Lección 205 y Texto UCDM
LECCIÓN 205
No soy un
cuerpo. Soy libre, Pues aún soy tal como Dios me creó.
1. (185) Deseo la paz de Dios.
2La paz de Dios es lo único que quiero. 3La paz de Dios es mi única meta, la mira de todo mi vivir aquí, el fin
que persigo, mi propósito, mi vida y mi función, mientras habite en un lugar
que no es mi hogar.
4No soy un cuerpo. 5Soy
libre.
6Pues aún soy tal como Dios me
creó.
Texto
VI.
Los testigos del pecado
1. El dolor demuestra que el
cuerpo no puede sino ser real. 2Es una voz estridente y
ensordecedora, cuyos alaridos tratan de ahogar lo que el Espíritu Santo dice e
impedir que Sus palabras lleguen hasta tu conciencia. 3El dolor
exige atención, quitándosela así al Espíritu Santo y centrándola en sí mismo. 4Su
propósito es el mismo que el del placer, pues ambos son medios de otorgar
realidad al cuerpo. 5Lo que comparte un mismo propósito es lo
mismo. 6Esto es lo que estipula la ley que rige todo propósito, el
cual une dentro de sí a todos aquellos que lo comparten. 7El placer
y el dolor son igualmente ilusorios, ya que su propósito es inalcanzable. 8Por
lo tanto, son medios que no llevan a ninguna parte, pues su objetivo no tiene
sentido. 9Y comparten la falta de sentido de que adolece su
propósito.
2. El pecado oscila entre el dolor
y el placer, y de nuevo al dolor. 2Pues cualquiera de esos testigos
es el mismo, y sólo tienen un mensaje: "Te encuentras dentro de este
cuerpo, y se te puede hacer daño. 3 También puedes tener placer,
pero el costo de éste es el dolor". 4A estos testigos se unen
muchos más. 5Cada uno de ellos parece diferente porque tiene un
nombre distinto, y así, parece responder a un sonido diferente. 6A
excepción de esto, los testigos del pecado son todos iguales. 7Llámale
dolor al placer, y dolerá. 8Llámale placer al dolor, y no sentirás
el dolor que se oculta tras el placer. 9Los testigos del pecado no
hacen sino cambiar de un término a otro, según uno de ellos ocupa el primer
plano y el otro retrocede al segundo. 10Es irrelevante, no obstante,
cuál de ellos tenga primacía en cualquier momento dado. 11Los
testigos del pecado sólo oyen la llamada de la muerte.
3. El
cuerpo, que de por sí carece de propósito, contiene todas tus memorias y
esperanzas. 2Te vales de sus ojos para ver y de sus oídos para oír,
y dejas que te diga lo que siente. 3Mas él no lo sabe. 4Cuando
invocas los testigos de su realidad, te repiten únicamente los términos que
les proporcionaste para que él los usara. 5No puedes
elegir cuál de entre ellos es real, pues cualquiera que elijas es igual que los
demás. 6Lo único que puedes hacer es decidir llamarlo por un nombre
o por otro, pero eso es todo. 7No puedes hacer que un testigo sea
verdadero sólo porque lo llames con el nombre de la verdad. 8La
verdad se encuentra en él si lo que representa es la verdad. 9De lo
contrario, miente, aunque lo invoques con el santo Nombre de Dios Mismo.
4. El Testigo de Dios no ve testigos contra el cuerpo. 2Tampoco
presta atención a los testigos que con otros nombres hablan de manera diferente
en favor de la realidad del cuerpo. 3Él sabe que no es real. 4Pues
nada podría contener lo que tú crees que el cuerpo contiene dentro de sí. 5El
cuerpo no puede decirle a una parte de Dios cómo debe sentirse o cuál es su
función. 6El Espíritu Santo, sin embargo, no puede sino amar
aquello que tú tienes en gran estima. 7Y por cada testigo de la
muerte del cuerpo, Él te envía un testigo de la vida que tienes en Aquel que no
conoce la muerte. 8Cada milagro que Él trae es un testigo de la
irrealidad del cuerpo. 9Él cura a éste de sus dolores y placeres por
igual, pues todos los testigos del pecado son reemplazados por los Suyos.
5. El milagro no hace distinciones entre los nombres
con los que se convocan a los testigos del pecado. 2Demuestra
simplemente que lo que ellos representan no tiene efectos. 3Y puede demostrar esto porque sus propios efectos han venido a
sustituirlos. 4Sea cual sea el término que hayas utilizado para
referirte a tu sufrimiento, 5éste ya no existe. 6Aquel
que es portador del milagro percibe que todos ellos son uno y lo mismo, y los
llama miedo. 7De la misma manera en que el miedo es el testigo de la
muerte, el milagro es el testigo de la vida. 8Es un testigo que
nadie puede refutar, pues los efectos que trae consigo son los de la vida. 9Gracias
a él los moribundos se recuperan, los muertos resucitan y todo dolor
desaparece. 10Un milagro, no obstante, no habla en nombre propio,
sino sólo en nombre de lo que representa.
6. El amor, asimismo, tiene símbolos en el mundo del
pecado. 2El milagro perdona porque representa lo que yace más allá
del perdón, lo cual es verdad. 3¡Cuán absurdo y demente es pensar
que un milagro pueda estar limitado por las mismas leyes que vino
exclusivamente a abolir! 4Las leyes del pecado tienen diferentes
testigos, y cada uno de ellos tiene diferentes puntos fuertes. 5Y estos testigos dan testimonio de diferentes clases de sufrimiento. 6No
obstante, para Aquel que envía los milagros a fin de bendecir el mundo, una leve punzada de
dolor, un pequeño placer mundano o la agonía de la muerte, no son sino el
mismo estribillo: una petición de curación, una llamada de socorro en un mundo
de sufrimiento. 7De esa similitud es de lo que el milagro da testimonio.
8Esta similitud es lo que prueba. 9Las leyes que
consideraban que todas esas cosas eran diferentes, son abolidas, lo cual
demuestra su impotencia. 10El propósito del milagro es lograr esto. 11Y Dios Mismo
ha garantizado el poder de los milagros por razón de lo que atestiguan.
7. Sé, pues, un testigo del milagro, y no de las leyes del pecado. 2No
hay necesidad de que sigas sufriendo. 3Pero sí de que sanes, ya que
el sufrimiento y la angustia del mundo han hecho que éste sea sordo a su propia
necesidad de salvación y liberación.
8. La resurrección del mundo aguarda hasta que sanes y seas feliz, para
que puedas demostrar que el mundo ha sanado. 2El instante santo
sustituirá todo pecado sólo con que lleves sus efectos contigo. 3Y
nadie elegirá sufrir más. 4¿Qué mejor función que ésta podrías
servir? 5Sana para que así puedas sanar, y evítate el sufrimiento
que conllevan las leyes del pecado. 6Y la verdad te
será revelada, por haber elegido que los símbolos del amor ocupen el lugar del
pecado.
Video de Mich Gaymard
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