Mindfulness para Mujeres Ejecutivas: Ejercicios Breves para Manejar la Presión en el Entorno Corporativo- Parte 1

 


En el día a día de una mujer ejecutiva, las presiones se acumulan con rapidez. Reuniones constantes, decisiones importantes, plazos ajustados y un sinfín de tareas pendientes pueden hacer que el estrés y la ansiedad sean nuestros acompañantes más cercanos. Pero, ¿qué pasaría si te dijera que existe una manera simple y efectiva de manejar esa presión sin tener que cambiar tu apretada agenda? Hoy quiero hablarte de algo muy especial: el mindfulness.

 

Seguramente ya has escuchado el término en alguna ocasión, pero puede que aún no tengas muy claro qué es o cómo aplicarlo en tu vida. Mindfulness no es más que prestar atención plena al momento presente. Es aprender a estar más conectada con lo que estás viviendo aquí y ahora, en lugar de dejar que tu mente se pierda en las preocupaciones del futuro o en los problemas del pasado.

 

En el entorno corporativo, mindfulness puede ser un verdadero salvavidas. No solo te ayuda a manejar el estrés, sino que también mejora tu capacidad de concentración, toma de decisiones y bienestar general. Lo mejor es que no necesitas dedicar horas a meditar o tener una rutina complicada. Hoy te traigo algunos ejercicios de mindfulness cortos que puedes incorporar fácilmente en tu día a día, incluso en medio de tu ajetreo laboral.

 

¿Cómo puede ayudarte el mindfulness en el trabajo?

Antes de entrar en los ejercicios prácticos, quiero que entiendas por qué  mindfulness es tan poderoso para una mujer como tú, que se enfrenta constantemente a la presión de liderar y tomar decisiones importantes.

Mindfulness te permite hacer una pausa en medio del caos, un espacio de respiro para reconectar contigo misma. Cuando tu mente está agitada, te resulta más difícil pensar con claridad, ser creativa o resolver problemas. Pero cuando logras calmarla, aunque sea por unos minutos, recuperas esa capacidad de responder en lugar de reaccionar de manera automática o desde el estrés.

Imagina que estás en una reunión tensa o a punto de dar una presentación importante. Aplicar una técnica de mindfulness en ese momento puede ayudarte a sentirte más centrada, reducir la ansiedad y aumentar tu confianza. No necesitas largos retiros ni horas de meditación, solo unos minutos para hacer una pausa consciente y volver al presente.


Ejercicio 1: Respiración Consciente

Este es uno de los ejercicios más sencillos y efectivos que puedes hacer en cualquier momento, sin que nadie lo note. La respiración consciente te ayuda a centrarte rápidamente cuando te sientes abrumada.

Cómo hacerlo:

1. Encuentra un momento en el que puedas detenerte por un minuto, ya sea en tu oficina, antes de una reunión o incluso en el baño si necesitas un espacio más privado.

2. Siéntate con los pies bien apoyados en el piso o bien, mantente de pie con la espalda recta.

3. Cierra los ojos si te sientes cómoda haciéndolo, o simplemente baja la mirada.

4. Inhala profundamente por la nariz durante 4 segundos.

5. Sostén la respiración por 2 segundos.

6. Exhala lenta y completamente por la boca durante 6 segundos.

Haz esto 3 o 4 veces, prestando atención a cómo el aire entra y sale de tu cuerpo. Notarás cómo tu mente se calma y cómo tu cuerpo comienza a relajarse, aunque solo haya pasado un minuto.

 

Ejercicio 2: Técnica de los 5 Sentidos

Este ejercicio es perfecto para momentos en los que sientes que tu mente está dispersa y necesitas regresar rápidamente al presente. Te ayuda a reconectarte con tu entorno y salir del "piloto automático" en el que muchas veces nos sumergimos.

Cómo hacerlo:

1. Detén lo que estés haciendo por un momento.

2. Fíjate en 5 cosas que puedes ver a tu alrededor. Pueden ser detalles en los objetos que normalmente no notarías, como el color de una carpeta o la forma de una lámpara.

3. Luego, escucha atentamente y reconoce 4 sonidos que puedes escuchar en ese momento. Quizás sea el sonido del aire acondicionado, el tecleo de alguien cercano o incluso tu propia respiración.

4. Identifica 3 cosas que puedas sentir físicamente. Puede ser la textura de tu ropa, el contacto de tus pies con el suelo o el tacto de una superficie cercana.

5. A continuación, identifica 2 olores. Si no puedes percibir ninguno de inmediato, puedes oler tu perfume o una taza de café que tengas a mano.

6. Finalmente, presta atención a 1 cosa que puedas saborear. Si no estás comiendo o bebiendo algo, simplemente enfoca tu atención en la sensación de tu boca.

 

Este ejercicio te lleva de vuelta al presente de una manera sutil pero muy efectiva. Al involucrar todos tus sentidos, tu mente se libera de las preocupaciones y se enfoca en lo que está ocurriendo ahora mismo.



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