Lección 84 y Texto UCDM
LECCIÓN 84
Éstas son las
ideas para el repaso de hoy:
1. (67) El Amor me creó
a semejanza
de Sí Mismo.
2He sido creado
a semejanza de mi Creador. 3No puedo sufrir, no puedo experimentar
pérdidas y no puedo morir. 4No soy un cuerpo. 5Hoy quiero
reconocer mi realidad. 6No adoraré ídolos ni exaltaré el concepto
que he forjado de mí mismo para reemplazar a mi Ser. 7He sido
creado a semejanza de mi Creador. 8El Amor me creó a semejanza de Sí
Mismo.
2. Las siguientes
variaciones te pueden resultar útiles para las aplicaciones concretas de la
idea:
2No me dejes ver en esto una ilusión
de mí mismo.
3Mientras contemplo esto, quiero
recordar a mi Creador.
4Mi Creador no creó esto como yo lo
estoy viendo.
3. (68) El amor no
abriga resentimientos.
2Los
resentimientos son algo completamente ajeno al amor. 3Los
resentimientos atacan al amor y oscurecen su luz. 4Si abrigo
resentimientos estoy atacando al amor y, por ende, atacando mi Ser. 5De
este modo, mi Ser se vuelve un extraño para mí. 6Estoy decidido a no
atacar a mi Ser hoy, de manera que pueda recordar Quién soy.
4. Estas variaciones de la idea te
resultarán útiles para las aplicaciones concretas:
2Esto no justifica el que niegue mi
Ser.
3No me valdré de esto para atacar al amor.
4No dejaré que esto me tiente a
atacarme a mí mismo.
Texto
VII.
Introspección
1. Los milagros demuestran que el aprendizaje
ha tenido lugar bajo la debida dirección, pues el aprendizaje es invisible y lo
que se ha aprendido sólo se puede reconocer por sus resultados. 2Su
generalización se demuestra a medida que lo pones
en práctica en más y más situaciones. 3Reconocerás que has aprendido
que no hay grados de dificultad en los milagros cuando los apliques a todas las situaciones. 4No hay situación
a la que los milagros no sean aplicables, y al aplicarlos a todas las
situaciones el mundo real será tuyo. 5En esta santa percepción te
volverás íntegro, y por tu propia aceptación de la Expiación, ésta irradiará
hacia todos aquellos que el Espíritu Santo te envíe para que les des tu bendición.
6La bendición de Dios mora en todos Sus Hijos, y en tu bendición de
ellos radica la bendición que Dios te da a ti.
2. Cada uno debe desempeñar el papel que le
corresponde en la redención del mundo para poder reconocer que el mundo ha sido
redimido. 2No puedes ver lo invisible.
3Mas si ves sus efectos sabes que tiene que estar ahí. 4Al
percibir sus obras, reconoces su existencia. 5Y por lo que hace, te das cuenta de lo que es.
6Tú no puedes ver tus propios puntos
fuertes, pero puedes tener cada vez mayor confianza en su existencia a medida
que te capacitan para actuar. 7Y los resultados de tus acciones tú los puedes ver.
3. El Espíritu Santo es invisible, pero puedes ver
los resultados de Su Presencia, y por ellos te darás cuenta de que
Él está ahí. 2Es claro que lo que Él te capacita para hacer no es de
este mundo, pues los milagros violan todas las leyes de la realidad tal como
este mundo la juzga. 3Las leyes del tiempo y del espacio, del
volumen y de la masa son transcendidas, pues lo que el Espíritu Santo te
capacita para hacer está claramente más allá de todas ellas. 4Al
percibir Sus resultados, comprenderás dónde debe estar Él, y sabrás por fin lo
que Él es.
4. No puedes ver al Espíritu Santo, pero puedes ver
Sus manifestaciones. 2Y a menos que las veas no te darás cuenta de
que Él está ahí. 3Los milagros son Sus testigos, y hablan de Su
Presencia: 4Lo que tú no puedes ver, únicamente cobra realidad para
ti a través de los testigos que hablan en su favor.
