Lección 81 y Texto UCDM
LECCIÓN 81
Nuestras ideas para el repaso de
hoy son las siguientes:
1. (61) Yo soy la luz del mundo.
2¡Cuán santo soy yo, a quien se
le ha encomendado la función de iluminar el mundo! 3Concédaseme
poder permanecer en quietud ante mi santidad. 4Que en su serena luz
desaparezcan todos mis conflictos. 5Y que en su paz pueda recordar
Quién soy.
2. Algunas variaciones
específicas para aplicar esta idea cuando parezcan surgir dificultades podrían
ser:
2No he de nublar la luz
del mundo en mí.
3Que la luz
del mundo resplandezca a través de esta apariencia.
4Esta sombra
desaparecerá ante la luz.
3. (62) Perdonar es mi función por ser la luz del mundo.
2Sólo aceptando mi función podré
ver la luz en mí. 3Y en esa luz mi función se perfilará claramente y
sin ambigüedad alguna ante mis ojos. 4Esta aceptación no depende de
que yo reconozca lo que mi función es, pues aún no comprendo lo que es el
perdón. 5Sin embargo, confío en que en la luz lo veré tal como es.
4. Algunas variaciones para las
aplicaciones más concretas de esta idea podrían ser:
2Que esto me
ayude a aprender el significado del perdón.
3No dejes que
separe mi función de mi voluntad.
4No me valdré
de esto para apoyar un propósito ajeno a mí.
Texto
IV.
Buscar y hallar
1. El ego está seguro de que el
amor es
peligroso,
y ésta es siempre su enseñanza principal. 2Nunca lo expresa de este
modo. aAl contrario, todo el que cree que el ego es la salvación parece estar
profundamente inmerso en la búsqueda del amor. 3El ego, sin embargo,
aunque alienta con gran insistencia la búsqueda del amor, pone una condición:
que no se encuentre. 4Sus dictados, por lo tanto, pueden resumirse
simplemente de esta manera: "Busca, pero no halles". 5Esta
es la única promesa que el ego te hace y la única que cumplirá. 6Pues
el ego persigue su objetivo con fanática insistencia, y su juicio, aunque
seriamente menoscabado, es completamente coherente.
2. La búsqueda que el ego
emprende está, por lo tanto, condenada al fracaso. 2Y como también te enseña que él es tu
identidad, su consejo te embarca en una jornada que siempre acaba en una percepción
de auto-derrota. 3Pues el ego es incapaz de amar, y, en su frenética búsqueda de amor,
anda en pos de lo que teme encontrar. 4La búsqueda es inevitable porque el
ego es parte de tu mente, y, debido a su origen, él no está totalmente dividido, pues, de lo contrario, carecería por
completo de credibilidad. 5Tu mente es la que cree en él y la que le
otorga existencia. 6Sin embargo, es también tu mente la que tiene el poder de negar su existencia, y eso es sin duda lo que harás cuando te des cuenta
exactamente de la clase de jornada en la que el ego te embarca.
3. Es sin duda obvio que nadie
quiere encontrar lo que le derrotaría por completo. 2El ego, al ser
incapaz de amar, se sentiría totalmente perdido en presencia del amor, pues no
podría responder en absoluto. 3Tendrías entonces que abandonar su
dirección, puesto que sería evidente que no te puede enseñar la respuesta que
necesitas. 4El ego, por lo tanto, distorsionará el amor, y te
enseñará que él te puede proveer las respuestas que el amor en realidad
evoca. 5Si sigues sus enseñanzas, pues, irás en busca de amor, pero
serás incapaz de reconocerlo.
4. ¿No te das cuenta de que el
ego sólo puede embarcarte en una jornada que únicamente puede conducirte a una
sensación de futilidad y depresión? 2Buscar y no hallar no puede ser una actividad que
brinde felicidad. 3¿Es ésta la promesa que quieres seguir
manteniendo? 4El Espíritu Santo te ofrece otra promesa, la cual te
conduce a la dicha. 5Pues Su promesa es siempre:
"Busca y hallarás", y bajo Su dirección no podrás fracasar. 6La
jornada en la que el Espíritu Santo es tu Guía es la jornada que te conduce al
triunfo, y el objetivo que pone ante ti, Él Mismo lo consumará. 7Pues
Él nunca engañará al Hijo de Dios a quien ama con el Amor del Padre.
5. No podrás por menos que buscar, ya que en este mundo no te sientes
a gusto. 2Y buscarás tu
hogar tanto si sabes dónde se encuentra como si no. 3Si crees que se encuentra fuera de ti, la búsqueda será en
vano, pues lo estarás buscando dónde no está. 4No recuerdas cómo buscar dentro de ti porque no crees que tu hogar esté ahí. 5Pero
el Espíritu Santo lo recuerda por ti y te guiará a tu hogar porque ésa es Su misión. 6A medida
que Él cumpla Su misión te enseñará a cumplir la tuya, pues tu misión es la misma que la Suya. 7Al guiar a tus hermanos hasta su hogar
estarás siguiéndolo a Él.
6. Contempla el Guía que tu Padre te ha dado,
para que puedas aprender que posees vida eterna, 2pues la muerte no es la Volun tad de tu Padre ni la tuya, y todo lo que es verdad es la Voluntad del Padre. 3La
vida no
te
cuesta nada, pues se te dio, pero por la muerte tienes ciertamente que pagar, y
pagar un precio exorbitante. 4Si la muerte es tu tesoro, venderás todo lo demás
para comprarla. 5Y creerás haberla adquirido, al haber vendido
todo lo demás. 6No obstante, no puedes vender el Reino de los
Cielos. 7Tu herencia no se puede comprar ni vender. 8Ninguna
parte de la Filiación puede quedar desheredada, pues
Dios goza de plenitud y todas sus extensiones son como Él.
7. La Expiación no es el precio de tu plenitud;
es, no obstante, el precio de ser consciente de tu plenitud. 2Lo que
decidiste "vender" tuvo que ser salvaguardado para ti, ya que no lo
habrías podido volver a "comprar". 3Aun así, tienes que
invertir en ello, no con dinero sino con espíritu. 4Porque el
espíritu es voluntad, y la voluntad es el "precio" del Reino. 5Tu herencia aguarda únicamente tu
reconocimiento de que has sido redimido. 6El Espíritu Santo te guía
hacia la vida: eterna, pero tienes que abandonar tu interés por la muerte, o,
de lo
contrario,
no podrás ver la vida aunque te rodea por todas partes.
Video de Mich Gaymard