Lección 351 UCDM
14. ¿Qué
soy?
1.
Soy el
Hijo de Dios, pleno, sano e íntegro, resplandeciente en el reflejo de Su Amor. 2En mí Su creación se santifica y Se le garantiza
vida eterna. 3En mí el
amor alcanza la perfección, el miedo es imposible y la dicha se establece sin
opuestos. 4Soy el
santo hogar de Dios Mismo. 5Soy el
Cielo donde Su Amor reside. 6Soy Su
santa Impecabilidad. Misma, pues en mi pureza reside la Suya Propia.
2. La necesidad de usar palabras está casi llegando a su fin ahora.
2Mas en los últimos días de este año que tú y yo juntos le ofrecimos
a Dios, hemos encontrado un solo propósito, el cual compartimos. 3Y
así, te uniste a mí, de modo que lo que yo soy tú lo eres también. 4La
verdad de lo que somos no es algo de lo
que se pueda hablar o describir con palabras. 5Podemos, sin embargo,
darnos cuenta de la función que tenemos aquí, y usar palabras para hablar de
ello así como para enseñarlo, si predicamos con el ejemplo.
3. Somos los portadores de la salvación. 2Aceptamos nuestro
papel como salvadores del mundo, el cual se redime mediante nuestro perdón
conjunto. 3Y al concederle el regalo de nuestro perdón, éste se nos concede a
nosotros. 4Vemos a todos como nuestros hermanos, y percibimos todas
las cosas como buenas y bondadosas. 5No estamos interesados en
ninguna función que se encuentre más allá del umbral del Cielo. 6El conocimiento volverá
a aflorar en nosotros cuando hayamos desempeñado nuestro papel. 7Lo
único que nos concierne ahora es dar la bienvenida a la
verdad.
4. Nuestros son los ojos a través de los cuales la visión de Cristo ve
un mundo redimido de todo pensamiento de pecado. 2Nuestros, los oídos que
oyen la Voz que habla por Dios proclamar que el mundo es inocente. 3Nuestras,
las mentes que se unen conforme bendecimos al mundo. 4Y desde la
unión que hemos alcanzado, invitamos a todos nuestros hermanos a compartir
nuestra paz y a consumar nuestra dicha.
5. Somos los santos mensajeros de Dios que hablan en Su Nombre, y que al
llevar Su Palabra a todos aquellos que Él nos envía, aprendemos que está
impresa en nuestros corazones. 2Y de esa forma, nuestras mentes cambian con respecto al objetivo para el
que vinimos y al que ahora procuramos servir. 3Le traemos buenas
nuevas al Hijo de Dios que pensó que sufría. 4Ahora ha sido
redimido. 5Y al ver las puertas del Cielo abiertas ante él, entrará
y desaparecerá en el Corazón de Dios.
LECCIÓN 351
Mi hermano impecable es mi guía a la paz: Mi hermano
pecador es mi guía al dolor. Y el que elija ver será el que
contemplaré.
1. ¿Quién es mi
hermano sino Tu santo Hijo? 2Mas si veo pecado en él proclamo que soy un pecador,
en vez de un Hijo de Dios, y que me encuentro solo y sin amigos en un mundo
aterrante. 3Mas
percibirme de esa manera es una decisión que yo mismo he tomado y puedo, por
consiguiente, volverme atrás. 4Puedo asimismo ver a mi hermano exento de pecado, y
como Tu santo Hijo. 5Y si
ésta es la alternativa por la que me decido, veo mi impecabilidad, a mi eterno
Consolador y Amigo junto a mí, y el camino libre y despejado. 6Elige, pues, por mí, Padre mío, a través de Aquel
que habla por Ti. 7Pues sólo Él juzga en Tu Nombre.
Video de Mich Gaymard