5Puedes cobrar conciencia de lo que no ves, y Ello puede volverse
increíblemente real para ti a medida que Su Presencia se ponga de manifiesto a
través de ti. 6Lleva a cabo la labor del Espíritu Santo, pues compartes
Su función. 7De la misma
manera en que tu función en el Cielo es crear, aquí en la tierra es curar. 8Dios
comparte tu función contigo en el Cielo, y el Espíritu Santo comparte la Suya
contigo en la tierra. 9Mientras sigas creyendo que tienes otras
funciones, seguirás teniendo necesidad de corrección, 10pues dicha
creencia es la destrucción de la paz,
objetivo éste que está en directa oposición al propósito del Espíritu Santo.
5. Ves lo que
esperas ver y esperas ver aquello que invitas. 2Tu percepción
es el resultado de tu invitación, y llega a ti tal como la pediste. 3¿De quién son las manifestaciones que
quieres ver? 4¿De qué presencia quieres convencerte. 5Pues
creerás en aquello que manifiestes, y tal como contemples lo que está afuera,
así mismo verás lo que está adentro. 6En tu mente hay dos maneras de
contemplar al mundo, y tu percepción reflejará el asesoramiento que hayas
elegido.
6. Yo soy la manifestación del Espíritu Santo y
cuando me veas, será porque lo has invitado a Él. 2Pues Él te
enviará Sus testigos sólo con que desees verlos. 3Nunca te olvides
de que siempre ves lo que buscas, pues lo que buscas lo encontrarás. 4El
ego encuentra lo que busca y nada más. 5No encuentra amor porque no
es eso lo que busca. 6Mas buscar es lo mismo que encontrar y si vas
en pos de dos objetivos opuestos los encontrarás, pero no podrás reconocer
ninguno de ellos. 7Creerás que los dos son lo mismo porque deseas
alcanzar los dos. 8La mente siempre busca su propia integración, mas si está dividida y quiere conservar la
división, seguirá creyendo que sólo tiene un objetivo haciendo que parezca uno
solo.
7. Dije anteriormente que lo que
proyectas o extiendes depende de ti, pero tienes que hacer una u otra cosa, ya
que ello es una ley de la mente, y antes de mirar afuera tienes que mirar
adentro. 2Al mirar adentro eliges al guía cuya visión deseas
compartir. 3Y luego miras afuera y contemplas sus
testigos. 4Por eso es por
lo que siempre encuentras lo que buscas. 5Lo que desees para ti es
lo que manifestarás, y lo aceptarás del mundo porque al desearlo lo ubicaste en
él. 6Cuando crees que estás proyectando lo que no deseas, es porque
todavía lo deseas. 7Esto conduce directamente a la disociación,
puesto que representa la aceptación de dos objetivos, cada uno de los cuales
se percibe en un lugar diferente y separado del otro porque hiciste que fueran
diferentes. 8La mente ve entonces un mundo dividido fuera de sí
misma, pero no dentro de ella. 9Esto le da una ilusión de
integridad y le permite creer que está yendo en pos de un solo objetivo. 10Sin
embargo, mientras sigas percibiendo un mundo dividido, no habrás sanado. 11Pues
haber sanado es ir en pos de un solo objetivo, al haber aceptado uno solo y no
desear más que uno solo.
8. Cuando lo único que desees sea amor no verás nada
más. 2La naturaleza contradictoria de los testigos que percibes es
sencillamente el reflejo de tus invitaciones conflictivas. 3Has
mirado en tu mente y has aceptado que en ella hay oposición al haberla buscado
allí. 4Mas no creas entonces que los testigos de la oposición
son verdaderos, ya que ellos sólo dan testimonio de tu decisión acerca de la
realidad, y te devuelven los mensajes que tú les diste. 5El amor,
asimismo, se reconoce por sus mensajeros. 6Si manifiestas amor, sus
mensajeros vendrán a ti porque los invitaste.
9. El poder de decisión es la única libertad que te queda como prisionero de este mundo. 2Puedes decidir ver el
mundo correctamente. 3Lo que hiciste de él no es su realidad, pues su realidad es sólo la que tú le confieres. 4No puedes
realmente darle a nada ni a nadie nada que no sea amor, ni tampoco puedes realmente recibir de ellos nada que no sea amor.
5Si crees que has recibido cualquier otra cosa, es porque miraste
dentro de ti y creíste haber visto ahí la capacidad de poder dar otra cosa. 6Esa
decisión fue la que determinó lo que encontraste, pues fue la decisión que
determinó lo que tenías que buscar.
