaron sin causa. 4¿Por
qué querrías conservarla en tu memoria, a no ser que deseases sus efectos? 5Recordar
es un proceso tan selectivo como percibir, al ser su tiempo pasado. 6Es
percibir el pasado como si estuviese ocurriendo ahora y aún se pudiese ver. 7La
memoria, al igual que la percepción, es una facultad que tú inventaste para que
ocupase el lugar de lo que Dios te dio en tu creación. 8Y al igual
que todas las cosas que inventaste, se puede emplear para otros fines y como un
medio para obtener algo distinto. 9Se puede utilizar para sanar y no
para herir, si ése es tu deseo.
3. Nada que se utilice con el
propósito de sanar conlleva esfuerzo alguno. 2Es el reconocimiento
de que no tienes necesidades que requieran que hagas algo al respecto. 3No
es una memoria selectiva ni se utiliza para obstruir la verdad. 4Todas
las cosas de las que el Espíritu Santo puede valerse para sanar le han sido
entregadas, sin el contenido ni los propósitos para las que fueron concebidas.
5Son sencillamente facultades que aún no tienen una aplicación
concreta 6y que sólo esperan a que se haga uso de ellas. 7No han sido
consagradas a nada en particular ni tienen ningún objetivo.
4. Él Espíritu Santo puede ciertamente hacer uso de la memoria, pues Dios
Mismo se encuentra en ella. 2Mas no es ésta una memoria de sucesos
pasados, sino únicamente de un estado presente. 3Has estado
acostumbrado por tanto tiempo a creer que la memoria contiene sólo el pasado,
que te resulta difícil darte cuenta de que es una facultad que puede recordar
el ahora. 4Las
limitaciones que el mundo le impone a ese recordar son tan vastas como las que
permites que el mundo te imponga a ti. 5No existe vínculo alguno
entre la memoria y el pasado. 6Si quieres que haya un vínculo, lo
habrá. 7Mas es sólo tu deseo lo que establece dicho vínculo, y sólo
tú quien lo limita a una parte del tiempo donde la culpabilidad aún parece
persistir.
5. El uso que el Espíritu Santo hace de la memoria no
tiene nada que ver con el tiempo. 2El Espíritu Santo no la utiliza
como un medio, para conservar el pasado, sino como una manera de renunciar a
él. 3La memoria retiene los mensajes que recibe, y hace lo que se le
encomienda hacer. 4No escribe el mensaje ni establece su propósito. 5Al
igual que el cuerpo, no tiene un propósito intrínseco. 6Y si parece
servir para abrigar un viejo odio y presentarte escenas de injusticias y de
resentimientos que has estado guardando, ése es el mensaje que le pediste, y
eso es lo que es. 7La historia de todo el pasado del cuerpo se
encuentra oculta allí, confinada en sus bóvedas. 8Todas las extrañas
asociaciones que se han hecho para mantener vivo el pasado y el presente
muerto, están depositadas ahí, esperando tu orden de que se te traigan y
vuelvan a revivirse. 9Y de este modo, sus efectos parecen haber
aumentado con el tiempo, el cual se llevó consigo su causa.
6. El tiempo, no obstante, no es más que otra fase de lo que no hace
nada. 2Colabora estrechamente con todos los demás atributos con los
que intentas mantener oculta la verdad acerca de ti mismo. 3El
tiempo ni quita ni restituye. 4Sin embargo, lo utilizas de una
manera extraña, como si el pasado hubiese causado el presente, y éste no fuese
más que una consecuencia en la que no se puede hacer cambio alguno, toda vez
que su causa ha desaparecido. 5Un cambio, no obstante, tiene que
tener una causa duradera, pues, de otro modo, no perduraría. 6Es
imposible poder cambiar nada en el presente si su causa se encuentra en el
pasado. 7Tal como usas la memoria, sólo el pasado está en ella, y
así, no es más que un modo de hacer que el pasado predomine sobre el ahora.
7. Olvídate de todo lo que te has enseñado a ti mismo, pues no fuiste un
buen maestro. 2¿Y quién querría conservar en su mente una lección
absurda, cuando puede aprender y retener una mejor? 3Cuando memorias
de viejos rencores vengan a rondarte, recuerda que su causa ya desapareció. 4Por
lo tanto, no puedes entender cuál es su propósito. 5No permitas que
la causa que quieres atribuirles ahora sea la misma que hizo que fuesen lo que
fueron o parecieron ser. 6Alégrate de que su causa haya desaparecido,
pues de ello es de lo que se te perdona. 7Y contempla, en cambio,
los nuevos efectos de una causa que se acepta ahora y cuyas consecuencias se
encuentran aquí. 8Su hermosura
te sorprenderá. 9Las nuevas ideas de antaño que traen consigo,
serán las felices consecuencias de una Causa tan ancestral que excede con mucho
el lapso de memoria que tu percepción ve.
8. Ésta es la Causa
que el Espíritu Santo ha recordado por ti, cuando tú la habrías olvidado. 2No
es una causa pasada porque Él jamás permitió que no se recordase. 3Nunca
ha cambiado porque en ningún momento dejó Él de mantenerla a salvo en tu mente.
4Sus consecuencias
te parecerán ciertamente nuevas porque pensaste que no recordabas su Causa. 5Mas
nunca estuvo ausente de tu mente, pues no era la Voluntad de tu Padre que
Su Hijo no lo recordase.
