Mi cuerpo, mi hogar
Desde pequeña tuve la necesidad de sentirme cómoda con mi cuerpo,
debido a esto era asidua participante de los grupos de baile, gimnasia y
cuanto tuviera que ver con mover el cuerpo. Ya adulta vine a entender
que mi estilo de aprendizaje predominante era el kinestésico y que para
mí era vital sentirme a gusto en mi cuerpo.
Una experiencia que me marcó profundamente a temprana edad, fue una
salida a una discoteque en Berlín. Fue maravilloso ver que la gente bailaba
sola o en grupos, lo que me hizo sentirme absolutamente en casa.
De ahí no paré más. El grupo de baile griego, danza árabe, y estando en la
universidad me matriculé en un curso de Danza Contemporánea.
Tuve profesores maravillosos: Joan Jara, Patricio Bunster, Elizabeth Rodríguez
con quienes aprendí mucho de expresión corporal y sobre todo a sentir
el cuerpo. En paralelo vino la práctica de Hatha Yoga con Christian Rodríguez,
uno de los precursores del yoga en Chile. Llegué donde él después de mucho
buscar ya que en ese tiempo no era muy conocido en Chile.
Aprendí a bailar salsa, tomé clases de diferentes técnicas, y yo seguí moviendo
mi cuerpo y danzando por la vida mientras realizaba otras actividades. Tai Chi,
Danza Afro, me fueron entregando distinciones que fueron afinando mi
percepción del cuerpo.
Luego vino la formación como Instructora de Hatha Yoga y dedicarme a dar
clases me llevó a descubrir otras dimensiones de mi sentir en el cuerpo.
Posteriormente, me encontré con esa fantástica metodología que es la
Danza Primal, ahí conocí la Bioenergética de Alexander Lowen. En la
Escuela de Psicología Transpersonal- Integral también conocí la
Respiración Holotrópica, la combinación perfecta entre autoindagación
y movimiento. Ahí me quedé profundizando en Danza Primal hasta
que sentí que estaba preparada para compartirla.
Y llegué a la Biodanza donde además de encontrar un espacio de
regocijo interno, descubrí una nueva manera de vincularme con otros,
también desde el cuerpo.
Luego vino Bioenergética desde la mirada de Wilhelm Reich y la
Bioneuroemoción que me entregó una nueva distinción de la conexión
entre el cuerpo y las emociones.
Un Curso de Milagros, la filosofía Advaita y la nueva generación de pensadores
actuales me han entregado nuevas miradas acerca de habitar mi cuerpo.
Parafraseando a Teilhard de Chardin, “somos seres espirituales teniendo
una experiencia humana” concreta, a través de un cuerpo, ese cuerpo
que es mi hogar y el que reconozco, valoro, honro y admiro por todas
las experiencias que me ha permitido vivenciar y continuaré disfrutando.
Patricia Vera Osses