10. Tienes miedo
de mí porque miraste dentro de ti y lo que viste te dio miedo. 2Pero
lo que viste no pudo haber sido la realidad, pues la realidad de tu mente es lo más bello de todas las creaciones de
Dios. 3Puesto que procede únicamente de Dios, su poder y grandeza
sólo habrían podido brindarte paz, si realmente la hubieses contemplado. 4Si tienes miedo
es porque viste algo que no
estaba allí. 5Sin embargo, en ese mismo lugar pudiste haberme visto
a mí y a todos tus hermanos, en la perfecta seguridad de la Mente que nos creó, a todos. 6Pues nos encontramos ahí, en la paz
del Padre, cuya Voluntad es extender Su paz a través de ti.
11. Cuando hayas .aceptado tu misión de extender paz hallarás paz, pues al manifestarla la
verás. 2Sus santos testigos te rodearán porque los invocaste, y
ellos vendrán a ti. 3He oído tu llamada y la he contestado, pero no has querido verme ni oír la
respuesta que buscabas. 4Ello se debe a que eso no es todavía lo único que deseas. 5Sin
embargo, a medida que yo me haga más real para ti, te darás cuenta de que, en
efecto, eso es lo único que deseas. 6Y cuando mires dentro de ti me
verás, y juntos contemplaremos el mundo real. 7A través de los ojos
de Cristo, sólo el mundo real existe y es lo único que se puede ver. 8Tu
decisión determinará lo que veas. 9Y lo que veas dará
testimonio de tu decisión.
12. Cuando
mires dentro de ti y me veas, será porque habrás decidido manifestar la
verdad. 2Y al manifestarla la verás tanto afuera como
adentro. 3La verás afuera porque
primero la viste adentro. 4Todo lo que ves afuera es el
juicio de lo que viste dentro. 5Si es tu propio juicio, será erróneo, pues tu función no es juzgar. 6Si es
el juicio del Espíritu Santo será correcto, pues Su función es juzgar. 7Tú compartes Su
función sólo cuando juzgas tal como Él lo hace, sin juzgar nada por tu cuenta. 8Juzgarás contra ti
mismo pero Él juzgará a tu favor.
13. Recuerda,
pues, que cada vez que miras fuera
de ti y no reaccionas favorablemente ante lo que
ves, te has juzgado a ti mismo, como
indigno y te has condenado a muerte. 2La pena de muerte es la meta
final del ego porque está convencido de que eres un criminal que merece la
muerte, tal como Dios sabe que eres merecedor de la vida. 3La pena
de muerte nunca abandona la mente del ego, pues eso es lo que siempre tiene
reservado para ti al final. 4Deseando destruirte como expresión
final de sus sentimientos hacia ti, te deja vivir solo para que esperes la
muerte. 5Te atormentará mientras vivas, pero su odio no quedará
saciado hasta que mueras, 6pues tu destrucción es el único fin que
anhela, y el único fin que le dejará satisfecho.
14. El
ego no traiciona a Dios, a Quien es imposible traicionar. 2Pero te
traiciona a ti que crees que has traicionado a tu Padre. 3Por eso es
por lo que la erradicación de la culpabilidad es un aspecto esencial de las
enseñanzas del Espíritu Santo. 4Pues mientras te sientas culpable
estarás escuchando la voz del ego, la cual te dice que has traicionado a Dios y
que, por lo tanto, mereces la muerte. 5Pensarás que la muerte
procede de Dios, y no del ego, porque al confundirte a ti mismo con el ego,
creerás que deseas la muerte. 6Y de lo que deseas, Dios no te puede
salvar.
15. Cuando te sientas tentado de sucumbir ante el deseo
de la muerte, recuerda que yo no morí. 2Te
darás cuenta de que esto es cierto cuando mires dentro de ti y me veas. 3¿Cómo iba yo a haber
superado la muerte para mí solo? 4¿Y cómo iba a haberme dado el
Padre vida eterna a mí, a no ser que
también te la hubiese dado a ti? 5Cuando aprendas a ponerme de manifiesto jamás verás la
muerte, 6pues habrás contemplado lo inmortal en ti mismo, y así, al
contemplar un mundo que no puede morir, sólo verás lo eterno.
Video de Mich Gaymard