9. Lo que tú recuerdas nunca sucedió, 2pues procedió de una
ausencia de causa, que tú pensaste que era una causa. 3Cuando te des
cuenta de que has estado recordando consecuencias que carecen de causa y de
que, por lo tanto, jamás pudieron haber tenido efectos, no podrás por menos que
reírte. 4El milagro te
recuerda una Causa que está eternamente presente y que es inmune al tiempo y a
cualquier interferencia. 5Dicha Causa nunca ha dejado de ser lo que
es. 6Y tú eres Su
efecto, tan inmutable y perfecto como Ella Misma. 7Su recuerdo no se
encuentra en el pasado, ni aguarda al futuro. 8Tampoco se revela en
los milagros. 9Éstos no hacen sino recordarte que esa Causa no ha
desaparecido. 10Cuando le perdones tus propios pecados, dejarás de
negarla.
10. Tú que has querido condenar a tu propio Creador no
puedes comprender que no fue Él Quien condenó a Su Hijo. 2Quieres
negarle Sus Efectos, sin embargo, Éstos jamás han sido negados. 3Es
imposible que Su Hijo pudiese jamás haber sido condenado por lo que carece de
causa y es contrario a Su Voluntad. 4De lo único que tu memoria
quiere dar testimonio es del temor a
Dios. 5Él no ha hecho eso que temes. 6Ni tú tampoco. 7Por
lo tanto, jamás perdiste tu inocencia. 8No tienes necesidad de
curación para estar sano. 9Desde la quietud de tu interior, ve en el
milagro una lección en cómo permitir que la Causa tenga Sus Propios efectos y en no hacer
nada que pueda interferir.
11.El milagro
llega silenciosamente a la mente que se detiene por un instante y se sumerge en
la quietud. 2Se extiende dulcemente desde ese momento de quietud, y
desde la mente a la que en dicha quietud sanó, hasta otras mentes para que
compartan su quietud. 3Y éstas se unirán en su cometido de no hacer
nada que impida el retorno de la radiante extensión del milagro a la Mente que dio origen a todas
las mentes. 4Puesto que el milagro nació como resultado de un acto
de compartir, no puede haber ninguna pausa en el tiempo que pueda hacer que el
milagro se demore en llegar cuanto antes a las mentes perturbadas, para
brindarles un momento de quietud en el que el recuerdo de Dios pueda retornar
a ellas. 5Lo que creían
recordar se acalla ahora, y lo que ha venido a ocupar su lugar no se olvidará
completamente después.
12.Aquel a
Quien dedicas parte de tu tiempo te da las gracias por cada instante de
silencio que le ofreces. 2Pues en cada uno de esos instantes se le
permite al recuerdo de Dios ofrecer todos sus tesoros al Hijo de Dios, que es
para quien se han conservado. 3¡Cuán gustosamente se los ofrece el
Espíritu Santo a aquel para quien le fueron dados! 4Y Su Creador comparte Su agradecimiento porque a Él
no se le puede privar de Sus Efectos. 5El instante de silencio que
Su Hijo acepta le da la bienvenida a la eternidad así como a Él, permitiéndoles
a Ambos entrar donde es Su deseo morar. 6Pues en ese instante el
Hijo de Dios no hace nada que le pueda producir temor.
13.¡Cuán
rápidamente aflora el recuerdo de Dios en la mente que no tiene ningún temor
que la mantenga alejada de dicho recuerdo! 2Lo que dicha mente había
estado recordando desaparece. 3Ya no hay pasado que con su imagen
tenebrosa impida el feliz despertar de la mente a la paz presente. 4Las
trompetas de la eternidad resuenan por toda la quietud, mas no la perturban. 5Y
lo que ahora se recuerda es la
Causa , no el miedo, el cual se inventó con vistas a anular
aquella y a mantenerla en el olvido. 6La quietud habla con suaves
murmullos de amor que el Hijo de Dios recuerda de antaño, antes de que su
propio recuerdo se interpusiese entre el presente y el pasado, para hacerlos
inaudibles.
14.Ahora el
Hijo de Dios se ha vuelto por fin consciente de una Causa presente y de Sus
benévolos efectos. 2Ahora comprende que lo que él ha hecho carece de
causa y que no tiene efectos de ninguna clase. 3Él no ha hecho nada.
4Y al reconocer esto, se da cuenta de que nunca ha tenido necesidad
de hacer nada, y de que nunca la tuvo. 5Su Causa es Sus Efectos. 6Jamás hubo
otra causa aparte de Ella que pudiese generar un pasado o un futuro diferentes.
7Sus Efectos son por siempre inmutables y se encuentran enteramente
más allá del miedo y del mundo del pecado.
15.¿Qué se ha
perdido por dejar de ver lo que carece de causa? 2¿Y dónde está el
sacrificio, una vez que el recuerdo de Dios ha venido a ocupar el lugar que
antes ocupaba la pérdida? 3¿Qué mejor modo hay de cerrar la diminuta
brecha entre las ilusiones y la realidad, que dejar que el recuerdo de Dios fluya a través suyo, y la convierta en un puente en el que sólo un instante es
suficiente para transponerla? 4Pues Dios la ha cerrado Consigo
Mismo. 5Su recuerdo no
ha desaparecido, ni ha dejado al Hijo encallado para siempre en una costa desde
donde puede divisar otra a la que nunca podrá llegar. 6Su Padre ha
dispuesto que él sea elevado y llevado dulcemente hasta ella. 7Él ha
construido el puente, y es Él Quien transportará a Su Hijo a través de él. 8No
temas que Él vaya a dejar de hacer lo que es Su Voluntad, 9ni que
vayas a ser excluido de lo que Ésta dispone para ti.
Video de Mich Gaymard
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